A más de uno le sorprendería saber que Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) estudió Filosofía en la universidad. La relación de esta materia con su obra podría parecer lejana, pero lo cierto es que el cineasta hace que tenga sentido. La presentación de su segunda novela, Recuérdame que te odie, -que llegó a las librerías el pasado 10 de junio-, estuvo plagada de esa búsqueda eterna del saber y del querer ser más, como lo está su libro. En ese tono humorístico y casi absurdo que caracteriza sus películas, esta propuesta pretende divertir al lector pero también ponerlo frente al espejo: “la vida es azar, no hay enigmas que resolver”.
Rubén Ondarra es un editor cincuentón con una carrera profesional poco atractiva y una vida amorosa bastante insípida. Su historia comenzará con la búsqueda de Bruno Kosowski, un dibujante de cómics emocionalmente desequilibrado que ha desaparecido en extrañas circunstancias. Ondarra, su editor, tendrá que encontrarle no solo para recuperar el borrador del cómic por el que pagó, sino para dar respuesta a los continuos enigmas que rodean su miserable existencia. La necesidad por dar significado a su vida marcará un viaje donde el azar y la fatalidad son los auténticos protagonistas aunque Ondarra, pobre diablo, quiera ver en ellos el Santo Grial.
“Si El día de la Bestia provocó Payasos en la lavadora -su primera novela-, Las Brujas de Zugarramurdi provocaron este libro”, cuenta el cineasta. Durante el proceso de creación de su última película, que le valió ocho premios Goya, el estrés de la producción le hizo perder demasiadas horas de sueño, tiempo que ocupó con la que reconoce como su gran afición: la escritura. “Esas horas de desvelo las podía haber dedicado a volverme loco o a ordenar la casa, pero las dediqué a escribir”.
El director confiesa que fue justamente la búsqueda de la identidad lo que le rondaba la cabeza al escribir esta novela. Una cuestión que, como él mismo señala, “te acompaña toda la vida”. “Unos pueden usar un psicólogo para llevar a cabo esa investigación, yo he querido hacerlo escribiendo una novela, utilizándome a mí mismo como conejillo de indias”.
Una novela plagada de referencias a “la vida moderna”, donde la cadena de cafeterías Starbucks es la máxima representación del mal. “¿Por qué escriben tu nombre en un vaso?, ¿por qué gritan tu nombre delante de todos?, ¿por qué hacer una cola para pedir y otra para echar el azúcar?”. Todas preguntas que atormentan al protagonista y, por lo visto, también al creador. Esto se acompaña con las referencias a filósofos como Spinoza, pintores como Durero, o autores tan comerciales como Dan Brown e incluso Dungeons & dragons, el célebre juego de rol. ¿Otro homenaje del director vasco a la cultura popular? “Cuando me dicen que si esto es un homenaje de aquello, cito a Woody Allen, prefiero hablar de plagio. Parece que la cultura es un ejercicio de continuo homenaje, pero no”. “Las pelis que he visto, los libros que he leído, las personas que he conocido ponen los límites de mi mundo, aunque hay personajes de novelas que me han influido más que algunas personas”.
¿Condicionado por el 'mainstream'?
Los protagonistas de su libro llevan a pensar en la locura, en los límites que la sociedad nos impone (o en los que cada uno se autoimpone). Por eso Ondarra, el protagonista, se encuentra continuamente al límite de la realidad, en un mundo salvaje donde todo son señales del destino y enigmas que él, y solamente él, debe resolver. “Para él todo se refiere a todo, tiene esa necesidad humana de generar un mundo que dé sentido a todo, producido por el miedo a la realidad que es que vivimos en un mundo dominado por el azar, no hay un dios o un Dan Brown que dé sentido a las cosas”.
Una burla, en parte también, a los best-sellers, a los que parece que De la Iglesia no acaba de coger el punto. “No me gusta darme cuenta de que estoy condicionado por el mainstreammainstream. Me molan películas que no me mola decir que me gustan, ¿por quedar bien con quién?”.
Es irremediable leer la novela y no pensar en los mundos que el director ha creado en sus películas aunque él niegue la existencia de una marca “100% Álex de la Iglesia”. “De hecho, huyo de ello. Somos, en parte, la percepción que los demás tienen de nosotros, cómo nos ven… Luchar contra ello es absurdo”.
El cineasta, que asegura que esta obra sale a la luz como libro y no como guión de una futurible película, adelanta que está trabajando en una nueva película musical. “No será un musical al uso, solo os diré que es una comedia con la intención de ser muy divertida”.
El director firmará ejemplares de 'Recuérdame que te odie' el domingo 15 de junio de 12 a 14:30 horas, en la caseta 32 de la Feria del Libro de Madrid.
A más de uno le sorprendería saber que Álex de la Iglesia (Bilbao, 1965) estudió Filosofía en la universidad. La relación de esta materia con su obra podría parecer lejana, pero lo cierto es que el cineasta hace que tenga sentido. La presentación de su segunda novela, Recuérdame que te odie, -que llegó a las librerías el pasado 10 de junio-, estuvo plagada de esa búsqueda eterna del saber y del querer ser más, como lo está su libro. En ese tono humorístico y casi absurdo que caracteriza sus películas, esta propuesta pretende divertir al lector pero también ponerlo frente al espejo: “la vida es azar, no hay enigmas que resolver”.