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El marxismo en las elecciones

Podemos condicionará un pacto tras el 20-D a la reforma del sistema electoral

José Enrique Centén Martín

Se abrieron las puertas de la precampaña electoral y, desde los distintos partidos políticos, empresariales, prensa, radio y televisión han establecido un frente común contra Podemos, partido que emergió por el hartazgo de los ciudadanos de esos “nuestros” representantes que no nos representan. Atacándolo con verdadera saña de marxista, pudiendo crear dudas entre muchos electores, si preguntaran o preguntáramos, ¿eres marxista?, casi seguro que contestaríamos, ¡quita, quita! como voy a ser yo marxista, ni se me ocurre; respuesta común de muchos, la realidad es que toda la Humanidad es marxista, de hecho las grandes fortunas han tomado de Marx uno de sus postulados, que orgullosamente ostentan y se identifican plenamente con él, ese término no es otro que, capitalista.

Marxista es el que comparte en lo fundamental las teorías o la metodología de Marx, es la confrontación entre trabajadores y patronal por sus intereses, uno para obtener mayor salario, el otro para obtener mayor beneficio a costa del primero, porque el capitalista invierte en dos mercancías que son la fuerza de trabajo de sus empleados (capital variable) y materia prima (capital constante), dependiendo de la variabilidad de los salarios así será la plusvalía que genere el capital, esa plusvalía no es del trabajo realizado por el patrón, sino del trabajo realizado por sus asalariados.

Karl Marx lo expresó de la siguiente manera, capital es aquél que puede utilizarse como afán de lucro, la inversión del capital sobre un objeto sólo se fundamenta en obtener beneficios para aumentarlo o al menos conservarlo, siendo su finalidad el enriquecimiento.

En la crisis actual que tras el periodo de bonanza por la globalización provocó especulación en todos los campos, burbujas inmobiliarias, enriquecimiento súbito, aparición de capitalistas en aquellos países donde la llevaron llamándolos economías emergentes, y cuya consecuencia fue la compra de negocios por esas economías, pérdidas de plusvalías, de materias primas y mercados, allí y aquí, promoviendo por medio de sus representantes -no los nuestros aunque les hemos votado- , a exigir una reforma laboral restrictiva en los países de origen con el fin de equiparar las fuerzas de trabajo de ambos mundos capitalistas.

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Pero no solamente lo hacen en los Parlamentos de cada país, sino desde otros supraparlamentos ya sea UE, Mercosur, un segundo frente de batalla de los capitalistas es hostigar e intentar desprestigiar a los sindicatos para que no exista un criterio común en defensa de todos los trabajadores, creando sindicatos locales, independientes, distintos para cada empresa, todos ellos sin ninguna fuerza representativa global, solo la de sus trabajadores que son fácilmente controlables, también dividen la Fuerza de Trabajo en categorías específicas como son: políticos, periodistas, controladores, policías, farmacéuticos, construcción, químicas, ingeniería, oficinas y dentro de ellos en: peones, oficiales, ingenieros, encargados, gerentes, jefes, una multitud de grados intermedios con el único fin de crear individualidades y división de intereses para evitar una conciencia de clase como colectivo de trabajadores y representación común, a diferencia de los capitalistas, pues todos ellos y en cualquier lugar tienen un objetivo, el enriquecimiento por el medio que sea a costa de los asalariados.

Que no intenten confundirnos, todos somos marxistas pero con intereses bien diferenciados, los capitalistas con la pretensión se enriquecerse, la fuerza de trabajo a cambio de un salario, a la que dividen para restarla esa fuerza colectiva frente al capital en: la clase política que aboga en favor del capital (gran y magnífico salario), los gerentes y jefes, que controlan la producción del capital (salario muy importante), y el resto de las fuerzas de trabajo, unos con salario para vivir más o menos dignamente y otros rozando la subsistencia, poco mejorable, y siempre variable para la obtención de una mayor plusvalía posible en favor del capitalista.

José Enrique Centén Martín es socio de infoLibre

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