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Congreso de los Diputados

Los nombres de las 1.081 asesinadas por la violencia machista plantan cara a Vox

Todos los parlamentarios, excepto los de Vox, aplauden durante el pleno del Congreso de los Diputados, este martes en Madrid.

La primera parte de la sesión plenaria del Congreso de este martes ha sido protagonizada por más de un millar de mujeres. Las 1.081 asesinadas desde 2003 a manos de sus parejas o exparejas hombres. Los nombres de todas ellas han desfilado, en boca de los grupos parlamentarios, como respuesta a una iniciativa de Vox que proponía una denominada ley contra la violencia intrafamiliar. "En recuerdo a las 1.081 mujeres asesinadas desde 2003 en el Estado y frente a los que intentan negar la realidad, desde nuestro grupo decimos alto y claro que la violencia sí tiene género". Con estas palabras cada portavoz ha subido a la tribuna para a continuación dar paso a los nombres: de María Adela a Alicia, pasando por Manuela, Dolores, Luisa y María Soledad. Los grupos parlamentarios les han concedido a ellas, las grandes ausentes, todo el protagonismo.

La iniciativa parte del grueso de los grupos parlamentarios, quienes acordaron la frase inicial y leer a continuación el listado de nombres, encadenados en cada intervención. Los participantes coinciden en que la mejor respuesta a los planteamientos de la ultraderecha no es otra que poner sobre la mesa los feminicidios que cada año engrosan el listado de víctimas de violencia machista. Es, defienden, el más rotundo de los argumentos. "La fuerza de los nombres, uno detrás de otro, es la contundencia de la innegable realidad", señala la diputada socialista Lídia Guinart a preguntas de infoLibre. "La demagogia negacionista de Vox queda en evidencia y desarmada ante esta cruda realidad que es la violencia machista".

El partido de Santiago Abascal presentaba este martes una proposición de ley sobre violencia intrafamiliar en la que se pedía la derogación de la Ley de Violencia de Género. Un planteamiento obsesivo en las filas de la formación: el partido ya hablaba de violencia intrafamiliar a su llegada a las instituciones hace ahora tres años y así lo ha proclamado allá donde ha conquistado algo de poder. 

También habla de negacionismo la diputada de Unidas Podemos Mar García Puig. En conversación con este diario detalla que el discurso de la extrema derecha "tendría que estar totalmente superado", pero ante ese anclaje "la mejor forma de contestar es hacer un homenaje a todas las víctimas, a todas las mujeres y a las personas que han luchado contra la violencia machista". Y para ello, mostrar unidad es clave para "rebatir esos argumentos". Especialmente en un momento de especial tensión política: "Frente al ruido, las tensiones y las desuniones, conviene mostrar una unidad total contra la violencia machista, por encima de las siglas de partido".

Inés Sabanés, diputada por Más País, coincide en que se trata de un "homenaje a las víctimas", pero también constituye un impulso para "mantener visible y clara la terrible dimensión de la violencia machista". Un extremo, opina, "especialmente importante para quien como Vox la niega". Para Mertxe Aizpurua (EH Bildu), la inciativa ha sido una "forma contundente y desde la unidad de contrarrestar el discurso inaceptable de Vox" a través de una "respuesta coordinada y unitaria". La portavoz estima que la lectura de los nombres "ha sido un acto de recuerdo y la mayor de las argumentaciones". La respuesta ha sido prácticamente unánime, pero ha registrado dos ausencias: Ciudadanos y el Partido Popular.

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Desde el Partido Popular explican que su voluntad era utilizar "la intervención para pedir un impulso a las políticas que el Gobierno no hace". Además, reprochan, "hay grupos como Bildu que no condenan el terrorismo de ETA, que también ha matado a mujeres". Así lo ha señalado la diputada Alicia García al inicio de su intervención: "El Partido Popular aplaude a las víctimas de violencia de género como también aplaudimos en su día a las víctimas del terrorismo". La portavoz conservadora ha subrayado la necesidad de "abordar la violencia intrafamiliar en sus distintas manifestaciones", pero ha rechazado el texto de la ultraderecha, que "no pone nombres y apellidos a los distintos tipos de violencia". Las fuentes consultadas señalan que el grupo quería, mediante su intervención, "rebatir los argumentos de Vox". A las víctimas, remachan, las han "aplaudido con la palabra".

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En cuanto a Ciudadanos, fuentes del grupo resaltan que su apoyo a la iniciativa se ha trasladado mediante los aplausos de su bancada. "Estamos en el Congreso y nuestras herramientas son la palabra y los argumentos, así que hemos explicado por qué no estamos de acuerdo con Vox", señalan las mismas voces. En ese sentido, defienden que los españoles puedan "escuchar estos argumentos" frente a "los populistas de Vox". Lo cierto es que Sara Giménez se mostró especialmente crítica durante su intervención y recalcó en la Cámara Baja que "el objetivo de la proposición es negar la violencia de género, esa forma de violencia específica que tenemos que combatir hoy más que nunca. Aceptar su enfoque sería un retroceso social". 

Aizpurua recuerda que la violencia machista es "un problema que afecta a toda la sociedad", por lo que la implicación de las instituciones es "totalmente necesaria". "La pandemia de la violencia machista debe ser una prioridad y sólo mediante la puesta en marcha de iniciativas integrales que incidan en la raíz del problema se podrá avanzar en su erradicación". La parlamentaria vasca resta peso a la ausencia de la derecha en la lectura del listado: "Es cierto que no han querido sumarse a esta iniciativa común, pero también es cierto que al final se han sumado al aplauso colectivo que ha supuesto un 'no' rotundo a Vox". 

También Guinart cree que habría sido "deseable la plena unanimidad en la respuesta frente al negacionismo", pero asume que el objetivo final se ha cumplido: "Aislar a Vox se ha conseguido en el aplauso final". En ese momento, coincide, "es cuando el grupo de extrema derecha se ha quedado totalmente solo y aislado". Pese a esta concesión, la socialista cree que para el PP "es una oportunidad perdida de distanciarse claramente de Vox, si es lo que realmente quiere". 

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