Poética solar

Francisco Díaz de Castro

Las sirenas de abajo. Poesía reunida (1982-2022)

Aurora Luque - Edición e introducción de Josefa Álvarez. Notas de Josefa Álvarez y Aurora Luque

Acantilado (Barcelona, 2023) 

 

Filóloga clásica y traductora, además de poeta, Aurora Luque ha publicado la poesía de Safo –Poemas y testimonios (2020)– y las antologías de poesía clásica Los dados de Eros. Poesía erótica griega (2002), Aquel vivir del mar. El mar en la poesía griega (2015), Grecorromanas. Lírica superviviente de la Antigüedad clásica (2020), además de una amplia serie de versiones y ediciones de distintas autoras: María Lainá, Renée Vivien, Louise Labé, María Rosa de Gálvez, Mercedes Matamoros, etc.

Diez libros y cuarenta años de poesía integran esta edición de Las sirenas de abajo. Poesía reunida (1982-2022), a cargo de Josefa Álvarez, principal estudiosa de la obra de Aurora Luque. Diez libros, ordenados del más reciente al primero, a lo largo de los cuales la poeta almeriense ha creado una poética y un mundo propios en los que se imbrican inextricablemente la tradición clásica y la realidad contemporánea: "Dependo de por vida/ de una droga. De Grecia", afirmaba ya en Carpe noctem (1994).  

Destaca en el conjunto de la poesía de Aurora Luque una serie de constantes que, al hilo de una progresiva decantación y de un muy sugestivo enriquecimiento de lenguaje, imaginación sensorial y recursos retóricos, establecen la base de una escritura de celebración elegíaca —una "poética solar" la ha denominado la autora— en la que un hedonismo de raigambre epicúrea y la conciencia de la temporalidad amenazante alientan la indagación verbal y el inconformismo de un sujeto poético abierto a las exigencias colectivas del presente y a un compromiso feminista cada vez más acusado  a partir de Personal & Político (2015) y Gavieras (2020, Premio Loewe 2019).

De dicha poética dependen las diversas líneas que se han ido desplegando en su obra desde los primeros poemas de Hiperiónida (1982) hasta Un número finito de veranos (2021, Premio Nacional de Poesía). La esencial es la del hedonismo "nómada" de una protagonista que ve en el ámbito marino y en el viaje el espacio privilegiado de la imaginación simbólica. En ese territorio la presencia coral de los personajes mitológicos -en su mayoría femeninos-, de los libros y las lecturas amadas aporta a la vivencia del presente modelos para la celebración, para la elegía y para el testimonio crítico, para un "vivir del mar" que da plenitud precaria a los instantes y modelos para la denuncia feminista, tema clave en Gavieras, pero ya desde mucho antes, en Problemas de doblaje (1989).

Precisamente, a partir de este último, la elaboración verbal permite enfrentarse a las trampas de los lenguajes actuales como el de la publicidad, el de los medios y también el de la poesía: Taller de sedería, de Transitoria (1998); Conjugación, de La siesta de Epicuro (2008); Afrodisiar, de Gavieras, etc. Aurora Luque se obliga desde el principio a un cuestionamiento permanente de la escritura poética que exige forzar también los límites del discurso para dar vías expresivas más amplias a su alternativa. Con humor, con ironía y también con desgarro, la poeta juega con las palabras para buscar sentidos nuevos a la "enfermedad mortal" del lenguaje. Así, en Un número finito de veranos, sus usos del léxico náutico —orinque, veril de sonda, derrota, etc— o el uso sarcástico con las palabras del poder. Para Luque, en cambio, las incitaciones de las palabras propician juegos de inteligencia que permiten iluminar sentidos, desnombrar y desfamiliarizar lo ya sabido, poner al desnudo las sombras colectivas. Un buen ejemplo de esto último es Conversación con el prefijo -des, de Gavieras, con la denuncia explícita de las injusticias del lenguaje de la tribu, de cuanto las palabras reflejan de modos de pensar rancios y denigrantes: "Hora es de desfacer, desdecir, descifrar (…)/ deshombrar, por ejemplo, que es tirar por la borda/ el verbo deshonrar con todos sus arcaicos,/ prestigios teatrales,/ destilar vinos rojos y salvajes,/ desandar los senderos alambrados/ desenredar los nudos/ del barbado destino".

Pero no sólo se trata de desplegar con sarcasmo o ironía la crítica del lenguaje sexista y de lo que revela, sino también de utilizar las palabras con su potencialidad más luminosa y estimulante. Así, Afrodisiar propone, entre diversos neologismos, una forma diferente de enfocar el erotismo y la vida: "Afrodita merece un verbo activo./ Afrodisiarás sin dolor./ Sabedlo, afrodisiaban./ Amaban tanto afrodisiar./ Afrodísiame, llévame contigo./ Afrodísiame un poco, quédate conmigo./ Afrodisian sin pausa los del piso de arriba./ Si afrodisiaras, ay, si afrodisiaras./ Haz que pase./ Úsame".

Vitalismo lúcido, erotismo y sensualidad, reflexión honda, misterio y magia de las palabras, celebración del instante y conciencia trágica del tiempo se refuerzan de unos libros a otros: No pagaré a Caronte de mi propio bolsillo (Camaradas de Ícaro 2003). Los valores del eros y del ágape despliegan a lo largo de la obra sus matices apasionados, alegres, irónicos a menudo, trazando una crónica del vivir abierto al placer de la compañía, de una naturaleza esencialmente marina y, sobre todo, al contraste creciente entre un ideal de vida y las sombras de una realidad en la que lo colectivo va tomando otros tonos más críticos y polémicos, particularmente en sus últimas entregas. Y siempre en Aurora Luque "vivir es arrancar a las palabras/ de sus sillones limpios, cargarlas a la espalda/ en la mochila chica/ de la errancia sin vuelta/ y quemarse con ellas en la hoguera/ del delirio feroz (…)" (La canción de 'Belladonna of sadness', de Un numero finito de veranos). Estas son, en mi opinión, las bases de esta poesía en última instancia afirmativa y resistente reunida ahora en Las sirenas de abajo, a la que acompañan al final varios poemas inéditos y unas suculentas notas.

La realidad o el sueño

 

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Francisco Díaz de Castro es poeta y crítico. Su último libro es 'Vamos a perdernos' (Vandalia, 2021).

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