La cultura española tiene un motivo de celebración y alguno más de enfado en los Presupuestos Generales de 2018. Si el Gobierno del PP consigue aprobar el plan económico presentado el martes, para lo que no cuenta aún con apoyos suficientes, el cine verá bajar al fin su IVA del 21% al 10%. Un magro consuelo para quien lleva años reclamando la reducción, desde que en 2012 los conservadores elevaron la tasa del 8% al 21%, algo que ya consiguieron los espectáculos en directo (incluidos los toros) en el pasado ejercicio. El aumento de un 4,4% de la partida dedicada a cultura, de los 802,5 a los 837,6 millones de euros, tampoco supone una gran alegría, teniendo en cuenta que en 2017 el Ejecutivo la recortó en un 0,7%. Pero basta con que el sector haga memoria para que las medias sonrisas dejen paso al desánimo: pese al discurso de la recuperación económica esgrimido por Rajoy, la cultura ha perdido un tercio de su presupuesto desde 2009, cuando alcanzó los 1.284 millones de euros.
El presupuesto cultural de 2018 sigue una línea clara: crecen más o menos modestamente casi todas las partidas, y aumentan más aquellas que sufrieron los recortes con mayor dureza. Así, las dedicadas a música y danza, teatro y cinematografía suben en torno a un discreto 1%, sin grandes cambios en su distribución. (Este estancamiento es, sin embargo, un consuelo para las artes escénicas, que en 2017 perdieron casi el 6% de su dotación.) El gran ganador del reparto es sin duda el programa dedicado a la protección del patrimonio histórico, que se beneficia de un aumento del 75,5%, pasando de 4,7 millones en 2017 a 8,3 millones para este año. Es la partida cultural que más crece desde que el Partido Popular accedió al Gobierno en 2011 y puso en práctica sus recetas de la austeridad. El único gran capítulo que vuelve a sufrir recortes es el dedicado a la promoción del libro, que pasa de los 8,4 a los 8,1 millones de euros, un 3% menos. La mejoría en las partidas de bibliotecas y de fomento de industrias culturales pueden paliar, sin embargo, el traspiés del sector que más aporta económicamente a la industria cultural española.
El Prado y el Thyssen ganan
La partida dedicada a los museos, que supone un 18,8% del presupuesto dedicado a cultura, crece un 4,1%. Varios centros, como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid), ven congeladas sus aportaciones. Pero varios reciben premio sustancial tras años de espera: es el caso del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), que dobla su cuantía pasando de 171.880 a 261.880 euros, o del Museu d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), que aunque recibe un 14,4% más, está aún a poco más de la mitad de la cuantía que recibió en 2009.
En los grandes museos nacionales, los cambios son menos pronunciados este 2018. El Reina Sofía crece un 4%, continuando con la suave progresión de los últimos años, pero con sus 39,5 millones recibe aún un tercio menos de los fondos que obtenía antes de la crisis. El Prado crece un 7,6% en este ejercicio, o 3,5 millones, con motivo de la celebración de su bicentenario y de las obras en el Salón de Reinos y el Edificio Villanueva. Es uno de los pocos centros que recibe más fondos que en 2009 (un 8% más). No se ha beneficiado, sin embargo, tanto como el Thyssen, que entonces obtenía 1,8 millones de euros del Gobierno central y ahora, con el estatus recientemente adquirido de "Museo Nacional", obtiene tres veces más y crece de nuevo en 2018 hasta los 5,6 millones de euros.
Las partidas relacionadas con la administración, protección y conservación del patrimonio histórico son de las que más crecen: todas juntas, suman 155 millones de euros, un 9,4% más que en 2017. De nuevo, no basta con comparar las cifras actuales con las del ejercicio anterior. Si la protección del patrimonio histórico crece en 3,5 millones, es porque desde 2009 había perdido 9 millones. Si la conservación de bienes culturales ha recuperado 1,1 millones de euros, es porque había perdido 40 desde antes de la crisis.
Música y cine, congelados
Las cifras de la música y la danza no cambiarán sustancialmente en este ejercicio: aumentan en un tibio 1,1% y se mantienen sus principales partidas. No todas: el Gran Teatre del Liceu, en Barcelona, recibirá del Estado central un 17% menos, perdiendo así 1,4 millones de euros de financiación. El Gobierno anuncia una partida especial de 500.000 euros más para el Teatro Real, con motivo de su bicentenario, pero lo cierto es que obtiene en total la misma suma que el año pasado, 9,8 millones. Esto no sería un problema si no planeara sobre él la sombra de la absorción-fusión del Teatro de la Zarzuela, con la oposición frontal de los sindicatos, que han convocado paros en todos los centros de música y artes escénicas del Ministerio para el mes de abril. El Real Decreto que regularía el proceso ha sido anunciado para abril. En medio de todo el temporal, las cuentas recuerdan que la ópera de Madrid ha perdido la mitad de sus fondos desde 2009.
El cine continúa congelado. Sus fondos aumentan un 1%, y solo el Festival de San Sebastián ve crecer la aportación del Estado un 10%, frente a la congelación de los presupuestos de Málaga o Huelva. Las subvenciones a la producción aumentan en 760.000 euros, de nuevo un 1,1%, confirmando que el renovado sistema de ayudas puesto en marcha en 2016 no traía aparejado un crecimiento de las mismas. Esta aparente calma chicha no oculta que el sector tendría que crecer aún un 30% para alcanzar los niveles de 2009, y que las películas españolas han perdido desde entonces un euro de cada cinco que aportaba el Estado. El secretario de Estado de Hacienda, Enrique Fernández-Moyanes, se contentaba con señalar el martes que la bajada del IVA del cine supondrá un ahorro para el sector de 70 millones de euros.
Maltrechos archivos y bibliotecas
Los archivos y bibliotecas, que suponen juntos un 9% del presupuesto de cultura, son dos de las partidas que más aumentan. No era difícil: desde 2009 han perdido casi un 60% de sus fondos. Así, la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural recupera sus fondos dedicados a personal (crecen un 78%), después de que sufrieran el tijeretazo de un tercio de su cuantía en el pasado ejercicio. El personal de archivos, que sufrió un recorte similar, también crece (un 10,5%), pero no alcanza aún las cifras precrisis. La Biblioteca Nacional ve aumentar su presupuesto en un 3,6% (gran parte de esta prima se dedica también a personal), pero eso no evita que la institución reciba hoy un 40% de dinero público menos que hace nueve años.
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Hay dos programas que son toda una rareza en los Presupuestos. Primero, el dedicado a la promoción del libro, el único que cae (un 3%). Es difícil compararla con la del pasado ejercicio, porque la partida del Plan de Fomento de la Lectura 2017-2020, que el año pasado arrancaba con 372.380 euros, ahora ha desaparecido. Aunque el Ministerio no precisa cuál es la cuantía que le corresponde este año, asegura que se haya distribuida en distintas partidas. Así, es difícil saber exactamente si la recuperación de las ayudas a la edición (+43%), a las librerías (más del doble) o a las campañas de animación a la lectura (+36%) es solo una mera consecuencia de esta redistribución. La Federación de Gremios de Editores de España, en cualquier caso, no se ha mostrado alarmada por este cambio, como confirmó a este periódico.
El otro es el dedicado al teatro. Crece menos de un 1%, hasta los 51 millones de euros, y la mayoría de sus partidas se encuentran congeladas. ¿Cuál es la rareza, entonces? Es el único programa que casi ha recuperado los niveles de 2009, cuando contaba con 54 millones de euros. No es casualidad que sea uno de los sectores menos beneficiados por el Estado, al recibir solo el 6% del presupuesto de cultura. La transformación aquí no es solo cosa de con cuánto dinero público cuenta, sino de cómo se distribuye. Las ayudas a las entidades locales, que en 2009 recibían 3,3 millones de euros (dedicados principalmente a festivales o programación en pequeñas poblaciones), han caído desde entonces un 63%. Las dedicadas a instituciones sin ánimo de lucro se han reducido en un 90%. Las subvenciones a empresas privadas han crecido, sin embargo, casi un 20%.
La cultura española tiene un motivo de celebración y alguno más de enfado en los Presupuestos Generales de 2018. Si el Gobierno del PP consigue aprobar el plan económico presentado el martes, para lo que no cuenta aún con apoyos suficientes, el cine verá bajar al fin su IVA del 21% al 10%. Un magro consuelo para quien lleva años reclamando la reducción, desde que en 2012 los conservadores elevaron la tasa del 8% al 21%, algo que ya consiguieron los espectáculos en directo (incluidos los toros) en el pasado ejercicio. El aumento de un 4,4% de la partida dedicada a cultura, de los 802,5 a los 837,6 millones de euros, tampoco supone una gran alegría, teniendo en cuenta que en 2017 el Ejecutivo la recortó en un 0,7%. Pero basta con que el sector haga memoria para que las medias sonrisas dejen paso al desánimo: pese al discurso de la recuperación económica esgrimido por Rajoy, la cultura ha perdido un tercio de su presupuesto desde 2009, cuando alcanzó los 1.284 millones de euros.