La ERC más "ideológica" se impone frente a la independentista en el rechazo a la reforma laboral

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, junto al portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, en un acto de campaña en Barcelona.

En política a las discrepancias en el seno de una organización se le llama almas, que suelen estar categorizadas en dos grupos: un sector con posiciones más blandas o posibilistas, y otro con posiciones duras o rupturistas. Este fenómeno se da en los grandes partidos pero también en los más pequeños. Y a veces esas diferencias son tan irreconciliables que de ellas acaba saliendo una nueva formación, como le pasó a Íñigo Errejón con Podemos y a Santiago Abascal con el Partido Popular. 

Pero lo más habitual es que esas almas convivan —con mayor o menor acierto— e, incluso, que llegado un punto se necesiten para abarcar a un público más amplio. Es el caso de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), a tenor de las palabras de su actual portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, que defiende que las "almas" de su partido son las que han permitido a Pere Aragonès llegar a la presidencia de la Generalitat por primera vez desde los años 80. Aragonès busca ser una vía intermedia entre esas dos almas.

Rufián es un fiel representante de ese alma más pactista e ideologizada del partido frente a otro sector que piensa en clave independentista y defiende la vía unilateral. Sus discursos en la Cámara Baja tienen un marcado contenido de clase y se dirigen a todo el país. Sus intervenciones contrastan, a menudo, con las de miembros de su propia formación y prueba de ello son las diferencias entre su discurso y el de su compañera de escaño, Montserrat Bassa —hermana de la exconsellera Dolors Bassa—, el día de la investidura de Pedro Sánchez

Los esfuerzos de todo el partido, tanto en el Govern como en Madrid, se encuentran ahora en lo que el independentismo denomina como "ampliar la base", es decir, lograr que el apoyo a la independencia de Cataluña cuente con una mayoría abrumadora entre la población frente al empate que hay ahora mismo entre los dos bloques. Pero para ese sector más izquierdista no solo basta con la apuesta por un referéndum o con reclamar la amnistía de los políticos indultados, sino también por atraer a los votantes del PSC y también de los comunes con reivindicaciones de clase.

Según explican infoLibre fuentes de ERC en el Parlament catalán en las últimas semanas se han producido "intensos" debates en el seno del partido sobre la posición que deben tomar en la reforma laboral. Los hay más pragmáticos que Rufián y que consideran que votar en contra de la norma aprobada en el Consejo de Ministros y pactada con los agentes sociales podría perjudicarles de cara al futuro y dificultar su relación con Jéssica Albiach, líder de los comunes, con la que recientemente aprobaron los presupuestos.

"Claro que hay un debate, como sucede en cualquier organización", señalan estas fuentes, frente a los que aseguran que el partido está unido con "una sola voz" en esta cuestión. Pese a ello, la formación se sigue manteniendo mayoritariamente en el no en contraposición con los que abogan por una abstención táctica, que permitiría al Gobierno sacar adelante el proyecto de manera holgada. "Sabemos desde el primer minuto a qué y a quién nos enfrentamos, tenemos que intentar dialogar pero sin dejarnos llevar", defienden.

Aragonès da autonomía al grupo parlamentario del Congreso para negociar

La negociación de la reforma laboral se juega en Madrid. Según apuntan voces de la negociación a este periódico, el president Aragonès ha dado autonomía al grupo parlamentario para negociar y, llegado el momento, rechazar la reforma. En este sentido destaca el papel que está jugando Jordi Salvador, diputado de ERC y exsecretario general de UGT en Tarragona, que mantiene los cauces abiertos con el Ministerio de Trabajo, y hay quien apunta a que ponerle a él como interlocutor podría "facilitar" el entendimiento.

Entre sus demandas está la puesta en marcha de una legislación para combatir la parcialidad laboral, el peno retorno de los salarios de tramitación en despidos improcedentes, el reforzamiento a la inspección de trabajo —cuya competencia es autonómica—, el retorno de la autorización administrativa de los ERE y la prevalencia de los convenios catalanes "si son mejores".

De momento, lo que ha puesto sobre la mesa el ministerio de Yolanda Díaz es la posibilidad de reformar el Estatuto de los trabajadores para dejar clara la prevalencia de los convenios autonómicos sobre los estatales. Sin embargo, esta propuesta no cuenta con apoyos en ERC ni del resto de formaciones porque no se fían de las "promesas a futuro". Y tampoco la validan dentro del propio Gobierno de coalición.

El PSOE ha cerrado la puerta a esa posibilidad y se niega a hipotecar ningún acuerdo con estos grupos. "No se tocará ni una coma", insisten. Ese fue el requisito de la patronal para mantener su firma en el acuerdo. "Los que voten no tendrán que explicar a cada contrato temporal por qué no le hubieran hecho indefinido", añaden en la dirección del grupo.

Desde ERC lamentan el "chantaje emocional" al que, a su juicio, recurre el Gobierno para tratar de sumarles a la reforma laboral. "Nos están diciendo que por nuestra culpa estamos condenando a la temporalidad a miles de trabajadores. Pero eso no se sostiene. No se puede llegar a un Congreso en el que no tienes mayoría y exigir al resto de grupos que te apoyen sin cambiar nada", zanjan.

Díaz se desplaza a Barcelona y se reúne con sindicatos catalanes

La presencia de Yolanda Díaz esta semana en Barcelona no es casual. Allí permanecerá dos días y confía en afianzar el voto de los republicanos desde allí. Según señalan fuentes de su equipo, este mismo miércoles iba a cenar con Roger Torrent, conseller de Empresa y Trabajo. A lo largo del día la vicepresidenta segunda se ha reunido con medio centenar de delegados sindicales de UGT, el sindicato de referencia de la formación independentista. Allí ha sido recibida por su secretario general, Camil Ros, quien ha indicado que este es "un buen acuerdo" porque aunque "le faltan cosas", "a las patronales y a los sectores más carcas les sobra todo".

Más duro ha sido el secretario general de Comisiones Obreras, Javier Pacheco, quien ha criticado la "miopía política" de los grupos de izquierdas que no apoyan la reforma laboral durante la celebración de la asamblea. Pacheco también ha enviado un recado a estas formaciones: "Nadie a nosotros nos tiene que dar lecciones de lo que significa el respeto la soberanía popular".

La vicepresidenta segunda también se ha expresado con firmeza. "Quien diga que la reforma es liviana, lo combato con la palabra y le diría que tiene un profundo desconocimiento de lo que se ha hecho", ha manifestado. Previamente la gallega aseguró que la reforma es "para los trabajadores" y "no un proyecto político", y menos "personal", como dijo Rufián la pasada semana.

Las presiones aumentan hacia ERC

En ERC no son ajenos a la presión sindical y auguran que esta irá a más en los próximos días a medida que se acerque la fecha de la votación, programada para el próximo 3 de febrero. El analista Nacho Corredor asegura que ERC también está recibiendo presiones de las asociaciones empresariales en Catalunya. "Ni Foment del Treball, ni PIMEC, apoyan la reforma laboral. Una buena parte del mundo empresarial catalán percibe que ERC no está haciendo vale sus votos en la capital, como consideraban que lo hacía CiU. Los Presupuestos se han aprobado, aparentemente, solo a cambio del contenido de la ley del audiovisual", señala a este periódico.

Sin embargo, en ERC creen que la que "acabará perdiendo" es la propia Díaz si finalmente saca adelante el texto con el apoyo de Ciudadanos y partidos minoritarios. "Si lo hace en Cataluña lo va a tener muy difícil en los barrios más humildes, que saben muy bien lo que es Ciudadanos", sintetizan.

Para la experta en comunicación política Teresa Ciges, que conoce bien la realidad catalana, todo dependerá del relato que se imponga. "Se puede decir que la reforma se ha aprobado con la ayuda de Ciudadanos, y también se puede decir que el soberanismo ha votado en contra junto con Vox, por ejemplo. Por eso es tan importante ganar la batalla del relato", resume a infoLibre.

"La candidatura de Yolanda puede arrebatar votos a ERC"

La tesis de ERC es desmentida por el equipo de la vicepresidenta, que considera que Díaz "viene consolidando su liderazgo político y su carácter presidenciable durante los últimos meses desde que asumió la vicepresidencia del Gobierno", también en Cataluña. "Díaz tiene una alta valoración entre los votantes de ERC, y facilitar el despegue de su candidatura política tampoco les debe apetecer mucho", añade Corredor.

El PSOE cree tener amarrada la reforma laboral en el Congreso con Cs, PDeCat y partidos minoritarios

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En particular, y sustentándose en los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en el entorno de la vicepresidenta creen que su apoyo sí que consolida en las personas que optaron por votaron a UP, al PSOE o a quienes apoyan al gobierno de coalición, entre los que se encuentra ERC.

En el caso de Catalunya aseguran que "los datos son concluyentes". "La valoración sobre Yolanda Díaz de los votantes que confiaron en En Comú Podem es de 7,1 y la de los de ERC de 5,5. En relación a su carácter presidencial, mientras los votantes de ECP lo consideran así en un 60%, en el caso de ERC prácticamente alcanza el 30% (28,8%)", abundan. A tenor de estos datos, Díaz incluso obtiene buena valoración entre los votantes de la CUP y del PSC.

Para Ciges la posible candidatura de Yolanda Díaz "puede ser un revulsivo y arrebatar votos a ERC", pero cree que arrebataría "muchos más" al PSC, puesto que "en las elecciones generales en Cataluña también se vota en base al eje nacional y al proyecto que se tiene en relación a este".

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