A la carrera y tratando de ocultar su rostro, los ultras detenidos por la reyerta mortal del pasado domingo junto al Vicente Calderón, recibían los aplausos de otros radicales a las puertas de los juzgados. La instructora del caso les ha dejado en libertad con cargos. A los 21 les imputa el delito de "riña tumultuaria", con la obligación de presentarse dos veces al mes en el juzgado. La jueza no ha aceptado la petición del fiscal de prohibirles acercarse a menos de dos kilómetros del estadio, ni la de prisión sin fianza para dos de los detenidos del Frente Atlético y para siete de los ultras de Riazor Blues. Hay que recordar que ocho de los detenidos tienen antecedentes por robo con violencia, desórdenes públicos y amenazas, entre otros. Hasta bien entrada la noche no han concluído los interrogatorios. Un nutrido grupo de agentes de la Policía Nacional y cuatro furgonetas antidisturbios han custodiado las puertas del acceso a los Juzgados de Guardia, hasta donde se han desplazado varios familiares y simpatizantes de los detenidos. El caso lo llevarará ahora el titular del Juzgado número 20 de Madrid, que es quien procedió al levantamiento del cadáver de Francisco Romero, muerto en la pelea y que será enterrado esta tarde en la intimidad familiar y sin la presencia de representates del Deportivo de la Coruña.

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