25 AÑOS DE 'TODO SOBRE MI MADRE'
'Todo sobre mi madre', la película "con Lorca dentro" que consagró a Almodóvar en el mundo
Termina Todo sobre mi madre con Huma Rojo (Marisa Paredes) recitando este monólogo en el que se funden pasajes lorquianos de Bodas de sangre y Yerma: "Hay gente que piensa que los hijos son cosa de un día. Pero se tarda mucho. Mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de un hijo derramada por el suelo; una fuente que corre durante un minuto y a nosotras nos ha costado años. Cuando yo descubrí a mi hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua. ¡Porque era mía! Los animales los lamen, ¿verdad? A mí no me da asco de mi hijo. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra empapada por su sangre".
La maternidad, la pérdida, la tragedia, el dolor, la sangre infectada por el VIH, el sentido último de la vida y la muerte. El lamento femenino definitivo en una escena culminante que recrea un ensayo de Haciendo Lorca, de Lluís Pasqual, con Marisa Paredes en lugar de Nuria Espert, y en la que se reafirma el compromiso de Pedro Almodóvar con el teatro como expresión artística absoluta para explicarnos a nosotros mismos. Un teatro igualmente muy presente durante toda la cinta a través de las diversas representaciones de Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, catalizadoras todas ellas de emociones humanas encadenadas y descontroladas al borde de un colapso de nervios.
"Pedro es como un Lorca actual", remarca a infoLibre Cecilia Roth (Manuela, la mamá de Esteban, en permanente tránsito emocional y ferroviario), protagonista principal de un elenco de mujeres centelleante de sororidad como barricada frente a la adversidad en el que encontramos también a Penélope Cruz, Candela Peña, Antonia San Juan, Rosa María Sarda o Cayetana Guillén Cuervo. La mujer, tan de Lorca, tan de Almodóvar, destaca la actriz argentina: "Para mí, Pedro es Pedro, pero claro que tiene a Lorca dentro, como a tantos otros. Lorca está en el ADN de muchísimos españoles, pero Pedro desarrolla tal vez con la misma hondura y profundidad que Lorca estos temas femeninos".
Y ahí está también la dedicatoria concluyente como colofón: "A Bette Davis, Gena Rowlands, Romy Schneider... A todas las actrices que han hecho de actrices, a todas las mujeres que actúan, a los hombres que actúan y se convierten en mujeres, a todas las personas que quieren ser madres. A mi madre". Unas breves líneas postreras que servían como despedida del cineasta a su madre, que fallecería meses después de su estreno, y que a su vez enfatizan y sintetizan un metraje que trata también la identidad de género, la homosexualidad, la fe, el SIDA y el existencialismo, con Barcelona por primera vez como un protagonista más con sus calles y sus peculiares gentes.
Asuntos hondamente individuales y justo por ello universales que conectaron con una audiencia global, convirtiendo a Todo sobre mi madre en un éxito comercial que, con un presupuesto de 4,9 millones, terminó recaudando recaudó 67,8 millones de dólares en todo el planeta tras su llegada a los cines el 16 de abril de 1999. Internacionalmente fue galardonada con el Oscar a Mejor película internacional, el Globo De Oro a Mejor película en lengua extranjera y los Premios BAFTA a la Mejor película de habla no inglesa y Mejor dirección. Fue incluso profeta en su tierra, y aquí en España se llevó a la saca, entre otros, seis Premios Goya.
Fue un paseo triunfal de premios en todas las academias europeas, más de sesenta premios internacionales y el Oscar. Fue maravilloso todo lo que ocurrió con la película
"Fue un paseo triunfal de premios en todas las academias europeas, más de sesenta premios internacionales y el Oscar", rememora Agustín Almodóvar, quien confiesa a infoLibre que ni en sus "mejores sueños" esperaban algo así por la dificultad de "concitar tanta unanimidad en la respuesta del público y de la crítica". "Fue maravilloso todo lo que ocurrió con la película", continúa, destacando que se llegó a casi tres millones de entradas vendidas solo en cines españoles: "Eso es un sueño hoy en día por la inmediatez que requiere el público, que impide que estén mucho tiempo en las salas. Es una película de otra época, de la época analógica, rodada en 35 milímetros y cuando el formato rey era la sala de cine y era muy fácil medir la aprobación del público porque se contabilizaba en entradas vendidas".
Y aún prosigue el productor: "Es una película hecha en la época anterior a la digital, del final del siglo XX, antes de la llegada de internet y todavía con un sistema en el que llevábamos veinte años de ventanas de exhibición en el que se estrena primero en salas, luego los soportes físicos, después las televisiones de pago, las gratuitas... Pero si el éxito en salas era importante te podías permitir retrasar el acceso a las otras ventanas. Nos pasó también con Mujeres al borde un ataque de nervios, que de pronto iban acumulando un éxito internacional que se reflejaba en la prensa de la época, lo cual te permitía ir añadiendo una promoción maravillosa, la del éxito en otros lugares, que hacía que la taquilla estuviera viva por meses".
Pedro, como gran artista que es, tiene una antena de sensibilidad con lo más profundo del ser humano y conecta inmediatamente porque tiene una enorme sensibilidad
Tercia Roth para apuntar que "el mundo entero acogió esta película como si fuera propia". "Impactó muchísimo en el corazón y la memoria de la gente, en lo más profundo de cada uno. Yo me daba cuenta de que, durante muchos años después de su estreno, estuviera en el país en el que estuviera, sabían quién era", comparte la intérprete, remarcando asimismo la "belleza" de un título "imprescindible de la historia del cine internacional". "Y esto lo digo como si yo no hubiera participado. Y de esas no hay tantas", apostilla, explicando que eso se debe también a que "Pedro, como gran artista que es, tiene una antena de sensibilidad con lo más profundo del ser humano". "Él lo siente primero para escribir lo que escribe, y luego lo pone en boca de los personajes. Es esa profunda dimensión del arte", añade.
La maternidad, como decíamos, es el núcleo de esta historia que abarca otras muchas cuestiones. "Toca el amor, el desamor, la culpa, la fragilidad, el dolor inmenso, el intento de esa madre por reencontrarse con el padre de su hijo...", enumera a infoLibre Marisa Paredes, quien no duda en calificar al cineasta manchego como un "adelantado a su tiempo" que ha tocado no solamente las materias "más escabrosas, sino las más difíciles, y siempre con libertad, mostrando sin tomar partido, porque no da doctrina".
Destaca, asimismo, que la presencia en toda su obra del mundo de la mujer. "Ha estado siempre tan cerca de él, lo ha vivido tanto, que por eso sus personajes femeninos son tan potentes. Porque él quiere a la mujer, la ama, y tiene esa actitud de alguien que se acerca a esa criatura mujer con toda la fuerza, la gracia y el sentido del humor. Todo eso que tiene su mundo", subraya, añadiendo la locura como otro tema también presente en Todo sobre mi madre: "Ese momento de desesperación en el que realmente acabas intentando acabar con la situación matándote o como sea. Pero casi todas sus mujeres, por no decir todas, tienen siempre una posibilidad de salvación. Y la encuentran hasta en el mayor de los desamparos y dolores y desesperaciones".
Es que es verdad que la gente ha querido aprender español para entender mejor los diálogos de las películas de Pedro
Tras confesar que él mantiene una relación de "memoria emocional" que le "conmueve mucho" por la muerte de su madre también en 1999, Agustín Almodóvar añade la importancia del humanismo en este film. Se ve en cómo se comportan todos los personajes, algo que es una constante en Almodóvar, que les da una gran autonomía moral. "Ejerce esa solidaridad femenina que hay en toda la película, que luego se la ha venido a llamar sororidad y que tan en boga está hoy en día", agrega. Hay también una gran cantidad de referencias al teatro, "una disciplina que Pedro adora", así como a la literatura, por ejemplo con Truman Capote. "Es una película riquísima en referencias culturales pero también permite que alguien que no tenga que ser especialmente sofisticado entre de lleno al hablar del deseo, de la muerte, de la pérdida o la maternidad, que son temas universales que la han hecho viajar y cruzar fronteras", argumenta.
"Hay gente que ha querido aprender español para entender mejor los diálogos de las películas de Pedro", resalta Paredes, quien aprovecha para recordar frases concretas como "excepto beber, qué difícil me resulta todo", "mi vida ha sido solo humo" o "el tiempo que hace que no me como una polla". "Hay muchas frases que han quedado en el imaginario colectivo y que la gente te repite, como también ocurre con "¿existe alguna posibilidad, por pequeña que sea, de salvar lo nuestro?", de La flor de mi secreto", añade. Y toma la palabra Roth: "Las frases de las chicas con fantásticas, tienen humor y te sacan de alguna manera del drama. No podría escoger solo una, aunque a mí me mata el grito de '¡hijo mío!' tras el atropello de Esteban. Me gustan muchísimo las conversaciones, me gusta el guion y cómo las frases nunca entran de manera forzada sino que están ahí porque deben estar ahí y fluyen con la historia. Y luego se convierten en aquellas frases que parecen separadas de la propia película. Como 'tú no eres un ser humano, eres un pandemia'".
Una campaña para el Oscar se parece mucho a lo que hacen los políticos antes de las elecciones, se trata de generar simpatía, ir a cualquier evento donde te puedas encontrar con otros académicos, demostrar lo que te gustaría ganar...
La alineación de astros y el compendio de aciertos propios de la intuición y el talento terminaron llevando a Todo sobre mi madre hasta ese momento emblemático del cine español con Antonio Banderas y Penélope Cruz literalmente gritando el nombre de Pedro para entregarle su primer Oscar el 26 de marzo del 2000 en Los Ángeles. "Ya habíamos estado nominados con Mujeres al borde de un ataque de nervios, que ya fue un hito y llegamos totalmente inexpertos. Porque una campaña para el Oscar se parece mucho a lo que hacen los políticos antes de las elecciones, se trata de generar simpatía, ir a cualquier evento donde te puedas encontrar con otros académicos, demostrar lo que te gustaría ganar el Oscar... Aprendimos mucho de todo lo que no había que hacer en la campaña de Mujeres y aquí sí lo pusimos en práctica, empezando por tener un buen relaciones públicas. Además, el cine de Pedro ya se conocía en Estados Unidos con cierta fama de enfant terrible, pero esta película sorprendió muchísimo por la profundidad de los temas", rememora.
"Es una película extraordinaria, pero además de todo es un viaje maravilloso, ya que con Pedro todo siempre es insólito y muy estimulante", continúa Paredes, a quien, según sus propias palabras, se le abrieron las puertas de todo el mundo tras Todo sobre mi madre. "Ese largo camino que me hizo recorrer Pedro hizo que toda mi vida profesional, y por lo tanto vital, cambiara", destaca, bromeando con que a día de hoy todavía le siguen llamando chica Almodóvar. "Que yo digo, bueno, será abuela", concede divertida, recordando de paso una anécdota del rodaje: "Hacía dos años que no fumaba porque tenia un principio de enfisema pulmonar y cuando vi que tenía que fumar se lo dije a Pedro y me respondió :'Pues tú verás'". "Yo no puedo diferenciar mi carrera de mi vida, con lo cual me abrió las puertas de la vida", tercia Roth, agregando: "Me transformó interiormente al haber transitado por una de las cosas más profundas por las que pasé en mi oficio y en mi vida, porque fue vital para mí. Se abrió el mundo, sin duda. Se abrió una vida distinta".
También fue, claro, un punto de inflexión para el propio director, que ya había llamado la atención de Hollywood una década antes con Mujeres al borde de un ataque de nervios y "no paraba de recibir guiones", como por ejemplo Brokeback Mountain, según su hermano Agustín: "A partir de esta película hay un cambio de consideración y empiezan a ver a Pedro como el gran maestro europeo a la altura de Fellini o de Bergman. Y a partir de ahí se le empieza a preguntar cuales son sus siguientes proyectos, porque vieron que era importante que hiciera las películas según las concibe. Esta película contribuyó al cambio de percepción a mejor sobre lo que era Pedro, y seguimos en esa brecha, haciendo nuestras historias desde España, siendo muy esperadas una tras otra en ese territorio donde las ven con nuestra lengua original".
Parece mentira, pero han pasado cinco lustros y, 25 años después, Todo sobre mi madre no solo sigue siendo un hito, sino que ha visto acrecentado su estatus de película esencial del siglo XX. "Ahora me doy cuenta de que es una película imprescindible y que la ha visto todo el mundo. Es muy raro encontrar a alguien que diga 'yo no la he visto'", señala Roth, quien confiesa que volvió a verla en pandemia por vez primera desde su estreno.
"Es muy difícil que yo vea las películas en las que estoy porque me cuesta un montón separarme de lo que me pasaba y porque todo lo veo mal. Tiene que pasar un tiempo para verla como si no estuviera yo ahí. Y pasaron 25 años. Yo la debo haber visto habiendo pasado 22", cuenta, para luego echar la vista atrás: "La primera vez que la vi en un pase privado para amigos me quedé un poco en shock, porque tú puedes tener un guion, un libro, y estar trabajando dentro de la película, pero nunca terminas de saber cómo será o qué te pasará cuando la veas. Después no la quise ver nunca más. La vi el día del estreno pero me salí y volví al final para los saludos, y no la vi entera nunca más. Si aparecía en la tele de pronto veía una escena, pero luego la quitaba, hasta que en la pandemia la vi entera y me emocionó mucho. Porque si esa emoción te pasó una vez te va a pasar siempre, ya que esta es de esas películas que no son circunstanciales, que no tienen que ver con el momento que se están haciendo, sino con lo humano para siempre. Tengo conciencia de ello".
"Yo hace tiempo que no la veo", reconoce Paredes, mientras Agustín comenta que hace dos años restauró todo el catálogo de El Deseo para que las películas se puedan seguir proyectando en soporte digital. "Pedro no las vuelve a ver. Si pone la tele y la están poniendo igual la deja, pero no las vuelve a ver. Yo las veo por cuestiones técnicas y volví a ellas con atención", señala el productor, admitiendo que para ellos cada rodaje es una "parte importantísima" de su "memoria emocional", por lo que la referencia a su madre le "sigue conmoviendo muchísimo".
A esa emoción que transmite Todo sobre mi madre pudo contribuir, quizás, seguramente, la anécdota final que comparte Roth: "El rodaje fue cronológico. Y una cosa que pasó fue que la escena de la muerte de Esteban fue lo primero que se rodó, pero luego hubo un problema fílmico y no se sabía si estaba bien hasta dos días más tarde. Hubo que rodarla otra vez. Así que esta escena fue lo último que se rodó. Se rodó al principio y al final. A mí, como actriz, me hizo bien porque la había rodado, sabía lo que era esa daga que me había entrado, y luego al final esa daga venía otra vez con toda la historia ya rodada".