Cristalina...

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Antonio García Gómez

“Madrid y Andalucía están a la cola en gasto sanitario y educativo mientras eliminan el impuesto de patrimonio”.

La deriva, la intención y la ideología son cristalinas, al igual que debe serlo el agradecimiento debido a quienes tienen la pasta, por supuesto y por aquel a quien se debe aquello de que siempre cobrarán quienes más tienen.

Moreno Bonilla, presidente de Andalucía, siguiendo a su homónima de partido e ideología y presidenta de Madrid, ha decidido ofrecer una bonificación del 100% a las grandes fortunas y patrimonios de su Comunidad. El único requisito es disponer de más de 700.000 euros en concepto de patrimonio. Una bagatela. Y así tendrán que pagar 0 euros al esfuerzo fiscal y solidario de quienes sí tenemos que pagar, al menos, nuestro 20% para el bien común, para el bien de todos.

El año pasado los andaluces que tuvieron que pagar por sus elevados patrimonios fueron 20.600, y reportaron 120 millones a las arcas del Estado, esas mismas que el gobierno de Rajoy, del PP, dejó vacías en su concepto de pensiones para los mayores y dependientes. ¿Se acuerdan, o tampoco?

Exactamente, la bonificación “graciosa” de Moreno y Ayuso se refiere al 0,2% de los 8,5 millones de andaluces. Es la naturaleza de los adscritos a la ideología de derechas y, por eso mismo, hay poco más que explicar. Está muy en consonancia con lo que yo escuchaba de niño: “Es que pobres siempre tendrá que haber”. Esto da tranquilidad de conciencia a los ricos, que, al fin y al cabo, ya han insistido desde púlpitos, estrados y poltronas que este mundo es “un valle de lágrimas”, sobre todo para algunos. Para aquellos que son la mayoría es infinitamente más amargo que para una minoría.

Aducen, en un ejercicio de cinismo intolerable, que con esa medida se conseguirá que “esas buenas gentes” de altísimos patrimonios y privilegiadas, no deban dejar su tierra para ahorrarse el pagar a Hacienda. Bendito sean los conceptos de la solidaridad y de la fraternidad, aunque parece todo muy de charanga, pandereta y sacristía. Hay una claudicación ante el poder civil que está untado de mucho dinero.

Desde junio, en Andalucía se paralizó el funcionamiento de los quirófanos de la Seguridad Social, es decir, de la sanidad pública, por las tardes. Así, se han acumulado ya más de 137.000 andaluces/as a las listas de espera para poder ser intervenidos en quirófanos que funcionan ¿al ralentí?

Asimismo, la espera media para una consulta normal ante un médico de atención primaria, supera ya la semana, y se ha normalizado este funcionamiento con buenas dosis de resignación y de algo que se acerca al rebujito y que siga la fiesta y voceen los coros.

Es decir, que la intención es manifiesta: debilitar la sanidad pública y fortalecer la privada. De momento estamos a la espera de más “revisiones” que cuentan con la complicidad de muchos andaluces que le dieron la mayoría absoluta al partido del PP, el mismo que podrá desarrollar su ideología sin cortapisas, la de “la derecha de toda la vida”, y sálvese quien pueda.

Es decir, que la intención es manifiesta: debilitar la sanidad pública y fortalecer la privada

En la misma línea: es curioso conocer que Madrid, también gobernada por la derecha, es la Comunidad del Estado que menos gasta en educación pública, con escasez creciente de vacantes en colegios. De hecho, resulta casi milagroso obtener una vacante pública en una guardería municipal. Y, paradójicamente, o no tanto, es la Comunidad en la que ciertas familias, con holgado poder adquisitivo, se gastan más dinero en la educación de sus vástagos.

Siempre en el horizonte la desigualdad como un objetivo que parecen idealizar.

Claro que el gobierno de la citada región responderá a ese esfuerzo “privado” permitiendo la desgravación de los gastos, mediante presentación de facturas, por ejemplo, de asistencia a academias de idiomas para los hijos de quienes se las puedan pagar. Y los y las pobres “a servir”. La deriva, pues, es manifiesta, y la capacidad de no querer enterarse está a disposición de los usuarios, gozosos o pacientes. Por cierto, Galicia, también gobernada por el PP, valga la redundancia, deja exentos de pagar a Hacienda a los patrimonios millonarios.

Todo para que “nuestros ricachos” no se lleven muchos disgustos a la hora de contribuir a la caja común, al esfuerzo común, al bien común, en definitiva, con lo tradicional y placentero que resulta "echar una limosnita al cestaño" en misa y al pobre, aterido a las puertas del templo. Amén.

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre

“Madrid y Andalucía están a la cola en gasto sanitario y educativo mientras eliminan el impuesto de patrimonio”.

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