Gore Vidal: Los Estados Unidos de Amnesia

DAVID GARCÍA CASADO

Gore Vidal fue una verdadera rara avis en el panorama sociopolítico y cultural estadounidense, nacido en una cuna de políticos muy cercanos a las grandes familias demócratas: Gore, Eisenhower, Kennedy…, aunque con una posición siempre muy crítica y liberal, más cercano a los postulados de los primeros americanos y sus ideales de independencia y libertad individual. 

Hombre de extremada sensibilidad y de una inteligencia precoz, fue autor de novelas y libros históricos así como de adaptaciones literarias en producciones de Hollywood donde fue capaz de ganarse la vida y desarrollar sus magníficas habilidades sociales. El éxito de su carrera como escritor le dio una visibilidad y una presencia mediática que le convirtió en un “habitual” de los programas de debate televisivos en los que fue capaz de exponer las contradicciones del sistema estadounidense, señalar sus errores y criticar los movimientos imperialistas de su propio país. Sin embargo, su profunda naturaleza crítica con el poder y la sangre política que corría por sus venas le llamaron a presentarse como candidato democrático para senador. Perdió por muy poco, aunque sin gastar apenas 1.000 dólares en la campaña. No obstante, siguió siendo un punto de referencia para la izquierda en Estados Unidos y un espejo implacable de todos aquellos políticos y reporteros que buscaban en él un diagnóstico o un vaticinio de los acontecimientos.

El documental sobre Gore Vidal Estados Unidos de Amnesia, presentado en el Festival de Tribeca de Nueva York (y cuya fecha de estreno en España se desconoce por el momento) hace un recorrido biográfico relatando todos estos episodios de su vida, mezclando anécdotas, material de archivo e imágenes recientes de los últimos años de su vida cuando, habiendo perdido a su compañero emocional Howard Austen, junto a quién pasó media vida, se ve obligado a vender la villa en Italia donde residían y regresar a su país, en el que quizá había perdido ya toda esperanza.

infoLibre entrevista al director, el australiano Nicholas Wrathall, que tuvo la oportunidad de conocer y filmar a Vidal en los últimos años de su vida, hasta poco antes de su fallecimiento en 2012.

El escritor Gore Vidal, en un fotograma de la película | IFC Films¿Cómo se ve a Gore Vidal en los EEUU contemporáneos?

Es una buena pregunta. Creo que para muchos Gore Vidal es un héroe. Especialmente para gente de izquierdas, hay muchos medios independientes y blogs que recurren a menudo al legado de Gore. Bill Maher, Democracy Now, Amy Goodman…, hay mucha gente de izquierdas que adora a Gore, sin duda. La gente de derechas quizá lo ve como un radical un poco loco, pero creo que incluso en la derecha lo respetan como escritor…, en especial su ficción histórica es muy respetada. Quizá su persona pública es demasiado radical para muchos pero ha estado en el centro de la cultura durante tanto tiempo porque conocía a tanta gente de tantas generaciones y ha escrito sobre tantas instituciones y eventos políticos que creo que ocupa un espacio bastante esencial en EEUU.

¿Es tan raro en EEUU encontrar a un intelectual conectado con la política? ¿Fue Gore Vidal único en ese sentido?

Sí, creo que es raro encontrar a alguien que es un insider en Washington DC, que creció en una familia política, conoció a presidentes y fue a la Casa Blanca y que es a la vez tan intrépido, tan crítico con esa gente y con sus motivaciones y maquinaciones. Sí, creo que es muy raro en cualquier cultura, y ahí radica una gran parte de su poder, porque ocupa una perspectiva privilegiada que no todos podemos tener.

¿Cree que de algún modo él anunció el fin de la era de lo político y el gran reinado de los medios de comunicación?

Creo que sí. Yo soy de Australia, donde hemos tenido unas elecciones hace bien poco y la situación fue patética; la derecha llegó al poder y solo tres meses después de ganar en las urnas y después de no cumplir ninguna de sus promesas su intención de voto ha bajado al 30%. El cinismo en el que vivimos no tiene precedentes. Y si piensas en Estados Unidos y cómo el dinero privado maneja las instituciones, sin duda podemos hablar del fin de la política, se trata de una era de lo corporativo.

¿Cree que hay algún sucesor hoy en día del legado de Gore Vidal?

Creo que hay interesantes periodistas y comentaristas, pero no creo que haya alguien que esté tan en el centro de la cultura como Gore, que pueda reunirse con políticos, actores o aristócratas al mismo tiempo que hacer un comentario crítico y hablar desde tan adentro de las instituciones.

Hay una expresión de una belleza terrible que emplea Gore en la película: “Cuando quiero ver cuál será el siguiente paso que va a dar EEUU tan solo tengo que mirar a mi propio corazón negro”. ¿A qué cree que se refiere con el “corazón negro” de EEUU? ¿Se trata de un corazón imperialista, dominador, violento…?

Sí, es interesante, creo que él era casi como un emperador romano que había visto los acontecimientos más importantes del siglo XX tan de cerca que eso le permitía tomar el pulso de los acontecimientos de un modo muy preciso. Creo que su propio corazón negro eran los propios EEUU, lo que EEUU podría hacer como imperio para mantener su posición dominante. Él sentía todo eso corriendo por sus venas.

Respecto al rodaje, ¿era Gore Vidal una persona diferente cuando no le estaban grabando con una cámara? ¿Cómo era fuera de cámara?

Es una buena pregunta. Sí que era un poquito diferente. Fuera de cámara se mostraba más relajado, un poco más bromista y contaba más cosas sobre su vida privada. Pero cuando estaba en cámara era muy consciente de que era una personalidad pública siguiendo una agenda, y no quería revelar su vida privada. No la negaba pero no quería dejarse arrastrar por ella. Sabía que había cosas más importantes de las que hablar en público que de las anécdotas sobre su vida personal. 

Gore Vidal fue una verdadera rara avis en el panorama sociopolítico y cultural estadounidense, nacido en una cuna de políticos muy cercanos a las grandes familias demócratas: Gore, Eisenhower, Kennedy…, aunque con una posición siempre muy crítica y liberal, más cercano a los postulados de los primeros americanos y sus ideales de independencia y libertad individual. 

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