Crisis en la izquierda andaluza
Cs empuja a Teresa Rodríguez hacia la puerta de salida de Adelante Andalucía
El renovado pacto antitransfuguismo, que acaba de endurecer sus reglas apuntando nítidamente contra las conductas de Teresa Rodríguez y el sector anticapitalista, será la guía que utilizará Ciudadanos para decidir su voto en el caso Adelante Andalucía. Este miércoles tiene lugar la reunión de la mesa del Parlamento que decidirá si Rodríguez y siete parlamentarios afines son expulsados del grupo, que pasaría así de 17 a 9 miembros. Y Ciudadanos votará por la expulsión, lo que sitúa a la dos veces candidata a la Junta de Andalucía cerca de la puerta de salida. Aún no está hecho, pero casi. Descontado el voto favorable a la expulsión del PSOE, sólo una negativa de PP y Vox, que supondría un cambio de sus posiciones iniciales, cambiaría un guión que parece ya escrito. Antes de conocer esta decisión, los parlamentarios afectados ya anunciaron que no se rendirían si eran expulsados y recurrirían a la vía judicial.
El partido naranja no ha dejado margen para las especulaciones. Este martes hizo público un comunicado anunciando su voto: expulsión. La posición de Cs, que inicialmente no apoyó la expulsión sino que se abstuvo, ha cambiado ahora tras el endurecimiento del pacto antitransfuguismo en Madrid y a priori inclina la balanza en contra de Rodríguez.
Cs tiene motivos para mostrarse duro en su concepto de tránsfuga. Hay un concejal salido del PP, Sebastián Pérez, que si se alía con el PSOE puede hacerle perder la mayor alcaldía que tiene, la de Granada, en la persona de Luis Salvador.
¿Por qué es tan importante la posición de Ciudadanos? La mesa del Parlamento tiene siete miembros con voto: dos del PSOE, dos del PP, dos de Ciudadanos y uno de Vox. Adelante Andalucía tiene un representante, Maribel Mora, alineada en esta crisis con Rodríguez.
PSOE y Vox han sido desde el arranque de la crisis favorables a la expulsión. Al menos a priori, la salida de Rodríguez contaría con 5 de los 7 votos. Tampoco se pueden descartar los dos del PP, que es firmante –al igual que el PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos– de una adenda al pacto antitransfuguismo que pone en el punto de mira a Rodríguez y los suyos. No la menciona expresamente, como es lógico, pero sí se refiere formas que coinciden con su salida de Podemos. La sentencia de Rodríguez ha sido ese pacto.
“Cs aplicará mañana en la Mesa del Parlamento andaluz el Pacto Antitransfuguismo que consiguió impulsar a nivel nacional. Los diputados de Ciudadanos con representación en la Mesa del Parlamento andaluz, entre ellos la presidenta de la Mesa, Marta Bosquet, votarán mañana [por este miércoles] a favor de la expulsión de los diputados del grupo Adelante Andalucía, en aplicación de los acuerdos alcanzados y suscritos por la mayoría de fuerzas políticas en el marco del Pacto Antitransfuguismo a nivel nacional, presidido por el Ministerio de Política Territorial”, señala Cs en un comunicado que no deja lugar a dudas.
Cs reivindica que fue el partido que “logró impulsar” el pacto “al retomarlo hace unos meses, cuando llevaba más de diez años sin reunirse”. La decisión fue anunciada por el partido desde Madrid.
Un pacto que apunta a Rodríguez
El cambio de criterio de Cs, que pasa de la abstención al voto a favor, deja a Rodríguez a las puertas de su expulsión del grupo Adelante Andalucía. La cobertura para este cambio la ofrece el acuerdo alcanzado el pasado miércoles en la comisión de seguimiento del pacto antitransfuguismo, con el apoyo de 11 de los 22 integrantes: PSOE, PP, Unidas Podemos, Cs, PSC, PNV, Izquierda Unida, BNG, Partido Aragonés Regionalista, Foro Asturias y Galicia en Común [ver aquí información en detalle].
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La adenda aprobada, llamada Acuerdo por la Estabilidad Institucional, parte de una ponencia de PSOE, Cs e IU. Y puede leerse en clave andaluza. El pacto alcanzado por los diez partidos, que suman una clara mayoría en el Congreso, 252 de 350 diputados (un 72%), incluye en la definición de “tránsfugas” a los que, “traicionando al sujeto político”, “hayan abandonado” al mismo, “hayan sido expulsados” o “se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes”. El sujeto político puede ser un partido o una coalición.
“Se considerará tránsfuga a la persona electa por una candidatura promovida por una coalición si abandona, se separa de la disciplina o es expulsada del partido coaligado que propuso su incorporación en la candidatura”. Y añade: “Cuando surgiesen dudas sobre qué personas han incurrido en transfuguismo, será el sujeto político que los ha presentado y/o el partido que los y las propuso quien aclarará por escrito quiénes han abandonado la formación, han sido expulsados o se han apartado de su disciplina, a efectos de su calificación como tránsfugas”. El acuerdo establece además que “las personas no adscritas”, que es la categoría en la que Podemos e IU quieren que queden Rodríguez y los suyos, “no disfrutarán de los derechos económicos y administrativos que les corresponden a los grupos políticos, ni sus integrantes, limitándose sus derechos políticos al mínimo exigido constitucionalmente”. Es más, aplicando el texto, aunque el grupo Adelante Andalucía pasara de 17 a 6 o a 9 parlamentarios, todo apunta a que la asignación seguiría siendo la misma [ver aquí acuerdo segundo d: “El grupo político perjudicado o disminuido en su composición no deberá sufrir merma institucional alguna en los medios y asignaciones económicas y administrativas que como tal grupo le correspondiesen con anterioridad”].
El acuerdo fija que los partidos deben extender a los parlamentos autonómicos la regla de “cuando uno o varios concejales, incluso siendo la mayoría del grupo, abandona o es expulsado de la formación política que presentó la candidatura, los concejales que permanezcan en la formación política son los legítimos integrantes del grupo”. Agrega el acuerdo que mientras se producen esas reformas, se supere la “laguna” legal con interpretación en dicho sentido. Esto tiene una lectura en clave andaluza, ya que uno de los argumentos que vienen defendiendo Rodríguez y los suyos es que no tiene sentido que una minoría expulse del grupo a una mayoría.