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Política cultural

El Ejecutivo promete 10 millones de euros más de ayudas al cine a cambio de mantener el IVA al 21%

De izquierda a derecha, Luis de Guindos, Soraya Sáenz de Santamaría, Íñigo Méndez de Vigo y Cristóbal Montoro.

El Gobierno ha confirmado el viernes lo que anunciaba a mediados de semana: el IVA de los espectáculos en directo bajará del 21% al 10%, siempre y cuando el Congreso apruebe los presupuestos ratificados en este Consejo de Ministros. El gran perjudicado de esta decisión, que llega tras cinco años de protestas del sector por su subida desde el 8%, es el cine, que queda fuera tanto en salas como en DVD y demás dispositivos, junto a la música grabada. "Algún día alguien nos contará el porqué de este misterio de excluir al cine y esperamos que sea pronto", había declarado Ramón Colom, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales (FAPAE), al enterarse de la noticia. "El futuro ya lo escribiremos", lanzó Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, evitando responder a las cuestiones sobre si se planteaban una reducción al cine en esta legislatura. 

"El mundo del cine tiene 70 millones en la nueva Ley del Cine", aseguró Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación, Cultura y Deporte en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del viernes. Así, el Gobierno pedía a la industria que se conformara con 10 millones de euros más en las ayudas a la producción —en 2016 se presupuestaron 60 millones— a cambio de mantener el IVA al 21%. Una compensación algo magra si se tienen en cuenta los datos que en la última gala de los Goya daba la Academia de Cine:  "Nuestras salas recaudaron en 2016 más de 605 millones de euros, lo que le ha hecho recaudar por IVA al Estado 105 millones de euros", decía su vicepresidente, Mariano Barroso.

Esta afirmación resulta más sangrante si se tiene en cuenta el desorden que hay actualmente en las ayudas al cine. La nueva ley a la que se refería el ministro, puesta en marcha el pasado año, cambiaba el régimen de las ayudas a la producción: en vez de en concepto de amortización —y para evitar las falsificaciones de datos de taquilla, de los que dependía el ingreso final—, pasan a ser a priori, en base al proyecto. Pero esto supone que el año pasado se otorgaron tanto las ayudas sobre proyecto de 2016 como las de amortización de los filmes estrenados en 2014. Para 2017, el Ministerio tendrá que desembolsar tanto las ayudas a proyectos de este año como las amortizaciones atrasadas de 2015. El año pasado, la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (FAPAE) reclamaba 50 millones de euros solo para los nuevos largometrajes, a los que el año pasado solo se les asignaron 30 millones. 

Ocurre también que varias de las convocatorias de ayudas al sector van con retraso. En estas fechas del año pasado ya se habían convocado las ayudas a la amortización de largometrajes, a la distribución, a la organización de festivales, a la participación de películas españolas en certámenes, a la producción sobre proyecto de las películas de bajo presupuesto (las llamadas ayudas selectivas) y a cortometrajes, tanto realizados como sobre proyecto. A 31 de marzo, el Ministerio solo ha convocado las últimas tres. En el caso de las dos subvenciones a cortometrajes, la cuantía se mantiene (un millón de euros), pero en los filmes de bajo presupuesto baja de los 6 a los 5,3 millones de euros.  Quedan por publicar todavía las partidas más cuantiosas: las ayudas a la amortización y las ayudas generales a los largometrajes sobre proyecto. 

El anuncio de la bajada del IVA había sido una promesa arrastrada durante años. En diciembre de 2015 el entonces secretario de Cultura, José María Lassalle, prometía ya su reducción, aunque ha tenido que ser su sucesor, Fernando Benzo, quien lo ponga en práctica. Nada se decía entonces de la exclusión del cine, aunque sí se repitió —y se hizo más veces desde entonces— que "el IVA cultural no existe" por la diferencia de recaudación entre las distintas disciplinas. Sin embargo, más de dos años y dos elecciones generales después de aquella afirmación, Méndez de Vigo, ministro de Cultura, asegura que "el Gobierno cumple lo que promete". "Es una buena noticia para el teatro, la danza y los espectáculos en un buen momento de nuestra cultura", aseguraba, a la vez que posponía la bajada del cine cuando se cumpla "con la senda del déficit"

El Gobierno reconocía explícitamente que la decisión, que ni siquiera figuraba en su programa electoral, obedecía al acuerdo de investidura firmado con Ciudadanos. "El partido llamó al sector del cine", recuerda Iñaki Guevara, secretario general de la Unión de Actores y Actrices, "un poco para excusarse de que el IVA del cine no bajara. Que iban a intentarlo a lo largo de la legislatura. Pero dieron a entender como que había algo que iba más allá de las razones económicas". Esa ha sido la denuncia del sector cinematográfico, que ve en esta medida un "castigo" por la fuerte oposición de los creadores a la guerra de Irak y el Gobierno de José María Aznar. 

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La bajada de la tasa a los espectáculos el directo ha sido aplaudida por los distintos sectores culturales, aunque la celebración se ha visto amargada por la decisión de excluir al cine. La Unión de Asociaciones de las Industrias Culturales de España, que representa a más de 4.000 empresas del teatro, música en directo, cine y artes escénicas, manifestó el viernes "su satisfacción por esta bajada parcial del impuesto", aunque decía no encontrar "razones objetivas para la exclusión de las entradas de cine del acuerdo alcanzado entre Gobierno y Ciudadanos". La asociación pide a los dos partidos que "reconsideren, durante la tramitación de los presupuestos en el Congreso, la reducción del IVA Cultural también para las entradas de cine (...) en línea con la fiscalidad de los otros países de la zona euro".

Guevara representa a los intérpretes, con intereses tanto en el teatro, beneficiado por la ayuda, y el cine. "Muchos actores se han dedicado a hacer pequeñas compañías para paliar el paro. Por eso les afecta más el del teatro, porque es más fácil que cinco actores se junten para hacer una obra de teatro que para montar una película", explicaba. Y añadía que "la medida es bienvenida" porque supone "quitar el palo de las ruedas" de las artes escénicas. "Las protestas contra esta discriminación tienen que encabezarlas los productores y los distribuidores, que son los más afectados", reclamaba.

 

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