El Planeta se queda en casa: Paloma Sánchez-Garnica gana con una novela de amor en plena guerra fría

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Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962), finalista del Premio Planeta en 2021, llevando la contraria al dicho popular, se ha convertido en la noche de este martes en la ganadora del codiciado galardón literario, el más dotado del mundo con un millón de euros, gracias a su novela Victoria, presentada inicialmente bajo el título de Buenas noches y buena suerte y firmada con el seudónimo de Anna Ajmátova. A la segunda, en su caso, si acaso no se ha presentado en más ocasiones de forma anónima, va la vencida.

A las puertas se ha quedado en esta ocasión Beatriz Serrano (Madrid, 1989), que tiene que conformarse con la condición de finalista (y 200.000 euros) por su novela Fuego en la garganta, aspirante inicialmente titulada Milagro y supuestamente escrita por un tal Eutropio (tal es el tradicional y un tanto lioso juego de los seudónimos).

Ambas son las elegidas de una velada —y de los 1070 manuscritos candidatos– celebrada en la noche de este martes con la pompa habitual en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, engalanado para la ocasión si cabe un poquito más (desde luego, mucha más seguridad) por la presencia del rey Felipe VI y la reina Letizia, egregios y regios invitados del, queramos o no, galardón más prestigioso y, como poco, vendedor, de la literatura española. No han faltado tampoco a la cita, entre otras personalidades, el president de la Generalitat, Salvador Illa; el alcalde de Barcelona, Jaume Colboni; y los ministros de Cultura, Ernest Urtasun, Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, e Industria y Turismo, Jordi Hereu.

Un millar de asistentes

Tanto ellos, como los periodistas y el resto de múltiples invitados de procedencias diversas hasta superar el millar de asistentes, han degustado un menú con vichyssoise de pera asada con tartar de gamba roja y tomate y lubina a la catalana, con chocolate, vainilla y crocanti de frambuesa de postre. Una cena que se hizo esperar más de una larga hora y media desde que entraron los primeros convidados hasta la llegada a las 21.00 horas de los reyes, recibidos con aplausos y, por encima de todo, apetito vespertino aminorado con cava (algo de agua) y vino. El presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, y Felipe VI fueron los encargados de abrir la celebración con unas palabras –"No es habitual, pero la ocasión lo merece por los 75 años de la editorial Planeta", aclaró el monarca– ensalzando el poder de la cultura y la literatura, así como la labor desarrollada por la compañía.

Licenciada en Derecho y Geografía e Historia, Sánchez-Garnica trabajó como abogada, pero lo abandonó para dedicarse a la literatura. Se trata de una autora de la casa, que ha publicado en Planeta la mayoría de sus novelas, que suelen ser de género histórico con una mezcla de thriller y misterio y saltos temporales entre pasado y presente. Resulta ciertamente complicado adivinar a ciegas que ella pudiera estar detrás del nombre falso de Anna Ajmátova, pero ahora, a toro pasado, todas las pistas estaban en la breve información de las obras finalistas que la editorial anticipó este lunes a los periodistas (que no han parado de pronosticar con razonable poco tino hasta el último instante).

Porque la escueta sinopsis de la obra triunfadora, destinada a convertirse en el libro más vendido del año gracias al empuje mercadotécnico del Premio Planeta, deja entrever un thriller histórico de amor en tiempos de la Guerra Fría, con emociones desatadas y pasiones devastadas a lo largo de los años. A saber: "En el Berlín derrotado tras la Segunda Guerra Mundial, Victoria se ve obligada a partir a Estados Unidos para ejercer de espía de los rusos, donde vivirá una tierna historia de amor. De vuelta a su ciudad se convierte en una famosa locutora de radio, logra reunirse con su familia y vivir en directo la construcción del muro". No era tan difícil adivinarlo, dirán algunos, pero cuesta lo suyo hasta que las piezas encajan.

'Victoria' trata de los sentimientos universales del ser humano

Sánchez-Garnica se estrenó en el mundo editorial con El gran Arcano (2006), novela a la que siguieron La brisa de Oriente (2009), El alma de las piedras (que fue un importante éxito de ventas en 2010), Las tres heridas (2012) o La sonata del silencio (2014), que fue convertida en serie para TVE.​ Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido (Premio de Novela Fernando Lara 2016, también entregado por Planeta), de la que se publicaron cinco ediciones y que se ha traducido para todos los países de habla inglesa, La sospecha de Sofía (2019), que cuenta ya con veintidós ediciones, y Últimos días en Berlín, finalista del Premio Planeta 2021, han construido progresivamente su cada vez más exitosa carrera literaria.

"No es una novela sobre periodismo, pero sí es una defensa del periodismo veraz, para evitar que se cumpla lo que dijo Edward Murray: ’Una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos’", ha asegurado la ganadora desde el escenario, acompañada de los reyes, Creuheras y los miembros del jurado. Y ha añadido: "Victoria trata de los sentimientos universales del ser humano. Doy gracias a la vida por permitirme vivir este momento , por permitir que mis hijos puedan verlo, y por poner en mi camino a mi marido, el amor de mi vida, porque a su lado me he convertido en una mujer imparable".

Beatriz Serrano, por su parte, flamante finalista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense. Ha desarrollado su carrera en la prensa digital, especializándose en nuevas narrativas, y ha escrito para medios como BuzzFeed, Vanity Fair, GQ, Harper's Bazaar, SModa o Vogue. Actualmente, trabaja en El País. Además, junto al escritor Guillermo Alonso, codirige el podcast Arsénico Caviar, que fue galardonado con el Premio Ondas 2023 en la categoría de Mejor Conversacional. Su primera novela fue El descontento (editada por Temas de Hoy, otro de los innumerables sellos de Planeta), con la que fue nominada como autora revelación en la edición 2024 de los premios Openbank Literatura de Vanity Fair.

El Planeta, ¿premio literario o pantomima de un millón de euros?

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En esta ocasión, la obra con la que se convierte en finalista del Premio Planeta es una novela iniciática en la que la protagonista, poseedora de ciertos poderes sobrenaturales, recorre la década de los noventa y los primeros años del siglo XXI. Hija de una mujer condenada por la sociedad de la época por el hecho de sentirse diferente, Blanca -así se llama el personaje principal- se convierte en una adolescente que se rebela contra el abandono que sufrió en su infancia.

La 73 edición del Premio Planeta, que coincide con la celebración de los 75 años de la editorial, ha resultado ser mucho menos controvertida y, por tanto, bastante menos mediática que la del año pasado, cuando el reconocimiento fue para Sonsoles Ónega, periodista y presentadora televisiva de Atresmedia, empresa perteneciente al Grupo Planeta, lo cual levantó, como es lógico, todo tipo de suspicacias. Siempre esa tensión entre calidad literaria y músculo comercial, imposible de calmar porque, de hecho, ese es el as en la manga de la editorial para que todo el mundo hable de su galardón, ya sea bien o sea mal.

Será como sea el año que viene, pero este 2024 literalmente más de mil personas han soplado las velas de un centenar de tartas sobre otras tantas mesas mientras un violín entonaba el cumpleaños feliz. En este ambiente festivo, no es de extrañar que unos periodistas le hayan pedido a Creuheras que les hiciera una foto con Felipe VI. Spoiler: se la ha hecho y anda ya por ahí por las redes sociales.

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962), finalista del Premio Planeta en 2021, llevando la contraria al dicho popular, se ha convertido en la noche de este martes en la ganadora del codiciado galardón literario, el más dotado del mundo con un millón de euros, gracias a su novela Victoria, presentada inicialmente bajo el título de Buenas noches y buena suerte y firmada con el seudónimo de Anna Ajmátova. A la segunda, en su caso, si acaso no se ha presentado en más ocasiones de forma anónima, va la vencida.

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