Francia de convierte en un paraíso fiscal para los multimillonarios
El martes 6 de junio, el Institut des Politiques Publiques (IPP) publicó un estudio que demuestra que los ultrarricos en Francia pagan muy pocos impuestos sobre la renta (IRPF) en proporción a sus ingresos totales. Un contraste sorprendente en un período de manifestaciones contra la reforma de las pensiones, que demuestra claramente que en Francia sigue existiendo una injusta diferencia de trato entre, por un lado, las personas a las que se pide constantemente un esfuerzo suplementario y, por otro, una casta privilegiada a la que se permite eludir el pago de impuestos.
Para respaldar su investigación, los cuatro investigadores del IPP que redactaron el informe –Laurent Bach, Antoine Bozio, Arthur Guillouzouic y Clément Malgouyres– explican que han utilizado "datos de una calidad poco común" de la Dirección General de Finanzas Públicas (DGFiP) y del Centro de Acceso Seguro a Datos (CASD).
Respetando el anonimato de los contribuyentes ricos, pudieron recopilar datos que se remontan a 2016 sobre sus declaraciones del impuesto sobre la renta, el impuesto sobre el patrimonio y el impuesto de sociedades. Todo ello se cruzó con información sobre los accionistas de referencia de cada empresa.
Primera revelación del IPP: la renta fiscal declarada por los multimillonarios es muy inferior a la que realmente disponen, porque no tiene en cuenta las rentas mantenidas en sociedades holding bajo su control.
Teniendo en cuenta todos estos ingresos, los investigadores del IPP concluyeron que la "renta económica" global de los 378 hogares más ricos ascendía a una media de 171,8 millones de euros, es decir, 14 veces más que su renta fiscal media. En el caso de los 75 hogares más ricos, la situación es aún peor: su renta fiscal media fue de 35,9 millones de euros en 2016, mientras que su renta económica global superó los 1.000 millones de euros.
Infra-imposición en el IRPF
A continuación, los investigadores del IPP cruzaron esas cifras actualizadas con el importe del impuesto sobre la renta que los ultrarricos pagaron realmente en 2016. En cuanto a los tipos impositivos, las conclusiones son demoledoras: el informe del IPP revela que, en 2016, los 378 hogares más ricos de Francia solo pagaron un 2% en concepto de impuesto sobre la renta y cotizaciones sociales en relación con sus ingresos económicos totales.
Peor aún, cuanto más ricos son, más tienden a cero sus tipos de IRPF: en los anexos de la nota del IPP, vemos que los 75 hogares más ricos pagaron solo el 0,3% en IRPF y cotizaciones a la Seguridad Social en proporción a sus ingresos económicos.
En resumen, el impuesto sobre la renta, el instrumento fiscal más progresivo en Francia –y por tanto el más justo– está fracasando estrepitosamente a la hora de gravar a los multimillonarios. El artículo 13 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que establece el principio según el cual la carga fiscal debe "repartirse equitativamente entre todos los ciudadanos, según sus posibilidades", parece que se ha extraviado.
¿Cómo se explica esto? Trivialmente: mediante la optimización fiscal. En lugar de pagarse a sí mismos con salarios, los ultrarricos prefieren crear sociedades holding a las que transfieren, en forma de dividendos, los beneficios generados por las empresas que poseen.
Esos beneficios se gravan inicialmente a nivel filial con el impuesto de sociedades: un 25% hoy en día y un 33% en 2016, en el momento del estudio del IPP. Pero gracias a la directiva europea sobre matrices y filiales, que impide que una empresa tribute por los dividendos de una filial, esos beneficios dejan de tributar una vez que llegan a la sociedad holding. Se quedan ahí, sin que el fisco pueda hacer nada.
Los multimillonarios –siempre rodeados de asesores fiscales supercompetentes– no tienen más que utilizar las lagunas fiscales a su disposición para reducir a un goteo el tipo impositivo cuando quieran liberar todo el dinero que se ha canalizado hacia las sociedades holding.
Los investigadores han identificado tres lagunas fiscales muy utilizadas por los ultrarricos para eludir la solidaridad nacional: la exención del impuesto sobre las plusvalías en caso de cesión de empresas; la infra-imposición de las plusvalías latentes en caso de traslado de la residencia fiscal fuera de Francia –sistema también conocido como exit tax–; y las desgravaciones previstas en el pacto Dutreil (ministro de las PYME y de la función pública entre 2002 y 2007, ndt) por donaciones.
Sólo les afecta el impuesto de sociedades
Todas esas lagunas hacen que, al final, dada la enorme cantidad de ingresos de que disponen, los multimillonarios sólo estén significativamente gravados por el impuesto de sociedades (IS), antes de que los beneficios pasen a sus sociedades holding. Teniendo en cuenta el impuesto de sociedades, el tipo impositivo efectivo global para los 75 hogares más ricos de Francia fue del 26% en 2016.
Puede parecer un tipo adecuado, pero sigue estando muy lejos del 60% que impondría la ley si los ingresos de los ultrarricos se gravaran efectivamente con el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social. Además, este tipo es muy inferior al que paga el resto de la población, como explicaba el economista Gabriel Zucman, profesor de la Escuela de Economía de París: "Prácticamente todas las categorías de la población –clases trabajadoras, modestas, medias y altas– pagan alrededor del 50% de sus ingresos en impuestos, ya sea a través del impuesto sobre la renta, el IVA, el impuesto sobre bienes inmuebles, etc., mientras que los ultrarricos sólo pagan el 25%", afirmó.
Los investigadores del IPP no dicen cuánto podría recuperar potencialmente el fisco si los ultrarricos tributaran de la misma manera que la gente corriente, pero dadas las cantidades en juego, podría cifrarse fácilmente en miles de millones.
Sin embargo, ofrecen algunas ideas interesantes para remediar la situación. La primera de ellas es gravar a las sociedades holding sin cuestionar la Directiva europea sobre matrices y filiales. Se trataría de gravar las rentas no distribuidas de los holdings de los ultraricos en Francia con el impuesto sobre la renta de las personas físicas. ¡Toda una revolución fiscal!
Una medida que debería ir acompañada de "una mayor transparencia de las rentas de las empresas, para evitar nuevas formas de optimización". Se trata, en definitiva, de establecer una definición convincente "de lo que es una renta no distribuida pero efectivamente controlada, y por tanto de libre disposición para el contribuyente".
¿Dará lugar a reformas este informe?
Aunque para Antoine Bozio, director del IPP, este informe no tiene la finalidad de "sustituir un debate democrático", sí espera que aporte datos valiosos para asesorar a los representantes del pueblo con vistas a posibles reformas. Imaginamos que los miembros de la oposición en la Comisión de Finanzas estarán muy interesados en toda esta información. Pero en lo que respecta a la mayoría parlamentaria y al ejecutivo, hay pocas posibilidades de que este informe tenga efectos.
Lo cierto es que las reformas fiscales llevadas a cabo desde 2018 no han hecho más que rebajar el tipo efectivo que pagan los multimillonarios. Echando un vistazo, en primer lugar el tipo del impuesto de sociedades se ha reducido del 33% al 25%.
Luego, hay que recordar que Emmanuel Macron reformó el exit tax en 2018, reduciendo a solo dos años el periodo de tributación de las plusvalías latentes para los jefes de empresas que hayan decidido trasladar su domicilio fiscal al extranjero y vender su empresa, frente a los quince años anteriores. Una puerta abierta a la "evasión fiscal", como criticó Véronique Louwagie, miembro del partido liberal Les Republicains, durante los debates parlamentarios sobre la Ley de Finanzas de 2023.
Sería quedarse corto decir que, en materia fiscal, el Ejecutivo ha ignorado hasta ahora las recomendaciones de los comités independientes de evaluación de sus reformas, e incluso ha dado la espalda a la racionalidad económica (como explicamos aquí).
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Por ejemplo, el informe de evaluación de France Stratégie sobre las reformas de 2018 destinadas a rebajar la fiscalidad del capital, "no detecta ningún impacto sobre la inversión y los salarios entre las empresas que son más propiedad de particulares tras la introducción de una tasa única a tanto alzado". El informe también estima que el impacto de la transformación del impuesto de solidaridad sobre el patrimonio en un impuesto sobre la riqueza inmobiliaria es "nulo sobre la inversión de las empresas". Los multimillonarios podrán pasar sin sobresaltos lo que queda de este mandato de cinco años.
Traducción de Miguel López