Por qué ya no puedes ver en cines las nominadas al Oscar a Mejor película: el caso de ‘Nickel Boys’

Alrededor de abril de 2020, ante la urgencia de la crisis pandémica, la Academia de Hollywood modificó una de sus políticas más endebles. Previamente la organización que se ocupa de entregar los Oscar había reaccionado al creciente arraigo del streaming con la exigencia de que las películas, para aspirar a nominación, debieran proyectarse en cines durante mínimo una semana. No tenía que importar la cantidad de cines, a los académicos les bastaría con disponer de proyecciones en Los Ángeles. El COVID-19, sin embargo, tensó la situación al punto de que ni esto pudiera ser posible en algunos casos, y la Academia optó temporalmente por eliminar dicha exigencia.
Cuando la situación fue alcanzando cierta (nueva) normalidad, se volvió al punto de partida. Pero el paradigma streaming se había incrustado de forma profunda en la industria, y deparaba un escenario en que a cualquier producción con apoyos estratégicos pudiera aspirar al Oscar mientras resolviera mínimamente, como un mero trámite, el asunto de la exhibición tradicional. Así llegamos al caso de Nickel Boys. Nickel Boys, dirigida por RaMell Ross, se proyectó a mediados de 2024 en el Festival de Telluride y el Festival de Nueva York, dos convocatorias clave del cine independiente de EEUU. Los aplausos fueron inmensos, se habló rápido de un posible rol en la carrera de los Oscar, e iba a ser responsabilidad de Orion Pictures que la distribución posterior lo facilitara.
Orion es una prestigiosa compañía cuya fundación data de finales de los 70 y tiene un fuerte vínculo con la histórica major Metro-Goldwyn-Mayer. Esta última, sin embargo, fue absorbida por Amazon en 2022, lo que en la práctica venía a suponer que el destino de Nickel Boys dependía de lo que la megacorporación de Jeff Bezos quisiera hacer con ella. Y lo que ha querido hacer es darle un estreno testimonial en salas seleccionadas de Los Ángeles y Nueva York, lo mínimo indispensable para que la Academia la considere como candidata. Nickel Boys tiene finalmente dos nominaciones al Oscar: a Mejor película y Mejor guion adaptado para Ross y Joslyn Barnes, por trasladar a imágenes la novela homónima que le dio el Pulitzer a Colson Whitehead en 2019.
Nickel Boys apenas se ha visto en cines, por tanto, y Amazon ha fijado el 27 de febrero como fecha de estreno en Prime Video, a pocos días de la gala de los Oscar donde se diriman sus galardones. Ese será el destino generalizado del que bien podría ser el título más original de los nominados a Mejor película: está casi enteramente rodado con planos subjetivos de sus dos protagonistas —Ethan Herisse y Brandon Wilson, en el papel de dos jóvenes afroamericanos que se hacen amigos en un reformatorio donde sufren repetidos abusos— con un trabajo fotográfico exquisito y una trama que juega a placer con el tiempo y el cine documental. Es una experiencia estética de primer orden, en resumen, que debería disfrutarse en la pantalla más grande posible pero que, en su lugar, recibe el mismo trato que otra nominada a Mejor película del año pasado, American Fiction.
Las plataformas de streaming a la conquista de los Oscar
American Fiction tuvo 5 nominaciones al Oscar incluyendo Mejor película. Aquí no hablábamos de una propuesta tan excéntrica como Nickel Boys, pues tenía el suficiente aura premiable como para sumar candidaturas a Mejor actor (para Jeffrey Wright) y Mejor actor de reparto (para Sterling K. Brown). Su trayectoria, que culminaría con el Oscar a Mejor guion adaptado para Cord Jefferson (director del film), también había sido más lucida que la de Nickel Boys al ganar el Premio del Público en el Festival de Toronto, pero igualmente teníamos a Orion y Amazon de por medio y su distribución en cines se hubo de limitar a ese par de semanas entre Nueva York y Los Ángeles.
American Fiction se estrenó en Amazon Prime Video el 27 de febrero de 2024, a pocas semanas del 11 de marzo en que la Academia desveló su veredicto. En efecto, ha sido el modelo para el recorrido de Nickel Boys y nadie en Hollywood ha querido oponerse, desde una actitud que podemos entender como resignada aceptación a la presencia de Amazon en la industria cinematográfica. La propia Amazon se ha preocupado últimamente, por su parte, de “parecer más cinematográfica”. Ha aprovechado la citada absorción de MGM para que su división dedicada a las películas se renombre Amazon MGM Studios, y hace pocos días nos enteramos de que este sello había pasado a tener el control creativo absoluto de la saga de James Bond.
Amazon MGM Studios es una major más. Hasta el punto de que no solo maneja estrenos exclusivos para streaming, sino que también apunta a grandes lanzamientos en salas —precisando internacionalmente la distribución de otras empresas estilo Warner Bros., que se hizo cargo en España de Rivales o Red One el año pasado— y antes de la dupla American Fiction/Nickel Boys ya viene nutriendo un importante historial entre los galardones de la industria. Cuando todavía se llamaba Amazon Studios, la compañía hizo historia en 2015 al ganar Transparent el Globo de Oro a Mejor serie comedia-musical: el primer premio gordo que se llevaba un streamer. Dos años después Manchester frente al mar era nominada a seis Oscars incluyendo Mejor película. Ganó dos.
Amazon Studios estaba detrás de aquella victoria de Casey Affleck como Mejor actor. Desde entonces, sin un programa definido en cuanto al destino de sus films y saliendo reforzada con el marco pandémico, Amazon ha sido una presencia asidua en los Oscar. Sound of Metal también fue nominada a Mejor película. Javier Bardem y Nicole Kidman aspiraron a premios interpretativos por Ser los Ricardo. Argentina 1985 pudo haber ganado el Oscar a Mejor película internacional en 2023, pero lo perdió a manos de Sin novedad en el frente. Una producción alemana de Netflix.
Antes de que Amazon Studios consolidara su estatus de major como Amazon MGM Studios (siendo Saltburn a finales de 2023 el primer gran lanzamiento de la nueva era), el tablero había cambiado radicalmente. El streaming podía ganar Oscars, las aspirantes al premio principal de la industria no tenían por qué llevar gente al cine. Y más allá de la regularidad con la que ha contribuido a ello, el verdadero punto de inflexión no ha venido de Amazon sino de su competencia directa: Apple.
Amazon contra Apple contra Netflix
Aprovechándose al extremo de la moratoria que la Academia había puesto por el coronavirus, CODA: Los sonidos del silencio ganó el Oscar a Mejor película en 2022 sin haber pasado por un solo cine comercial. Se había proyectado en el Festival de Sundance y ahí la adquirió Apple Studios, que se limitó a incorporarla al catálogo de Apple TV+ para por azares del destino terminar por convertirse en frontrunner de la carrera. El poso que ha dejado este acontecimiento es nulo a efectos populares —CODA, remake de un film francés que probablemente haya visto más gente, pasa por ser el Oscar a Mejor película más olvidable de todos los tiempos—, si bien tiene la cualidad de hito que lo cambia todo, así como de precedente irónico para lo que sucede hoy con Apple.
Apple, en tanto a su vertiente streamer, ha salido bastante escaldada de esta progresiva injerencia de las plataformas en el terreno oscarizable. Aunque lo de CODA fue llegar y besar el santo —antes había tenido poco más que una nominación al Globo de Oro para Bill Murray por On the rocks de Sofia Coppola—, la presteza con la que se lanzó desde ahí a los grandes estrenos en cines no ha llegado a cuajar. Recurriendo al igual que Amazon Studios a distribuidoras de competencia internacional, Apple ha sumado múltiples fracasos en taquilla sin que le compense la solera de los premios: sin duda Los asesinos de la luna, distribuida por Paramount, fue una gran contendiente de la carrera 2023-2024 y vino bien a efectos de imagen de marca trabajar con Scorsese, ¿pero de qué sirvió si la película no pudo rentabilizar en taquilla los 200 millones de dólares que había costado?
Y en el caso de Los asesinos de la luna al menos hablábamos de un film aclamado por la crítica. Estrenos posteriores como Napoleón, Fly me to the moon o Argylle (una catástrofe económica sin paliativos) demostraron que la estrategia tenía lagunas, lo que condujo a que a finales del año pasado Apple Studios decidiera prescindir de los estrenos globales en cines con la esperanza de que los Oscar siguieran mirando. A Amazon Studios le ha salido bien, visto lo visto, pero la expectación que rodeaba Blitz (drama histórico con Saoirse Ronan estrenado en Apple TV+ el pasado 22 de noviembre) ha quedado en nada. El otro gran streamer con sed de Oscars, Netflix, debe compartir la frustración de Apple aunque en su caso no haya lidiado con grandes fracasos en taquilla.
Acaso por suponer la vanguardia streaming y ostentar el liderazgo del mercado, Netflix ha sido la marca que mayor malestar ha suscitado siempre en la industria de Hollywood. Siendo su motivación para arrimarse a los premios análoga a la de Apple y Amazon —esto es, obtener prestigio cosmético y legitimar la inmensa cantidad de subproductos que realmente copa su catálogo—, Netflix es el streamer que más aguerridamente ha competido y más desplantes ha sufrido, culminando con la victoria de CODA frente a El poder del perro en los Oscar de 2022. Durante un tiempo Netflix había acostumbrado a colocar dos producciones en la terna del Oscar a Mejor película. Tras la decepción de El poder del perro, los responsables afirmaron que era hora de confiar más en entretenimientos convencionales y dejar de darle tanto dinero a autores laureados.
‘Daniela Forever’, la película más dolorosa y emocionante de Nacho Vigalondo
Ver más
¿En qué se ha traducido esto? En que Netflix ya no busca ansiosamente el Oscar a Mejor película y le está yendo algo mejor… más o menos. Emilia Pérez es la película más nominada de esta carrera —13 candidaturas— y ha sido Netflix quien se ha encargado de distribuirla en gran parte del mundo, no así en España (pasó lo mismo el año pasado con Secretos de un escándalo). Emilia Pérez, como sabemos, es un título marcado por la polémica, y del que llama la atención lo poco que Netflix se ha preocupado por hacer control de daños: cuesta creer que a nadie en la compañía, por ejemplo, le diera por mirar el perfil de Twitter de Karla Sofía Gascón para aconsejarle que hiciera limpieza.
La conclusión a extraer de todo esto es que el circuito de los Oscar es totalmente permeable al streaming, pero que es un territorio muy difícil y sujeto a demasiadas variables como para asegurarle rentabilidad a estas empresas aventureras. Por todo ello Apple y Netflix han frenado sus aspiraciones de articularse como majors a la antigua usanza, en oposición a una Amazon que ha sabido manejarse mejor. La jugada del estreno limitado previo a streaming le ha salido bien tanto en American Fiction como en Nickel Boys. Su futuro como Amazon MGM Studios parece brillante.
El hecho de que se trate de un gigante empresarial donde el cine es solo uno de sus muchos departamentos se antoja entonces un signo demoledor del presente estado de la industria audiovisual. Los Oscar de Hollywood se arrodillan ante multinacionales con tentáculos en cualquier área con visos de lucrativa, y la experiencia de ver Nickel Boys es inseparable de gestionar el envío de un paquete.