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Camino a las elecciones andaluzas de 2022

Moreno amaga con un adelanto electoral en Andalucía si no logra aprobar los presupuestos

La portavoz parlamentaria del PSOE andaluz, Ángeles Férriz, en la tribuna del Parlamento durante el debate sobre el estado de la comunidad.

El pacto presupuestario de PSOE y PP en Andalucía, una idea que el presidente Juan Manuel Moreno (PP), el secretario general socialista Juan Espadas y los lugartenientes de ambos habían alentado durante semanas, se aleja. Quizás, irreversiblemente. Y emerge, por voz del presidente Moreno, la hipótesis del adelanto electoral. 

La aprobación o no de las cuentas, que sin el PSOE quedaría en manos de Vox, puede determinar los tiempos que restan a la legislatura, cuyo fin está previsto para final de 2022 pero podría terminar antes si Moreno decide adelantar la cita con las urnas. El presidente, de momento, afirma que no es su deseo. "Ahora mismo no es el momento de hacer elecciones", dijo este miércoles, aunque cree que si las hubiera convocado para noviembre, a tenor de las encuestas, sería "el rey del mambo". Eso sí, casi al cierre de un debate sobre el estado de la comunidad iniciado ocho horas antes, en torno a las 20.30, dejó un recado flotando: "Un gobierno no puede caminar sin apoyo parlamentario. Si el Parlamento empieza a decidir que no podemos aprobar leyes tan importantes como los presupuestos, que no podemos sacar decretos, que no podemos sacar leyes fundamentales, ustedes irán empujando al Gobierno a un callejón sin salida".

Fue una advertencia de adelanto en toda regla, desde la tribuna del Parlamento.

Choque de PP y PSOE

El debate sobre el estado de la comunidad, que comenzó este miércoles y sigue este jueves, supuso un empeoramiento claro en la relación –en fondo y forma– entre el principal partido del Parlamento, el PSOE, con 33 diputados, y el segundo, el PP, con 26, que ostenta la presidencia gracias a Cs y Vox. El choque fue frontal entre Moreno y Ángeles Férriz, portavoz del PSOE. Ninguno de los dos dan formalmente por muerta la posibilidad de un pacto, atribuyendo a la otra parte la responsabilidad de una ruptura, pero desde el propio atril tanto Moreno como Férriz dejaron el terreno casi impracticable, después de que el presidente rechazase la exigencia de Espadas de dejar a Vox fuera de la negociación.

El alejamiento de PSOE y PP refuerza la posición de Vox, que vuelve a tener la llave de las cuentas. En las tres ocasiones anteriores, dio luz verde. Ahora está por ver. Su portavoz parlamentario, Manuel Gavira, afirmó que su partido se mantendrá fiel a sus "principios" y acusó a Moreno de hacer "políticas de la izquierda" y a rendirse al consenso "globalista" y a la "Agenda 2030", todo ello después de casi tres años de legislatura en las que PP y Cs le han hecho múltiples cesiones en materia de género, inmigración y memoria.

Gavira se quejó de la delincuencia de los inmigrantes, así como del cambio de nombre de emplazamientos en cumplimiento de las leyes de memoria. Es el repertorio habitual. También afirmó que su partido está dispuesto a pagar el precio de que lo acusen de estar en la "trinchera". Y remató advirtiendo que exigirá el "cumplimiento íntegro de lo que hemos acordado". "Si usted no cumple lo acordado, no va a tener el apoyo de Vox", advirtió Gavira, que le recordó que 26 y 21, los diputados de PP y Vox, no suman 55, lo necesario para la mayoría absoluta. Es decir, le recordó que Vox es imprescindible. "Usted es presidente gracias a Vox", le soltó Gavira a Moreno, sabedor de que el foco estaba sobre él después del fuerte choque entre Moreno y Férriz.

Dos noes

Lejos queda ya el 1 de octubre, cuando Moreno (PP) y Espadas (PSOE) declaraban públicamente que el acuerdo era posible. Técnicamente, las posibilidades de negociación están abiertas hasta el 24 de noviembre, cuando se desarrollará el debate de totalidad del proyecto de ley de presupuestos. Pero el escenario de diálogo de PP y PSOE es historia.

Hubo dos noes clave del presidente Moreno (PP), que en su intervención de apertura del debate rechazó desde la tribuna del Parlamento excluir a Vox de las negociaciones presupuestarias o dar marcha atrás en la no renovación de 8.000 sanitarios cuyo contrato termina el 31 de octubre. Se trata de dos requisitos mantenidos hasta ahora por el líder socialista Juan Espadas para dar su apoyo a los presupuestos de 2022, año electoral.

Tras escuchar a Moreno, Espadas –que no es parlamentario sin alcalde de Sevilla– afirmó ante los medios en los pasillos de la Cámara que era un acto de "cinismo" de Moreno hablar de diálogo sin responder a su propuesta de pacto, basada en el blindaje de la sanidad y la educación públicas y el aumento de los fondos destinados a la memoria histórica, condicionada hasta ahora por Vox.

Un margen mínimo

El margen para el respaldo por parte del PSOE ha quedado reducido al mínimo, como puso en evidencia la portavoz socialista, Ángeles Férriz, que le dijo a Moreno que Macarena Olona, que suena como posible candidata de Vox, lo tiene "cogido por los presupuestos". Férriz insistió en una idea: el PP rechaza el acuerdo con el PSOE para proteger su futuro acuerdo con Vox, con el que está abocado a pactar en el futuro. Se prefigura así el discurso del PSOE para la larga precampaña. "El pacto con Vox o un pacto con el PSOE. Hoy elige usted, pero dentro de poco elegirán los andaluces y las andaluzas", dijo Férriz, que cargó directamente contra la imagen de moderado de Moreno. "No engaña a nadie" como el "bueno de la película" y "su palabra no vale nada" fueron algunos de los mensajes que le dedicó.

¿Pactar después de eso? Difícil.

Moreno atribuyó a Férriz y a su jefe, Juan Espadas, una "ansiedad" electoral que hace al PSOE comportarse "con extrema agresividad". "Lamento ver que el cambio en el PSOE no ha durado ni 90 días", afirmó Moreno, que se defendió de las críticas por sus acuerdos con Vox afirmando que que Bildu integra a "exterroristas de la banda asesina ETA". Otro discurso que se va a oír mucho en los próximos meses.

Un debate cargado de expectativas

El debate sobre el estado de la comunidad de Andalucía venía cargado de expectativas. ¿Por qué? Porque comienza sólo una semana antes de que el Consejo de Gobierno de PP y Cs presente al Parlamento los presupuestos de 2022, que si no encuentran apoyos suficientes abonarían la hipótesis de un adelanto electoral. No obstante, de momento es sólo una posibilidad, a la que Moreno dio alas con el cierre de su última intervención.

Espadas, que busca tiempo para afianzarse, se había abierto a pactar el presupuesto con el PP, un movimiento significativo en un contexto nacional de política de bloques con raras excepciones. Dicho acuerdo sería algo inédito en la legislatura, en la que PP, Cs y Vox han pactado tres presupuestos. A cambio de su posible apoyo, Espadas–insistente en que su voluntad negociadora iba a en serio– puso en la mesa una serie de exigencias políticas a las que se sumaban dos líneas rojas: excluir a la ultraderecha de la negociación y revertir la decisión de no renovar a 8.000 de los 20.000 sanitarios de refuerzo covid contratados con fondos estatales y que ahora se quedan en la calle.

Moreno, en su discurso de apertura del debate, explicó la no renovación de sanitarios en que el Gobierno ha suprimido el "fondo covid", pese a lo cual la Junta ha renovado 12.000 de los 20.000 contratos, entre ellos todos los médicos y el 66% de las enfermeras. El debate no va sólo sobre estos números. La sanidad, especialmente la atención primaria, sale tocada de la pandemia, como denuncian sindicatos, sociedades médicas y colectivos de usuarios. El PSOE ha puesto ahí el foco de su oposición. Y los 8.000 no renovados se han convertido en un símbolo.

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En cuanto a la negociación del presupuesto, Moreno solemnizó: "Señorías, estamos dispuestos a negociar sin vetos hasta la extenuación con todos los grupos políticos". Quedan incluidos todos, también Vox.

Con esos dos noes a las exigencias del PSOE, salió Férriz a decirle a Moreno que "su palabra no vale nada".

Al margen de los dos temas utilizados para marcar la negociación –sanitarios y papel de Vox–, el presidente hizo un discurso muy centrado en el terreno sanitario, donde sabe que cunde el malestar, y crítico con el Gobierno central, al que acusa de maltratar a Andalucía en beneficio de Cataluña, otro discurso con el que el Gobierno andaluz trata de socavar la posición del PSOE. Inmaculada Nieto, portavoz de Unidas Podemos, acusó a Moreno de triunfalismo. "Hemos asistido otra vez al publirreportaje, al reflejo de una Arcadia feliz, a la espectacularidad, al por primera vez en la historia", le dijo al presidente.

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