El cielo entre paréntesis (Valparaíso, 2017) es la última entrega de Marisa Martínez Pérsico, profesora, poeta y crítica literaria argentina radicada en Italia. Ha publicado Las voces de las hojas (1998), Poética ambulante (2003), Los pliegos obtusos (2004), La única puerta era la tuya (2015), Las manos en la madre (2018). También tiene publicados varios estudios de investigación, monografías y ediciones, el último de ellos La libertad es un extraño viaje, con la poesía escogida de Joan Margarit.
Es una gran lectora y buena prueba de ello son las influencias y la intertextualidad que se asoma a su poesía y que ella misma reconoce, en donde Horacio Quiroga, Blanca Varela y Octavio Paz aparecen como algunos de sus referentes. Si la docencia es algo prioritario en su vida también lo es la poesía, en donde, con una postura ética, profundiza en lo auténtico, conformando su identidad.
El cielo entre paréntesis es un poemario íntimo, confesional, con un ritmo musical consustancial al contenido expresivo. En su poesía autobiográfica y urbana se percibe una actitud donde la distancia, el desarraigo y la pérdida están presentes, pero no faltan la esperanza y la ilusión. Son relatos poéticos donde lo cotidiano, lo sencillo se hace visible con un ritmo lento pero intenso. Su poesía viaja por varias geografías: Sarajevo, Belgrado, México, Roma, Orlando, París, Madrid, entre otras. Los cambios de escenario son importantes, al igual que habrá ciertos lugares de denuncia ante la desgracias que traen las guerras; así, sus poemas "Francotiradores de Sarajevo" y "Los sonidos de Alepo" nos dan muestra de su compromiso y la preocupación social que recorre su escritura, y que introduce a lo largo del poemario. Sus versos están repletos de musicalidad y sensualidad, lo hace a través de imágenes, como en el poema "Pasatiempo": “Un lunar a la izquierda de mi ombligo/ está jugando solo/ en una plaza sin nombre/ que recuerda tus manos”. El tema de la niñez y la vuelta a la infancia habita en su memoria: “Este prado del norte es el bosque de ovejas/ de mi infancia en el sur”. Siente la nostalgia pero su viaje presente sigue a bordo y camina con futuro entre sueños y realidades. El tiempo es importante, nos habla del pasado y del presente: “El futuro no es tiempo/ que pueda llevarnos de la mano”.
Cita a los clásicos, a la mitología, a Orfeo, a Eurídice, a Horacio, y a la tradición la envuelve con las cosas más elementales de la vida. También a Juan Ramón Jiménez, Juan Gelman, Luis García Montero, Laura Scarano y Federico Díaz-Granados, entre otros.
Es sugerente y recurrente en su escritura el uso que hace de la función metalingüística, metapoética, cómo hace alusión al campo semántico de la lengua, con un léxico donde los libros y la lectura hacen su presencia en la vida: “umbral de la palabra”, “a través de ramaje de otra lengua”, “el ayer es un libro que comienza”, “si cada libro que se abre/ se parece a los muslos”, “la tinta está borrosa/ por la trama de lluvias sucesivas”, “entro en el verbo”, “que el poema respire por la herida”, “con palabras aprendo cada día/ a ventilar tu recuerdo. / Se acaricia mejor entre páginas./ Poema,/ cuenco de eternidad contra el olvido”, “pienso en las páginas/ (…) Los libros, las voces…”, “en esta noche esdrújula…”, “las páginas del árbol…”, “cuatro letras por pétalos/ (…)/ cuando acaba el lenguaje de morir”.
El poemario comienza con unas palabras de la autora tituladas "Apología de los paréntesis": "Siempre sospeché del carácter accesorio que la ortografía atribuyó a los paréntesis como vehículo de informaciones aclaratorias o complementarias, como incisos aislados de la frase principal o notas de color derogables sin mayor sacrificio de significado. Como sucede en la palabra, buena parte del sentido de una vida puede estar alojada en los paréntesis y no en mal llamado discurso principal. (…) Colocar el cielo entre paréntesis implica poner las certezas en suspenso… Si hacer un paréntesis es, además, tomarse una pausa o un descanso, poner el cielo allí dentro es una celebración de la libertad". Y termina en la contracubierta con palabras de Luis García Montero: "La voz de Marisa Martínez Pérsico funda una frontera propia entre la lucidez y el sueño, entre el mundo exterior y la intimidad".
La imagen de portada y la edición de Valparaíso son, como siempre, impecables y elegantes.
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Marisa Martínez Pérsico nos entrega una poesía de viajes por la vida con trenes que arrancan y a los que hay que subirse, con estaciones de autobuses donde hay paradas para bajar, con bancos donde se puede esperar, también barcos que navegan con brújula, y aviones que nos trasladan y vuelan con ella. Además sus poemas están repletos de ventanas donde poderse asomar, y de puertas siempre abiertas para que entre el aire fresco y limpio. Y es en estos escenarios donde discurre la existencia humana: entre la memoria, el silencio y las palabras. _____
Carmen Canet es escritora y profesora de Lengua y literatura. Su último libro es Luciérnagas (Renacimiento, 2018).
El cielo entre paréntesis (Valparaíso, 2017) es la última entrega de Marisa Martínez Pérsico, profesora, poeta y crítica literaria argentina radicada en Italia. Ha publicado Las voces de las hojas (1998), Poética ambulante (2003), Los pliegos obtusos (2004), La única puerta era la tuya (2015), Las manos en la madre (2018). También tiene publicados varios estudios de investigación, monografías y ediciones, el último de ellos La libertad es un extraño viaje, con la poesía escogida de Joan Margarit.