Vivimos tiempos en los que la confusión se hace notar con una desmesura poco habitual: pequeños grupos sociales que llaman dictador a un representante legítimamente elegido por el Parlamento y, acto seguido, gritan vivas a un consagrado dictador.
El grupo parlamentario más rádical y polarizado dice romper con los conservadores... excepto en más de 100 pueblos y varias Comunidades.
Pero lo que resulta aún más difícil de entender es que en un escenario de precariedad que lleva a más de 800.000 niños y niñas a situarse bajo el umbral de la pobreza —casi un 28%, según Save The Children—, una clara necesidad de subir el SMI, para potenciar el consumo, y la siempre necesaria protección del poder adquisitivo de las pensiones, entre otros males de urgente solución, un sector progresista se escinde de la coalición con la que ha llegado al Congreso, dejando huérfanos a los cientos de miles de confiados votantes que pusieron sus esperanzas en ellos y ellas. Un acuerdo de coalición y de legislatura traicionado.
El grupo parlamentario más rádical y polarizado dice romper con los conservadores... excepto en más de 100 pueblos y varias Comunidades
Cierto es que parte del problema está basado en el rechazo —por la parte del Gobierno- de una ministra que consiguió aprobar una ley elogiada por expertos europeos y nacionales; que recibió el apoyo de una gran mayoría parlamentaria —creo que más de 200 apoyos—, pero que fue utilizada por un tercio —sólo un tercio— de los jueces que podían revisar sentencias, para ponerla en el punto de mira —me solidarizo con esta mujer que ha sufrido el imperdonable acoso a su familia— y crispar la situación de un modo artificial.
Pero debemos recordar unas declaraciones de la exministra que vienen a la situación que nos ocupa: "...el acto de transfuguismo es un fraude a la ciudadanía." Y son palabras muy acertadas; y debemos estar de acuerdo con ellas y recordarlas en todas las situaciones que lo requieran.
Los grupos progresistas de nuestro Parlamento deben huir de la exaltación del ego y luchar como una piña contra todo lo que es necesario enfrentar. La cúpula de la organización morada debería tener muy en cuenta aquel pensamiento de Vladimir Lenin: "Si no eres parte de la solución, eres parte del problema." Debe tenerlo muy en cuenta la cúpula. Y nosotros. Y todos.
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Eduardo Prieto es socio de infoLibre.
Vivimos tiempos en los que la confusión se hace notar con una desmesura poco habitual: pequeños grupos sociales que llaman dictador a un representante legítimamente elegido por el Parlamento y, acto seguido, gritan vivas a un consagrado dictador.