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'Se levanta la sesión'
infoLibre publica un extracto de Se levanta la sesión, diario de José Bono entre 2008 y 2011, durante su etapa como presidente del Congreso de los Diputados, editado por Planeta. Se trata del tercer tomo de su dietario, que sigue a Les voy a contar, con textos de entre 1992 y 1997, cuando era presidente de Castilla-La Mancha; y Diario de un ministro, donde cuenta su labor como ministro de Defensa. En este fragmento, Bono registra su reacción a la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, y también recuerda los motivos de su dimisión como ministro, que fue el desacuerdo sobre la cuestión catalana, incluyendo la carta que envió al entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
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Domingo, 27 de junio, y lunes, 28 [de 2010]
Por fin, tras cuatro años, hay sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña: «La realidad nacional de Cataluña carece de eficacia jurídica»
El domingo 27 se celebra en el Congreso un acto en honor de las víctimas del terrorismo. Asisten los reyes. Es la primera vez que todas las asociaciones de víctimas del terrorismo están juntas y me siento satisfecho de haber promovido esta reunión, pese a las muchas ausencias de diputados y senadores, especialmente en los bancos del PP, que suelen ser muy patriotas durante la semana, pero cuando el acto es en domingo les flaquea el fervor nacional. En mi discurso destaco que nunca, desde que se alumbrara la democracia, el hemiciclo abrió sus puertas en domingo para un acto público. Un día como hoy, hace cincuenta años, los terroristas asesinaron a una inocente niña de 20 meses. El vicario general de la diócesis de Guipúzcoa, José Antonio Pagola, en su libro Una ética para la paz, publicado en 1992, aseguraba que la primera víctima de ETA fue la niña Begoña Urroz al hacer explosión un artefacto colocado en la estación de Amara (San Sebastián). Ernest Lluch, en "La primera víctima de ETA" (Diario Vasco, 19 de septiembre de 2000), dice: "La fuente en que se basó Pagola era impecable y a partir de ella he podido obtener informaciones comprobatorias y adicionales".
Terroristas de todo signo han asesinado a 1.382 personas. Por más tiempo que pase, no nos podemos consentir la indiferencia, porque en la lucha antiterrorista no caben los tibios. No hay terrorista bueno ni pueblo digno que sea capaz de convivir, acoger, o incluir entre ellos a esa maldita especie. La ambigüedad con el terror corrompe. Por fin, hoy, día 28, se ha dado a conocer la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Partido Popular contra el Estatuto catalán. ¡Cuatro años han tardado en resolver! El TC establece que la "realidad nacional de Cataluña" carece de "eficacia jurídica interpretativa", significando que el término nacionales atribuido a los símbolos de Cataluña no puede pretender entrar en "competencia o contradicción con los símbolos de la Nación española". Constitucionalmente, solo hay una nación. Esto es lo más destacable y, posiblemente, lo que más duela a los nacionalistas junto a la declaración de que no se puede considerar la lengua catalana como preferente respecto del castellano. El TC establece que "el deber de conocimiento de la lengua catalana no puede ser entendido como obligación jurídicamente exigible. No cabe interpretar que la enseñanza se imparta única y exclusivamente en una de las dos lenguas cooficiales. Es constitucionalmente obligado que las dos lenguas cooficiales sean reconocidas como vehiculares". También declara que en ningún caso los "derechos históricos" pueden interpretarse como "fundamento de la existencia" de la comunidad autónoma catalana o "de su derecho constitucional al autogobierno al margen de la Constitución misma". Frente a la pretensión de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sea la última instancia jurisdiccional en Cataluña, la sentencia establece que las competencias del Tribunal Supremo seguirán siendo las mismas que en el resto de España. Me dice el vicepresidente Jordi Jané que a partir de hoy las relaciones de Cataluña con España ya no serán de cooperación: "Crecerán los independentistas a un ritmo impensable antes de que se dictase la sentencia: no olvides que el pueblo de Cataluña lo votó en referéndum". Quizá lleve razón Jané en las consecuencias, pero le recuerdo que el pueblo catalán no es el depositario de la soberanía nacional, que en el referéndum no votó ni el 50 % del censo y que hasta ERC pidió el voto contra el Estatuto.
En abril de 2006 dimití como ministro, pero la lealtad al presidente y al PSOE me impidió decir en público, el día de mi dimisión, la causa del cese: no podía ser ministro cuando se publicara en el Boletín Oficial del Estado el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que era una puerta abierta a la secesión. Antes de dimitir, envié al presidente la carta que se reproduce en la página siguiente.
La leyó mientras presidía el Consejo de Ministros y me contestó con una nota manuscrita: "Estoy totalmente de acuerdo con la carta. En el plazo de un mes va a comenzar el proceso para acabar con ETA, lo cual va a atemperar las peticiones de vascos y de catalanes". Le repliqué también por escrito: "Ojalá sea así". Pero no fue. Los separatistas catalanes no se atemperaron.
[Se reproduce a continuación el contenido de la carta enviada por José Bono al entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero]
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Ya sabes que no me avergüenzo de sentir ni de decir que quiero a mi país; es más, lo tengo por una condición imprescindible en quienes ejercemos determinadas responsabilidades. ¿Se podría ser ministro de España sin querer a España?2Es cierto que España, como comunidad histórica y política que está en el mundo, no es algo acabado ni inamovible. Pueden reformarse los Estatutos o la misma Constitución para mejorar el edificio y, con ello, la eficacia del Estado y la vida de los ciudadanos. Pero España no es una casa en ruinas, ni mucho menos un solar que no esté edificado. Somos una Nación y un Estado, y así como no caben espacios de decisión diferentes del de toda España para cambiar su integridad territorial, tampoco pueden admitirse estatus distintos de unos españoles respecto de otros a la hora de tomar decisiones que afectan al conjunto. Dicho de otro modo, no deberíamos dar por buena, ni mucho menos aceptar las fórmulas bilaterales por las que el Estado español sea una parte del órgano que delibera o adopta la decisión. En este sentido, ninguna Comunidad Autónoma puede pretender un marco de relaciones diferente al razonablemente previsto para todas. Como socialistas no podemos acatar la insolidaridad, se disfrace o se arrope con lo que se quiera, incluidos los argumentos históricos. Nuestra prioridad debe ser la lucha contra las desigualdades, antes de la defensa de las identidades diferenciadoras o el reparto territorial del poder. Una coyuntura de minoría puede obligarnos a hacer concesiones pero no a demoler el edificio de la solidaridad en beneficio de quienes mañana también querrán dividir el solar, como ya anuncian de manera descarada. Si los nacionalistas y separatistas nos quisieran forzar a ceder soberanía y a disminuir la solidaridad, quizá fuera bueno oponerse con claridad, y antes de aceptar su tesis, convocar elecciones, con la seguridad de que los españoles premiarían su gesto de firmerza por lo que tendría de solidario y de constitucional. En todo caso, ya sabes que no te faltará nunca ni mi lealtad ni mi afecto. 2. Documento de Santillana: "Los socialistas queremos a España que ni necesita ser inventada ni se encuentra en discusión. España es y ha sido siempre la pasión de los socialistas".
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23. El día 31 de enero de 2010 el diario El País publicó: "La primera víctima de ETA, Begoña Urroz, de 22 meses, falleció abrasada en 1960 por una bomba colocada en la estación de ferrocarril de Amara (Guipúzcoa). Décadas después se descubrió que ese fue el primer atentado mortal de ETA. Su madre rompe ahora 50 años de silencio y habla a El País". El día 25 de junio de 2019 Europa Press hizo público lo siguiente: "El informe del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo 'Muerte en Amara. La violencia del DRIL a la luz de Begoña Urroz', elaborado por el historiador Gaizka Fernández Soldevilla y el documentalista Manuel Aguilar, esclarece que el bebé de 20 meses Begoña Urroz, fallecido como consecuencia de la explosión de una bomba en la estación de tren de Amara en San Sebastián el 27 de junio de 1960, es víctima del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) y no de ETA".