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Lucha contra los elementos para poder llevar la luz a casa

Las infraestructuras de generación y distribución eléctrica pueden verse directamente afectadas por fenómenos como inundaciones, tormentas u otros eventos extremos cuya frecuencia e intensidad está previsto que aumente como consecuencia del cambio climático en los próximos años.

Al mismo tiempo, el uso de la electricidad en la sociedad es cada vez más importante para hacer posible la descarbonización, por lo que se hace necesario integrar estos efectos futuros en la planificación y operación de las redes de distribución. No obstante, cabe destacar que muchos de los impactos derivados del cambio climático afectan a variables habituales del negocio gestionadas ya en los procesos de su operativa.

En este contexto, el Iberdrola ha realizado un análisis sobre la afección del cambio climático con el objetivo de detectar, entre otros, qué aspectos de la red de distribución pueden verse afectados. Según este análisis los principales impactos detectados por el incremento de los eventos extremos son: los fuertes vientos y las tormentas de lluvia o nieve que pueden afectar especialmente a las líneas aéreas; los desbordamientos fluviales o crecidas del nivel del mar y lluvias torrenciales que pueden afectar especialmente a centros de transformación y subestaciones; la tendencia al aumento de temperaturas extremas, que puede llevar asociado un mayor riesgo de incendios y la dificultad de su control.

Con el fin de mejorar la resiliencia de las redes eléctricas ante la mayor frecuencia y severidad de estos eventos, la compañía ha hecho una fuerte inversión en los últimos años para transformar sus redes en inteligentes, con mayor digitalización y automatización, más fiables y seguras que permiten mejorar la respuesta ante los incidentes, tanto en el número de clientes afectados como en la duración de estas interrupciones. Como resultado solo en 2021, Iberdrola redujo en España un 16% la duración de estas interrupciones alcanzando el mejor valor a cierre de año de su historia.

Gracias a estas inversiones, que han ascendido a un total de 1.600 millones de euros en España durante los tres últimos años, la compañía ha podido hacer frente a eventos como la DANA registrada en todo el territorio español en septiembre de este año, tras la que Iberdrola fue capaz de restaurar el servicio en menos de treinta minutos al 70% de sus clientes.

Otro caso fue la respuesta durante la borrasca Filomena, una tormenta de nieve sin precedentes en enero de 2021 que provocó numerosas incidencias en la red de distribución de Iberdrola, principalmente en el centro de España. En el 70% de ellas Iberdrola pudo recuperar el suministro en menos de 30 minutos, gracias a la automatización de la red y a los desarrollos de reposición automática del suministro.

Además de la transformación de las redes en una infraestructura inteligente, Iberdrola está llevando a cabo otras actuaciones en sus redes eléctricas para mejorar su resiliencia climática de forma global:

● Soterramiento de redes aéreas en zonas con eventos extremos históricos en los últimos años o que por su situación geográfica conlleven mayor riesgo de sufrir alguno de los impactos antes descritos. 

● Incremento del grado de automatización de la red de Media Tensión, mejorando por lo tanto los tiempos de identificación, aislamiento y reposición de las incidencias. 

● Mejora de los planes de mantenimiento y poda de la vegetación bajo las líneas aéreas

● Sistemas de gestión de emergencias y alerta temprana. Por ejemplo, con el uso de drones y sistemas de inspección LIDAR, a través de rayos de luz.

● Otras actuaciones orientadas a la mejora del diseño de las instalaciones, como la aplicación de nuevos materiales que soporten altas temperaturas o diseños de subestaciones y centros de transformación que puedan mantener el servicio ante inundaciones e incendios.

Frente al cambio climático, además de acciones encaminadas a la resiliencia, son también esenciales sistemas predictivos y de anticipación. En este sentido, Iberdrola cuenta con un sistema informático avanzado, sistema Meteoflow, cuyo propósito fundamental es la predicción de la producción eléctrica de instalaciones renovables de diferentes países y que en los últimos años ha ido incorporando otras funcionalidades. Entre ellas destaca su capacidad para la previsión de fenómenos meteorológicos. En el caso de la tormenta Filomena, gracias a la incorporación de la alarma de generación de hielo se pudo actuar con anticipación, movilizando al personal previamente, pre-localizando grupos electrógenos y utilizando drones y helicópteros. 

Junto con el sistema Meteoflow, destaca también la herramienta interna Domina, que permite la monitorización periódica de la operación de los sistemas. Estas herramientas permiten anticiparse al fallo, mejorar la capacidad de respuesta y, en general, llevar a cabo reparaciones menos costosas.

Huracán Lee

El pasado mes de septiembre el Huracán Lee afectó con distinta intensidad a diferentes regiones de EEUU. Iberdrola, a través de Avangrid, su filial en Estados Unidos, puso en marcha un dispositivo especial para garantizar el suministro eléctrico a los afectados por este huracán.  

Los equipos de Seguridad y Salud de la compañía desplegaron recursos en Maine y realizaron sesiones informativas de seguridad para los equipos operativos anticipando las actividades de restauración. Los equipos de tecnología (IT y operaciones) también trabajaron para incrementar la resistencia de los sistemas. Por último, los equipos de servicios generales también estuvieron activos preparando las instalaciones, generadores y toda la flota de Avangrid para respaldar las actividades de restablecimiento de servicio.

Cada filial de Avangrid cuenta con Planes de Respuesta ante Emergencias únicos que detallan las prioridades y las acciones que la empresa lleva a cabo para hacer frente a situaciones críticas en sus áreas de servicio.

También con las renovables

En el ámbito de las energías renovables, junto a los estudios específicos de emplazamientos y los criterios de diseño que se aplican de forma habitual, en determinadas geografías los sistemas deben diseñarse para enfrentarse a eventos extremos como huracanes, tormentas de gran carga eléctrica, temporales de nieve y hielo, previsión y gestión de inundaciones y avenidas en ríos y embalses, etc. 

La evolución de la tecnología ha permitido que hoy en día sea posible contar con diseños que pueden adaptarse a estas nuevas condiciones cada vez más frecuentes en determinadas ubicaciones. Por ejemplo, frente a huracanes y tifones se diseñan y certifican aerogeneradores bajo unas condiciones de clase específicas, denominada clase Typhonn, que pone el foco en unos diseños capaces de proteger estructuralmente aerogeneradores ante estos eventos.

Unido a lo anterior, el Iberdrola dispone de procedimientos y políticas internas que contribuyen, con carácter general, a la resiliencia de sus instalaciones.

Las infraestructuras de generación y distribución eléctrica pueden verse directamente afectadas por fenómenos como inundaciones, tormentas u otros eventos extremos cuya frecuencia e intensidad está previsto que aumente como consecuencia del cambio climático en los próximos años.

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