Librepensadores
Fragmentos de un devenir azaroso
Cuando la relación de fuerza no te es favorable, mejor no arriesgarte incursionando en aventuras peligrosas para ti y para los tuyos. Esperar circunstancias más oportunas. Cuando la fruta está bien madura, cae por su propio peso.
¿Pero qué pasa si naces ya desfavorecido? No hace falta recurrir a sesudas estadísticas para reconocer que más de la mitad de la población humana del planeta nace en tal condición. Las posibilidades de que tu vida transcurra con cierto relativo bienestar dependerá de tu capacidad para amar y luchar, de las circunstancias históricas que te rodeen y en última instancia, del azar que te acompañe.
Si en tu lucha te vuelcas hacia la izquierda, lo más probable es que vayas de fracaso en fracaso. Acicateado por el deseo de un cambio progresista, por construir una utópica sociedad igualitaria, irás recibiendo golpes de un lado y del otro. Comprenderás que no hay revolución a la que no le siga una contrarrevolución. Que salvo muy pocas honradas excepciones tus líderes una vez instalados en el poder se hacen multimillonarios. Que el poder y el dinero vacían el cerebro de la gente. Que el populismo y la demagogia pertenecen a la misma familia. Que no se puede confiar en quienes se autoproclaman defensores de los pobres. ¿Qué necesidad tienen los trabajadores de que sean otros quienes les representen, acaso no están dotados para ello? La inteligencia forma también parte de su patrimonio cultural, aunque no tengan tablas académicas.
Deberás procurar que el desencanto, la indignación y la decepción no te transformen en una persona mal humorada, huraña y reaccionaria. Bastará inyectarte de tanto en tanto una dosis de hedonismo, optimismo y libertad, para quitarte el miedo a la improvisación y a la flexibilidad, para definitivamente protegerte de todo adoctrinamiento, para poder sentirte feliz de ser libre de toda atadura ideológica.
Te será mucho más cómodo y provechoso identificarte con la derecha. Sin complejos ni escrúpulos. Encontrarás todo más sólido, rígido, uniforme, con mayor garantía de estabilidad y disfrutarás con segura afirmación el compartir una fe y un espíritu tribal. Sin mayores fisuras. Hasta tendrás más posibilidades de enriquecerte sin que te respalde ninguna revolución, te será suficiente algo de corrupción. Fiel a un conjunto de insignias, a la formación religiosa que heredaste, siempre dispuesto a combatir al demonio enmascarado que pretenda cuestionar tu situación privilegiada.
Si en cambio, optas por permanecer al margen de esas mayorías de un signo o del otro, que normalmente siempre se equivocan, puede que acabes siendo un paria, perdedor por antonomasia, que te consideren tonto o ingenuo. Pero bueno, más vale inocente que indecente. ________
Jorge Ulanovsky Getzel es socio de infoLibre