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No paren el mundo, era broma

Raquel Martos nueva.

¿Cuántas veces hemos dicho aquello de: “¡Paren el mundo, que me quiero bajar!”? Yo muchas, lo confieso, y estoy segura de que algunos de ustedes, queridos lectores, también.

Pues bien, ahora que tenemos nuestro mundo casi parado del todo, yo diría que incluso bajarse de él da miedo. Con la dinámica de desgracias que llevamos, igual te bajas y según pones el pie en el suelo, te muerde una horda de zombis hambrientos y ya no te dejan descansar en toda la eternidad…

El otro día la NASA detectó una señal de radio desde la luna más grande de Júpiter, Ganímedes. Muchos pensamos en Carlos Jesús y en esos “trece millones de naves de extraterrestres que al mundo vendrán para una evacuación mundial”.

Mira que me he reído veces con ese discurso enloquecido. Pues esta vez, cuando conocí la noticia de la NASA, me dieron ganas de llorar de ilusión, imaginándome que vendrían desde Ganímedes a rescatarnos de este sindiós.

Y de pronto, qué angustia, imaginé la zorrera de la evacuación: alcaldes empujándote para colarse, como esos que se han puesto la vacuna cuando no les tocaba. Presidentas de comunidad peleándose con ministros en medio de la puerta de la nave, sin dejar pasar a nadie. Cambios continuos de criterio en la pasarela de embarque sobre el orden y las fases de evacuación.

¿Ustedes creen que en este momento de la historia podría darse una evacuación planetaria ordenada y lógica? ¡Pero cómo se va a poner de acuerdo un planeta entero, si la Unión Europea no ha creado una estrategia única contra la pandemia! ¡Pero, qué digo la Unión, si no es capaz de abordar una acción conjunta un solo país, por ejemplo España! ¡Pero qué digo un país, si hay diecisiete comunidades y diecisiete maneras de abordar el movidón, según le dé el aire a cada gobierno! ¡Pero qué digo gobierno, si hay diferentes enfoques para asuntos fundamentales, dentro de un mismo gabinete de coalición! ¡Pero qué gabinete, si no somos capaces en casa de alcanzar un acuerdo, en esa coalición por antonomasia que es la pareja, para elegir serie! ¡Y cuántas noches nos vamos a la cama sin haber visto un puto episodio porque nos ha dado la una de la madrugada dando vueltas por el menú de Netflix!

Adoro a Mafalda. Cuando algunas de mis amigas eligieron a Snoopy, yo la elegí a ella por su talento y por su corazón, no tuve dudas. Y “paren el mundo, que me quiero bajar”, quizás la frase que en más ocasiones se le atribuyó, no era de ella. Quino, aquel que dibujó los sentimientos de tantos de nosotros, lo desmintió: “Mafalda jamás habría dicho tal cosa”.

Me alegra saber que mi pequeña sabia nunca lo dijo, porque yo ahora no quiero bajarme del mundo, en realidad deseo que se vuelva a poner al ritmo de antes, para poder hacer cosas simples, como abrazar a mi madre, pasear sin mascarilla, celebrar con mis amigos sin medir la distancia y volver a dormir sin pensar en paro, miedo y muertos.

Puede que muchos de los que pronunciamos ese deseo lo hiciéramos porque, en el fondo, sabíamos que el mundo no se pararía. Pero ahora que va reduciendo la marcha, yo me estoy arrepintiendo, no paren el mundo, por favor, era broma.

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