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Blue Note: 75 años de jazz exquisito

Francisco Chacón

Blue Note es, por supuesto, sinónimo de jazz deluxe. El sello discográfico más legendario del espectro afroamericano cierra el año de su 75 aniversario renovando sus apuestas por la exquisitez y… mirando atrás con orgullo para que nos rindamos ante su impresionante catálogo, ahora rememorado con cuidadas reediciones y dejando claro que no sólo activa la nostalgia: la fábrica de talentos no cesa, como evidencia Gregory Porter.

El olfato de su fundador alemán, Alfred Lion, revolucionó la historia de la música. Su imperio del buen gusto nos ha permitido disfrutar de Art Blakey, Thelonius Monk, John Coltrane, Miles Davis, Sonny Rollins, Horace Silver, Jimmy Smith, Dexter Gordon, Bud Powell, J. J. Johnson, Herbie Nichols, Kenny Burrell, Lou Donaldson, Hank Mobley, Thad Jones o Paul Chambers.

También de Bud Powell, Jackie McLean, Duke Pearson, Donald Byrd, Stanley Turrentine, Freddie Hubbard, Herbie Hancock, Kenny Drew, Grant Green, Joe Henderson, Andrew Hill, Don Cherry, Ornette Coleman, McCoy Turner, Cecil Taylor, Bobby Hutcherson, Wayne Shorter, Elvin Jones y un larguísimo etcétera de fastuosos trompetistas, saxofonistas, pianistas… Y cantantes, cómo no, que nos vienen a la mente Dianne Reeves, Cassandra Wilson, Eliane Elias, Norah Jones o US 3 (qué grande su versión del clásico Cantaloop).

El legado de Blue Note nos sumerge en las profundidades de la música de altos quilates. Es connotativo, ecléctico, influyente… Definitivo. Y todo se fraguó en el cerebro de Alfred Lion, marcado (afortunadamente) de por vida al haber venido al mundo muy cerca de la casa natal de Marlene Dietrich en Berlín.

Su muerte a finales de los 80 parecía un escollo insalvable para la difusión de semejante compendio de melodías eternas, pero él ya había dejado el relevo atado cuando vendió la marca, revitalizada primero por EMI y hoy por Universal.

Los sucesivos presidentes de Blue Note en las dos últimas décadas mantienen intacto el espíritu original, fusionado ahora con los coqueteos electrónicos. Bruce Lundvall no tardó en mostrarse como un cazatalentos extraordinario. Y hoy es Don Was (ex componente del dúo Was Not Was y también productor, como el propio Lion) quien toma las riendas desde hace sólo dos años.

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Sobre el mito de Alfred Lion, declaró Lundvall: “Le conocí en 1985, cuando él relanzaba el entonces inactivo sello. Estaba retirado y enfermo, pero seguía supervisando todo. Recuerdo que le fascinaba la música de Prince”.

Los prejuicios nunca han hecho su aparición en la casa. Mucho menos desde que se autorizaron remezclas firmadas por Dr. Dre o Tribe Called Quest.

Se acaba de publicar el libro conmemorativo Blue Note: Uncompromising expression y París ha consagrado el Blue Note Xperia Lounge Festival a subrayar la proyección de Robert Glasper, Ambrose Akinmusire, Derrick Hodge o Kendrick Scott.

Blue Note es, por supuesto, sinónimo de jazz deluxe. El sello discográfico más legendario del espectro afroamericano cierra el año de su 75 aniversario renovando sus apuestas por la exquisitez y… mirando atrás con orgullo para que nos rindamos ante su impresionante catálogo, ahora rememorado con cuidadas reediciones y dejando claro que no sólo activa la nostalgia: la fábrica de talentos no cesa, como evidencia Gregory Porter.

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