Después del paso del devastador huracán Irma llegó otro de categoría 5, la máxima, el huracán María. Será casualidad, pero la mayoría de los huracanes más devastadores de los últimos años que han desolado zonas del Caribe llevan nombre de mujer. Será casualidad porque los nombres masculinos y femeninos se alternan en orden alfabético, no nos encontramos en la época en la que sólo se bautizaban con nombres de mujer.
En el año 2005 el huracán Katrina se cobró la vida de casi 2.000 personas. Ese mismo año, el huracán Wilma acabó con la vida de más de 20 personas. En el año 2015 fue el huracán Patricia, que afectó a México, el más intenso jamás observado a nivel global, con vientos a 345 kilómetros por hora.
En nuestra tierra nos quejamos cuando el viento sopla a 80 kms/hora. A los huracanes se les espera y llegan inevitablemente como a las malas visitas. Las alternativas consisten en abandonar la casa o soportar el mal rato. Se concede mucha importancia al nombre del huracán, si es demasiado devastador ya no se vuelve a poner. En un principio el nombre con que se bautizaba a un huracán era el santo del día en el que aparecía con mayor virulencia en alguna zona concreta. Creo que sería más explícito bautizar a los huracanes con el nombre completo de personajes que a lo largo de la historia han perjudicado a la humanidad. A los peores huracanes, los de la categoría 5, habría que bautizarlos con los nombres de dictadores y gobernadores más sangrientos que ocasionaron millones de muertes con sus decisiones.
Antonio Nadal Pería es socio de infoLibre
Después del paso del devastador huracán Irma llegó otro de categoría 5, la máxima, el huracán María. Será casualidad, pero la mayoría de los huracanes más devastadores de los últimos años que han desolado zonas del Caribe llevan nombre de mujer. Será casualidad porque los nombres masculinos y femeninos se alternan en orden alfabético, no nos encontramos en la época en la que sólo se bautizaban con nombres de mujer.