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La trastienda

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Antonio García Gómez

Repitieron que “esta pandemia demuestra que el virus no discrimina”. ¿Que no discrimina? Y resulta que los datos de contagios crecen y se multiplican en los sectores más vulnerables. El barrio de Usera, en Madrid, humilde, laborioso y abigarrado ostenta el récord de contagios en relación a la densidad de población.

Por otra parte el Programa mundial de hambrunas está detectando un aumento en las personas afectadas, susceptibles de formar parte de la población en situación de extrema pobreza. De hecho, desde marzo se ha observado un aumento de 270 millones de seres humanos en el mundo que ya engrosan los datos, de por sí terribles y vergonzantes.

De manera que se calcula que ahora mismo están muriendo de hambre en el mundo, “diariamente”, entre 6.000 y 12.000 seres humanos.

Mientras se hacen llamamientos a que la economía no se detenga.

De hecho siguen muriendo más seres humanos por hambre que por la propia enfermedad. Pero de hecho a la pobreza aún no se la considera “una pandemia”.

En la provincia de Málaga, desde el inicio del confinamiento, en marzo, ya se han cerrado alrededor de 5.000 empresas, comercios… aproximadamente un 10% de las existentes. Su repercusión creciente y demoledora seguirá azotando el futuro inmediato. Y el efecto será en cadena.

En Londres y otras grandes ciudades inglesas la empresa Pret-à-manger, especializada en servir sandwiches a ejecutivos de las miles y miles de oficinas que ocupaban los centros urbanos de esas ciudades, ha anunciado que despedirá en breve a 3.000 empleados, un tercio de su plantilla.

El efecto del teletrabajo ha vaciado las oficinas de esos centros urbanos y el negocio se ha ido a pique.

Y algo parecido se contagiará por otros centros urbanos de otras ciudades, de otros países, que “se habían vaciado”, por los ejecutivos, por los turistas, por las oficinas, los apartamentos, las franquicias… y ya no quedan vecinos, solo ha quedado desolación e incertidumbre.

Y es que tras el escaparate siempre se encuentra la trastienda.

Se llegaron a creer los dueños del nuevo futuro, del nuevo mundo, y solo estaban devastando demasiado aprisa.

Y caímos en la trampa que nos tendieron.

“Existe un culto a la ignorancia alimentando la falsa noción de que la democracia significa que mi ignorancia es tan válida como tu conocimiento”, que decía Isaac Asimov.

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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