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‘Poker face’, la sorprendente reencarnación de Colombo

Cartel promocional de la serie 'Poker Face'.

De todos los policías, detectives e investigadores de ficción han surgido un puñado de personalidades magnéticas. Una de las más fascinantes fue la del teniente Colombo en los años 70.

Muchas claves de su carácter le hacían sobresalir. Una especialmente divertida era la de ser infravalorado constantemente por todo el mundo. De modo que cada uno de sus comentarios incisivos que daba en el clavo cobraba un impacto doble porque el destinatario no lo había visto venir.

Pero muchos más rasgos le definían y se repetían en cada episodio. Su aspecto desaliñado, su hábito de fumar desagradables puros, las menciones constantes a una esposa que nunca aparecía en pantalla, un coche destartalado, una mala alimentación, andares encorvados, voz cazallera o aparente despiste.

Aparentemente despistada

Varios de esos rasgos los comparte su directa heredera, Charlie Cale, la protagonista de Poker face, la serie de diez episodios de los que seis ya que pueden verse en Sky Showtime. La voz, los andares, los malos hábitos, el desaliño, la amabilidad y una inteligencia clara y directa son los principales atributos de este entrañable personaje.

En el caso de esta serie, Charlie no es policía, sino una humilde trabajadora que purga en un casino el delito de haber aprovechado en el juego su habilidad para detectar las mentiras. 

Una investigadora nómada

La peripecia del primer episodio obliga al personaje a vivir huyendo y en su viaje encuentra siempre algún crimen. Así le ocurría a Jessica Fletcher, la otra gran investigadora creada por el equipo de guionistas William Link y Richard Levinson, padres también de Colombo.

Los títulos de crédito de Poker face, con letras amarillas sombreadas gigantes son ya un homenaje directo al detective de la gabardina arrugada y a una época. Remiten a la moda que los llevó a muchas otras series, como Dallas o M*A*S*H. Anuncian entretenimiento retro y una serie de códigos de los que el creador de la serie y su protagonista se han enamorado.

Amante del estilo Agatha Christie

Rian Johnson ha sido el promotor del proyecto. Autor y director del taquillazo Puñales por la espalda, con Daniel Craig y Ana de Armas y su secuela, El misterio de Glass Onion, ha dirigido también una película de la saga La guerra de las galaxias, Los últimos Jedi.

Ha influido más en los amantes de las series de lo que muchos recuerdan. Es director de dos episodios excepcionales de Breaking bad, La mosca y el considerado mejor episodio de la historia para muchos y muchas, Ozymandias, escrito por Moira Walley-Beckett.

Más ingenio que sangre

Johnson quería recrear en la actualidad el espíritu disfrutón de las series como Colombo. Episodios con crímenes, pero con poca sangre. Más basadas en acertijos que nos presentan un grupo humano en el que algo que ha fallado hasta llevarnos a un asesinato.

Johnson se dio un atracón de Colombo durante el confinamiento por el coronavirus y quedó fascinado al analizar porqué le gustaba tanto la serie. En una entrevista a Deadline explica que entre las cosas que descubrió estaba que el crimen de la semana quedaba eclipsado por las ganas de volver al personaje interpretado por Peter Falk.

Subgénero de “cómo les pillan”

Los artistas invitados eran otra fiesta en la que el juego consistía en saber cómo interactuarían con el detective. Los asesinatos aparecían desde un principio y la audiencia conocía al culpable. Eso conforma el subgénero de “cómo les pillan”, dentro de los policiacos.

Ese cierto misterio se combinaba en realidad con una comedia de personajes. Había algo reconfortante en el hecho de que fuera una televisión tan de fórmula, en la que sabes perfectamente lo que vas a ver, y quieres disfrutar con las variaciones que logra cada episodio.

De una serie salió otra serie

Cuando el guionista y director vio la serie Muñeca rusa, en Netflix, supo que había encontrado por fin la reencarnación de Colombo. Natasha Lyonne, una actriz interesante, diferente, de las que según dice: “puedes ver que tienen un alma en pantalla, que te hacen inclinarte hacia delante y querer saber más de esa persona”.

Lyonne comenzó una buena racha profesional muy joven con su personaje en Todos dicen I love you, de Woody Allen. Actuó en American pie y otro montón de películas. Después entró en una espiral de problemas con las drogas. Unos le llevaron a ser detenida varias veces, otros al hospital de cabeza. Así que su carrera quedó estancada.

Hollywood siempre está abierto a las redenciones, y afortunadamente, Natasha Lyonne pudo volver a la interpretación. De su participación en series destaca su personaje fijo como presa en Orange is the new black y su protagonista en la interesante Muñeca rusa en la que le redescubrió Johnson.

Una Tina Turner que viaja a su aire

La hipotética hija de Colombo y la señora Fletcher debe mucho también a el Nota, el protagonista de El gran Lebowski y su espíritu vagabundo. No hay otra mujer como ella protagonizando ninguna historia para la televisión. 

Una especie de Tina Turner, por su extraordinaria melena, que va por el mundo completamente a su aire. Una tipa sociable, a la que le gusta la gente pero que también disfruta sin dar explicaciones ni tener ataduras.

Entre unas influencias y otras Poker face surge como una propuesta nueva, no se queda pegada a la nostalgia. Por ejemplo, la fugitiva de esta historia recorre un Estados Unidos de clases bajas, nada de glamour y millonarios, como hacía Colombo. Cada episodio muestra una pequeña comunidad, en general situadas en los márgenes.

Clásico pero renovado

A ello hay que añadir su estupenda faceta visual, con un aspecto cinematográfico y una fotografía saturada que no recuerda nada a la vieja iluminación de estudio y con una forma de filmar mucho más rica. 

La banda sonora también tiene aires viejos, con temas llenos de sabor de clásicos del rock, del country o jazz. El contraste entre una imagen y un sonido de cine y una estructura de vieja televisión hace a la serie especialmente atractiva. 

El crimen persigue a Charlie

Cada episodio comienza con un crimen lleno de detalles elaborados que dificultarán una investigación posterior. No sabemos cómo va a llegar la protagonista a ese entorno, pero enseguida descubrimos que el primer juego consiste en contarnos que habían esquivado mostrarla, pero Charlie siempre estuvo allí, como secundaria de lo que se estaba cociendo antes del asesinato.

Charlie tiene facilidad de trato, cae bien, nadie le da mucha importancia lo que le abre muchas puertas para fisgar un poco y sacar sus conclusiones. Cuando empieza a resultar molesta ya es demasiado tarde para los culpables, que no podrán quitársela de encima, a ella y a su peculiar forma de averiguar la verdad.

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Grandes estrellas invitadas

La temporada está llena de actores y actrices invitados, desde Adrien Brody a Ron Perlman, de Ellen Barkin a Nick Nolte por elegir a algunos. Falta aún por emitirse el episodio dirigido por la propia Natasha Lyonne, El síndrome de Orfeo, que será el número 8.

Se ha confirmado la renovación de la serie por una segunda temporada, aunque no se conocen más detalles. A Rian Johnson le gustaría prolongar los episodios indefinidamente. Es ese tipo de serial al que rinde homenaje, y queda mucho por contar de este personaje que tiene cara de póker porque siempre lleva la mejor jugada.

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