'Manitas' es un poderoso narco mexicano dispuesto a todo. Pero no precisamente para conseguir más dinero, convertirse en el jefazo supremo o expandir su imperio hasta el último confín. No, no es eso. 'Manitas' está dispuesto a todo para ser la mujer que siempre ha sentido que es. Ese es el punto de partida de Emilia Pérez, la nueva película del cineasta francés Jacques Audiard, que llega a los cines españoles el próximo 5 de diciembre protagonizada por la sensación del momento, la actriz española Karla Sofía Gascón (Alcobendas, 1972) en el doble papel de, efectivamente, 'Manitas' y Emilia.
A partir de esta premisa se desarrolla un film "inclasificable", tal y como remarca a infoLibre la propia intérprete remarca. 'Narcocorrido queer', dicen algunos, mientras otros acuñan el término 'narcotransmusical''. No en vano, podemos estar hablando de cine social, thriller de acción, una telenovela o un musical (porque se canta, sí, y no poco). De hecho, estamos hablando de todo eso a la vez. "Todo el mundo intenta definirla de alguna manera para etiquetarla en algún sitio, pero ni siquiera creo que vaya a haber otras películas que se puedan meter en el mismo género. Es una película particular, la única palabra que la define es 'experiencia', porque es casi incluso una experiencia inmersiva", explica Gascón, convertida en la primera mujer trans en ganar el premio a Mejor Interpretación Femenina en el último Festival de Cannes, un galardón compartido con sus compañeras de reparto Zoe Saldaña, Selena Gomez y Adriana Paz. La cinta se llevó a casa, además, el Premio del Jurado, y recientemente ha conseguido cuatro nominaciones a los Premios de Cine Europeo en las categorías de Mejor Película, Mejor Dirección, Mejor Guion y Mejor Actriz Protagonista (de nuevo para Karla Sofía Gascón).
"A mí, lo que más me gusta es que te pone en un lugar donde nunca ves a una persona así. Como pasa en el deporte y en otros muchos ámbitos de la sociedad, hay personas de todo tipo en todos los lugares y espectros sociales, pero muchas de ellas no pueden salir de ese cascarón, o de ese armario, como siempre se dice, porque están metidas en un mundo realmente muy complicado para las personas que son diferentes. Me parece súper interesante meter a una persona en el mundo más complicado para ser lo que ella es, que en este caso es esa oscuridad tan profunda del narcotráfico y la maldad", explica la intérprete, quien habla de una "película que es en sí misma una transición constante". No ya la propia transición de género física, sino también la emocional, vital y humana de la protagonista y, al mismo tiempo, de todas las mujeres que la rodean. "Se puede definir, en definitiva, como 'película trans'", concreta.
Sea como fuere, Emilia Pérez mira ya hacia los Oscar a través de los ojos del doble papel de Karla Sofía Gascón, un nombre al que de un tiempo a esta parte acompaña persistentemente la coletilla de 'primera mujer trans que'... Algo que aún le sigue desconcertando, aunque comprende: "Si se utiliza el adjetivo para ensalzar los logros de una minoría, es maravilloso porque es un referente para unas personas que no lo tienen. Pero no es una profesión. ser trans no es una profesión, es una etiqueta que no veo poner a otras personas. Cualquier periodista sería incapaz de poner ahora un titular en plan 'la primera actriz negra', 'la primera actriz gorda' o 'la primera actriz enana'. Por eso me lo tomo a veces como ofensivo, pero si ahora estamos en este momento social en el que hay que remarcar estos éxitos para que haya unas personas que tengan referentes sociales y se normalice la situación, yo encantada. Trans o lo que quieran llamarme, como si quieren llamarme peluda".
¿Será Karla Sofía Gascón para la primera mujer trans nominada a Mejor Actriz en los Oscar? "Si les gusta la película y mi trabajo habrá votos y nominaciones. Si no, es que hay otras que han gustado más, pero eso no significa que sean mejores o peores", apunta la intérprete, que cree que puede "aportar muchas cosas a Hollywood" en este momento. Y todavía añade, ya abandonando los lugares comunes: "Al principio te cortas al decir las cosas porque va a sonar a falta de modestia o algo así, pero hay que ser objetivos y yo soy muy autocrítica conmigo. Por eso, soy muy consciente de que este es uno de esos personajes que no se ven mucho a lo largo de la historia del cine. Si este personaje le hubiera tocado a Al Pacino, Meryl Streep, Robert de Niro o Marlon Brando, todo el mundo estaría flipando en colores. Este tipo de personajes se escriben muy poquito y va a hacer historia. Que me haya tocado a mí y haya sabido aprovechar la oportunidad me coloca en una posición muy bonita".
Emilia Pérez está llamando tanto la atención porque es una película sin frenos que rebosa humanidad y sentimientos, no todos necesariamente buenos, pero compartidos y con los que todos nos identificamos. Narcotráfico y cambio de sexo a ritmo de thriller musical sin miedo a hablar sobre los cárteles de la droga y una reasignación de género que provoca un giro de 180 grados totalmente inesperado. Libertad, reparación, amor, familia, violencia desatada en un país con decenas de miles de asesinados desaparecidos. Una amalgama que pone la transfobia encima de la mesa y en el epicentro del debate público.
Hay un gran porcentaje de la sociedad para el que su deporte favorito es machacar a las personas más marginadas para que se sientan todavía peor
"Me decían hace poco que el cine es una bomba de crecimiento masivo, en lugar de destrucción masiva. El cine se nutre de la sociedad, pero también la sociedad del cine. Es obvio que estamos haciendo entretenimiento y al final es solo eso, pero también hay una responsabilidad que tenemos como personas que llegamos a tantísimos otros seres humanos de poder influir en la experiencia y el pensamiento de los demás", plantea la actriz, que espera que este film marque un antes y un después en "ciertas cosas", pues "cualquier granito de arena para visibilizar y dejar de marginar a otros seres humanos es importantísimo en este mundo".
Es por ello que lleva "fenomenal" haberse convertido en abanderada y referente de la comunidad transgénero en particular y de la LGTBIQ+ en particular gracias a este doble papel. "Yo soy una luchadora, una guerrillera, así que me encanta. Hay un gran porcentaje de la sociedad, no solamente la nuestra occidental sino en todas en todos los países del mundo en diferentes grados, para el que parece ser que el deporte favorito es machacar a las personas más marginadas para que se sientan todavía peor, algo que me parece absurdo y ridículo", denuncia, para acto seguido poner pie en pared: "Cuanto más me odian más me divierto, es mi motor para seguir avanzando".
La cinta nos muestra también el dolor extremo, tanto físico como mental, que padecen las personas trans. Una batalla descomunal en la que dejan toda una vida atrás para tratar de encontrar otra que no saben si encontrarán. "La cuestión es por qué los demás nos creemos con potestad sobre los cuerpos de los otros", resume Gascón, quien se pregunta "quienes somos nosotros para decidir lo que está bien o lo que está mal de lo que cada quien hace con su cuerpo o con su experiencia como ser humano, siempre y cuando no haga daño a otras personas". "Si te quieres acostar con 700 a la vez, mientras ellos también quieran, ¿quiénes son los demás para impedírtelo a ti? ¿Quiénes son o quienes tienen la potestad de decirte a ti lo que eres o lo que no, o quien eres tú, o cómo te tienes que comportar? ¿Dónde está escrito? Que venga alguien y me lo enseñe y me lo explique, porque de lo contrario no acabamos nunca de cuestionarnos", destaca.
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"Si fuera así, yo tendría que estar cuestionando a todas las personas que viera por la calle", agrega. "Las personas trans parece que tenemos que estar todo el rato dando explicaciones de por qué, quién o qué. Yo no veo a los demás dar explicaciones de lo que son, simplemente son. Te llega Paquito González y ya está, es Paquito. Si no entiendes algo, preguntas, pero tener que estar constantemente dando explicaciones a los demás me parece ridículo", prosigue. "Es como si fuera por la calle y a cada cosa que se me ocurriera tuvieran los demás que darme análisis de sangre o de lo que sea. Voy al panadero y le digo 'deme un pan, señor tigre'. ¿Qué me está diciendo usted, si no soy un tigre? Pues algo que suena tan ridículo es lo que me ocurre a mí todos los días, constantemente. Es un absurdo que me hace hasta gracia de lo ridículo que es. No entiendo cómo una persona con dos dedos de frente puede seguir diciendo esas mismas imbecilidades", sentencia.
La historia de Emilia Pérez cobra más relevancia aún si cabe en el contexto mundial actual de auge de la ultraderecha, que nos recuerda que los derechos por los que tanto se ha peleado durante décadas pueden ser eliminados por los líderes equivocados. "El mundo está muy peligroso, estamos en un momento muy peligroso en el que las nuevas generaciones ya no saben y no recuerdan lo que ha pasado anteriormente y por eso repiten los mismos errores", alerta la intérprete madrileña, lamentando a su vez que "estamos todo el tiempo cometiendo los mismos errores constantemente a lo largo de la historia de la humanidad, y seguimos y seguimos como si fueran nuevos". El problema, a su juicio, es que "los mismos que los ensalzan y los votan son los primeros que van a sufrir las consecuencias", como les va a ocurrir a los latinos con Trump de nuevo de presidente: "Ser latino en Estados Unidos y votar contra los latinos... ¿por qué? Simplemente porque no quieres que te quiten el pan a ti, pero eso va a repercutir a los latinos que no van a poder entrar y a ti que te van a quitar los pocos derechos que tienes. Somos idiotas".
Puede que aspirar a cambiar el mundo con una película sea profundamente utópico, pero el mensaje poliédrico de Emilia Pérez traspasa la pantalla y cala. Y no hay moraleja, "no te quiere vender una idea, ni te dice lo que tienes que pensar", en palabras de Gascón, pero sí te deja la reflexión de que "no puedes arreglar los errores del pasado, pero quizás sí puedes hacer las cosas bien a partir de ahora". Además, recuerda la intérprete para terminar que todos los seres humanos vamos a tener que "experimentar las mismas emociones, que aunque parecen muchas al final se reducen a muy poquitas, tres o cuatro, por lo que más vale que manejes y sepas controlar las que te pueden hacer daño y dejes salir las que te hacen bien". "Eso sí, no creo que se acabe nunca el odio en el mundo porque es algo que implícito en el ser humano", remacha.
'Manitas' es un poderoso narco mexicano dispuesto a todo. Pero no precisamente para conseguir más dinero, convertirse en el jefazo supremo o expandir su imperio hasta el último confín. No, no es eso. 'Manitas' está dispuesto a todo para ser la mujer que siempre ha sentido que es. Ese es el punto de partida de Emilia Pérez, la nueva película del cineasta francés Jacques Audiard, que llega a los cines españoles el próximo 5 de diciembre protagonizada por la sensación del momento, la actriz española Karla Sofía Gascón (Alcobendas, 1972) en el doble papel de, efectivamente, 'Manitas' y Emilia.