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Las máscaras de Feijóo

Joaquín Navas Cabezas

La Kabbalah dice que "el mundo está organizado estratégicamente para que todas las personas de tu vida —desde tus amigos más cercanos hasta tus conocidos ocasionales; desde tus familiares hasta los extraños con quienes te cruzas en la calle—, compartan aspectos negativos iguales a los tuyos. Los puntos negativos de otros te serán mostrados durante el transcurso de tu vida diaria". El objetivo es advertirte que en el momento que decidas juzgar esos aspectos, te estarías juzgando a ti mismo.

Se da, por tanto, la circunstancia que cuando compramos un coche marca tal, empezamos a ver coches marca tal por doquier. También cuando llevamos una camisa exclusiva y descubrimos que no es tal ya que la llevaba un transeúnte con el que te acabas de topar. En el primero de los casos, te resulta curioso saber la cantidad de coches que existen de la misma marca y modelo cuando antes apenas los percibías, puede, incluso, que tengas una sensación de seguridad al ver que los demás también han optado por esa alternativa; en el segundo, ver tu camisa exclusiva en otra persona, te remueve el estómago y aparece una emoción contenida. Rabia quizás.

Entenderemos así por qué un mentiroso no ve más que mentirosos como le ocurre a Don Alberto Núñez Feijóo. De igual forma comprendemos porqué no ve más que antidemócratas, golpistas, anticonstitucionalistas y corruptos frente a él. Pero al líder de la oposición le acompaña una emoción especial: el odio. Y es aquí donde es necesario incidir y volver a recordar (con riesgo de ser tildado de "citador enmascarado", como García-Margallo) lo que, coincidiendo con la Kabbalah , Hermann Hesse nos dice a través de Demian: "Cuando odiamos a un hombre, odiamos en su imagen algo que se encuentra en nosotros mismos. Lo que no está dentro de nosotros mismos no nos inquieta".

En el mejor de los casos, cuando no miente en su argumentario para ganar el relato, Feijóo es capaz de retorcer la verdad hasta un extremo insospechado. Cuando miente descaradamente, vemos cómo reacciona si el interlocutor descubre su mentira. Todos fuimos testigos de su intento de amedrentar en directo a Silvia Intxaurrondo y cómo persiste aún en vengarse de la periodista. Todos fuimos testigos también de su reacción cuando el Ministro de Transportes le implementó su misma medicina: la humillación. Además, consigue dentro de sus fieles instalar la idea contraria de que los mentirosos, los antidemócratas, los golpistas, los anticonstitucionalistas y corruptos son los demás. Representa el perfil perfecto del facha español. La contradicción total en todos los aspectos. El típico militante del franquismo "democrático" que vive en P.ermanente P.aradoja y aquí no hace falta acudir a palabras grandilocuentes, basta con citar al refranero español para saber quién es: "dime de qué presumes y te diré de qué careces"

Feijóo es capaz de retorcer la verdad hasta un extremo insospechado. Cuando miente descaradamente, vemos cómo reacciona si el interlocutor descubre su mentira

Y claro está, por la misma regla de tres, alguno se preguntará si dentro de mí no están instalados esos aspectos que veo en el señor Feijóo. Puede que sí, según esas teorías, pero hay (creo) una sutil diferencia o varias: 

  • Yo soy un loco, un loco diagnosticado, un loco responsable que, ante los primeros síntomas, me puse en manos de profesionales, el señor Feijóo no

Don Alberto es consciente de que miente cuando lo hace, del daño que hace. Lo describe perfectamente Jacques Derriba (la intencionalidad de la mentira). No hay más que observar la cara de satisfacción que muestra cuando esa falsedad intenta —a veces lo consigue— dañar al adversario político. 

  • El gallego galardonado en su tierra con el sobrenombre de "fai que fai" (sea Alberto o Feijóo o Núñez) conserva sus siete máscaras. 

En mi caso, como "El Loco" de Gibran, hace tiempo que perdí las mías y no aspiro a que él y los que son como él me comprendan porque en mi locura, como dice el poeta, hallé seguridad y libertad. La libertad que da la soledad y la seguridad que da ser un incomprendido puesto que los que nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.

Joaquín Navas Cabezas es socio de infoLibre.

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