El debate de investidura
Sumar se desdibuja en la investidura y el grupo parlamentario cree que Díaz debió responder a Feijóo
Ni Pedro Sánchez ni Yolanda Díaz intervinieron durante el debate de investidura del líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Tampoco prevén hacerlo el próximo viernes, cuando tenga lugar la segunda votación. Se trata de una estrategia coordinada entre el presidente del Gobierno y la vicepresidenta segunda —ambos en funciones— donde ambos, al igual que sus equipos, mantuvieron la incógnita hasta el último momento. Finalmente cedieron los focos a Óscar Puente, exalcalde de Valladolid y diputado socialista y a Marta Lois, la portavoz de Sumar, para tratar de rebajar al máximo las aspiraciones de Feijóo.
Según trasladan fuentes del entorno más cercano de la vicepresidenta segunda, su idea inicial era contestar ella misma a Feijóo, un político al que afirma “conocer muy bien” y con el que no tuvo la oportunidad de confrontar en campaña tras su ausencia del debate de RTVE, pero tras consultarlo con Sánchez decidió seguir la misma estrategia para evidenciar la sintonía del Gobierno. Sin embargo, los planes no han salido como Díaz pretendía y el que ha acabado desdibujado ha sido su grupo parlamentario.
Puente protagonizó un duro discurso que encendió los ánimos de la bancada del PP, con referencias a su modus operandi de Gürtel, "tamayazos" y sobresueldos, en el que definió al PP de Galicia como "Fariña", con el recuerdo de las fotos de Feijóo con Marcial Dorado, condenado por narcotráfico. Sin embargo, la intervención de Lois fue más templada y apenas tuvo eco mediático, salvo por la mención a la amnistía como la vía para solucionar el conflicto entre España y Cataluña. Distintas voces consultadas en el grupo parlamentario reconocen que les faltó "garra" y creen que deberían de haber adoptado una actitud más ofensiva, con Díaz —y no la amnistía— como protagonista.
Un malestar verbalizado por Podemos, erigido como verso suelto de Sumar, aunque compartido por otras formaciones como Izquierda Unida, Más Madrid o Compromís. "Nuestro espacio político tiene que tener ambición y reivindicar una autonomía del PSOE para no acabar convertido en una comparsa", subrayó el coportavoz morado Javier Sánchez Serna, que lamentó que Díaz no hubiera dejado a Podemos intervenir en el debate, mientras que sí lo hicieron en el turno de réplica el portavoz adjunto de IU, Enrique Santiago, y la de los comunes, Aina Vidal.
Desde Sumar se defienden de esas críticas y recuerdan que uno de los leiv motiv de Díaz sigue siendo "rebajar el ruido" que, a su modo de ver, ahonda en la brecha de representantes y representados. Asimismo creen que el debate ha demostrado que su estrategia difiere por completo de la del PSOE, porque mientras ellos apostaron por un perfil más combativo y experimentado como el de Puente, la vicepresidenta segunda le confió esa tarea a Lois, nueva en el circuito parlamentario.
Dudas sobre la viabilidad de Lois como portavoz
Lois, doctora en Ciencia Política por la Universidad de Santiago de Compostela, ha estado ligada a la política municipal de la capital gallega con Compostela Aberta, coalición con la que llegó a ser concejal de Igualdad, Desarrollo Económico y Turismo en el mandato del exalcalde Martiño Noriega entre los años 2015 y 2019. Posteriormente, fue portavoz del partido local en el consistorio hasta 2022. Su elección como portavoz se explica por su estrecha amistad con Díaz, que la conoce desde su paso por la política gallega, y se encuadra en el intento de la líder de Sumar por realizar un lavado de cara al espacio.
Sin embargo, su falta de experiencia parlamentaria a nivel nacional —durante muchos años se dedicó a la política desde el plano académico— está jugando en su contra, en un momento en que la política está muy polarizada y todas las formaciones buscan marcar la agenda como pueden. Dentro de la coalición hay quién duda ya sobre la viabilidad de Lois como portavoz a largo plazo, aunque de forma general se asume que necesita más meses de "rodaje" antes de plantear su sustitución definitiva.
A ello se le suma que algunos partidos que integran la coalición, como IU, critican abiertamente las "decisiones unilaterales" de Sumar en la elección, precisamente, de las portavocías. Así lo desgranó el coordinador general de IU y ministro de Consumo en funciones, Alberto Garzón, el pasado viernes en un documento político ratificado por la dirección del partido, en el que pedían a Díaz que Sumar se constituyera como una federación de partidos para consensuar ese tipo de elecciones.
Una coalición en la que todos quieren tener voz propia
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Uno de los retos de Díaz esta legislatura es tratar de cohesionar un grupo político en el que todos quieren tener voz propia. También para una eventual investidura de Pedro Sánchez, que quieren zanjar cuanto antes. Al menos así lo ha manifestado ya Compromís y Podemos. Los primeros han exigido la condonación de deuda de la Comunitat Valenciana y la reforma de la financiación autonómica para apoyar a Sánchez, los segundos han puesto cinco propuestas encima de la mesa, entre ellas la continuidad de Irene Montero como ministra de Igualdad. El resto de aliados no reclaman una negociación bilateral, pero algunos como Més o la Chunta sí piden a la líder de Sumar que tenga en cuenta sus reivindicaciones a la hora de negociar con los socialistas.
Esa amalgama de voces, que Sumar identifica como un ejemplo de la "plurinacionalidad" del país, le sirvió a Feijóo para ensañarse durante su réplica. El líder del PP se metió de lleno en las tensiones internas del espacio, especialmente entre Podemos y Díaz. "El único que no ha hablado aquí es el portavoz de Podemos, el que consiguió que tuvieran millones de votos, ese lo tiene prohibido, ese no puede hablar. Las purgas en la izquierda son muy dolorosas", subrayó. "Sumar es una amalgama de partidos para disfrazar que cuanto más se le conoce menos gente les vota", afirmó también.
Las distintas formaciones consultadas reconocen que los asuntos de la interna les hacen daño —tanto de puertas hacia dentro como hacia fuera— y hay quien opina que debería hacerles "reflexionar" para evitar que su rival político construya su crítica desde ahí, dejando de lado las cuestiones más ideológicas. Sin embargo, nadie quiere dejar de marcar perfil.