Librepensadores
Usted no sabe con quién está hablando
Esta velada amenaza que tanto se usaba en tiempos de la dictadura y que aún se usó demasiado después de ésta, todavía se nota en algunas actuaciones de gente poderosa y/o con influencias, que manejan bien las instituciones y que se acompañan de expertos abogados en darle la vuelta a decisiones de la Administración, cuando a Ellos les afectan, por muy razonable que éstas puedan parecer.
Lo vimos palpablemente en el caso de los confinamientos por parte de las autoridades baleares, de los jóvenes que estuvieron en contacto con el brote de contagios y que naturalmente, como es la norma, tenían que guardar cuarentena inmediatamente fuesen o no positivos.
Pretendían con la ayuda de las derechas hacernos ver que esa norma de confinamiento era un secuestro de jóvenes contra su voluntad.
¡Ah! Estoy seguro de que, si hubieran podido, habrían sacado los tanques a la calle y habrían marchado enarbolando banderas y cantando el Cara al Sol al rescate de los jóvenes secuestrados y privados de su libertad, para que ellos siguieran contagiándose y contagiando como si no hubiera un mañana.
Porque al parecer los suyos han sido paridos por otro sitio diferente y yo me pregunto: ¿Por dónde será?
Ahora que ya los mayores han sido vacunados, se ve claro dónde está la responsabilidad de la subida del índice de los contagios, de las pérdidas que esto supondrá para el turismo y de los enormes costos que ha supuesto el traslado innecesario de los jóvenes.
No le demos más vueltas, si queremos vivir en paz la gente normalita, háganse ya de una puñetera vez dos leyes diferentes: una para esa gente sencilla y paciente que acata todas las normas sin rechistar, les guste o no les guste, y otra para los privilegiados y los niños de papá, aquellos que todavía nos siguen diciendo:
–¡Vd. no sabe con quién está hablando!
Pero si lo miras bien, no hace falta ni que las hagan, ya como están les valen para acomodarlas a sus intereses con la ayuda de “expertos abogados” y miembros de diferentes poderes del Estado y algunos que dictan sentencias que nadie entiende y pocos comparten, pero que salen adelante, aunque le pesara en este caso al Gobierno balear y a cualquiera que use la cabeza para pensar razonablemente en vez de la de imponer privilegios y “chiringuitos”.
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Juan Priego es socio de infoLibre