Entre un rey escocés y su señora y un presidente gallego y su primera damaprimera damaexiste un punto en común. Un hilo que les une entre ellos y con el resto de los mortales: la ambición. Lo único que cambia es cómo pronuncian su nombre, en inglés los Macbeth, Los Mácbeza la española. Inspirados por una de las mayores creaciones artísticas de todos los tiempos en torno a la avidez desbocada y su inevitable consecuencia, el terrible y embargador sentimiento de culpa, el director Andrés Lima y el dramaturgo Juan Cavestany han dado forma a una adaptación contemporánea del clásico de William Shakespeare, interpretada por Javier Gutiérrez y Carmen Machi.
La codicia y las desaforadas ansias de poder del personaje shakespeariano, inspirado en un hombre real, tienen –ya supondrán- una fácil traslación al mundo que hoy habitamos. “Son los mismos Macbeth, lo único es que en vez de escoceses son gallegos, y que la época medieval la hacemos actual y se convierte en ocasiones en tragicomedia”, explica el director de la obra, una producción del Centro Dramático Nacional que ya ha pasado por la localidad de Narón y que se representa este sábado 29 en A Coruña, desde donde irá a Ourense (el día 30), Murcia (el 11 de abril) y Madrid (del 30 de abril al 15 de junio). “Pero la esencia es la misma, es más fiel de lo que podría parecer, porque es un texto que se adapta muy fácilmente”.
Que el matrimonio protagonista se haya mudado desde su residencia original a un pazo en tierras gallegas tiene mucho que ver con las tres brujas cuyos designios harán perder la cabeza al hombre destinado a gobernar a sus coetáneos. “Una vez traídos aquí la coincidencia es tremenda”, asegura el director. “No hay tierra que conserve una creencia en las brujas como Galicia, porque el tema de la corrupción se da en Galicia, en España, en Berlín y en cualquier otro lugar”.
Escrita por el bardo en prosa y verso, la adaptación de Cavestany también ha mantenido esa cualidad, porque, dice el director, “esa era la voluntad: ser fiel al original”. “Pero hay trozos en los que el habla es más cotidiana, aunque en los momentos de monólogo se mantiene el lenguaje renacentista-barroco original”. Visualmente, las palabras se presentan mudadas en pensamiento, enmarcadas únicamente por una pantalla en blanco “en la que puede suceder de todo” por escenografía. “Se sitúa en un espacio más mental que físico, los actores hablan desde dentro de la cabeza de los Mácbez, para que el público pueda ver lo mismo que ellos”.
Junto a los dos intérpretes principales participan en la obra otros cinco actores: Chema Adeva, Jesús Barranco, Laura Galán, Rebeca Montero y Rulo Pardo. “Son un elenco de siete para más de 40 personajes, y los hacen creíbles: es una puesta en escena muy contemporánea”, explica Lima, para seguidamente introducirse en el telón de fondo de la propuesta: la culpa. “Ahí entramos en lo esencial: el lado oscuro. El asesinato te llena de miedo y terror. El deseo ilimitado es seguido después por un sentimiento que lleva al concepto de pesadilla: es un retrato del ser humano en el que todos nos podemos reconocer”.
Entre un rey escocés y su señora y un presidente gallego y su primera damaprimera damaexiste un punto en común. Un hilo que les une entre ellos y con el resto de los mortales: la ambición. Lo único que cambia es cómo pronuncian su nombre, en inglés los Macbeth, Los Mácbeza la española. Inspirados por una de las mayores creaciones artísticas de todos los tiempos en torno a la avidez desbocada y su inevitable consecuencia, el terrible y embargador sentimiento de culpa, el director Andrés Lima y el dramaturgo Juan Cavestany han dado forma a una adaptación contemporánea del clásico de William Shakespeare, interpretada por Javier Gutiérrez y Carmen Machi.