Clásicos en las cabinas de la noche madrileña, los hermanos Yayo y Eloi Vázquez (Touro, A Coruña, 1979 y 1985) llevan ya una larga década encadenando fiesta tras fiesta con la energía que siempre da saber pinchar la canción perfecta. Bajo el nombre artístico de El cuerpo del disco eso es exactamente lo que esta pareja de DJs hace para alargar las madrugadas del Café Berlín –su flagship, su residencia principal– o de las muchas otras salas, principalmente aunque no solo capitalinas, donde se sitúan detrás de la mesa con el único deseo de ver a su gente danzar como los zíngaros del desierto. Y eso es exactamente lo que harán en la próxima Noche de muertos que el Círculo de Bellas Artes de Madrid celebra el 31 de octubre, coincidiendo con Halloween, para festejar el día de los difuntos al más puro estilo mexicano con catrinas, calaveras, flores, mariachis y lloronas cadavéricas. También con mucha música y muchos temazos en los que ya anda pensando Eloi, quien explica a infoLibre: "La mejor sesión es cuando tienes al público a muerte después de una hora sin poner ni una canción que conozcan. Rellenar una sesión con canciones que todo el mundo conoce no tiene mucho valor como DJ". Con él charlamos.
Para los distraídos, profanos o madrugadores: ¿Qué es El cuerpo del disco?
Es un proyecto que empezamos mi hermano Yayo y yo hace ya diez años. Ha ido mutando un poquito en el tiempo, ahora somos una pareja de DJs que actuamos también como promotores de fiestas, básicamente en Madrid, aunque los dos somos de Touro, un pueblo cerca de Santiago de Compostela. Los dos éramos DJ residente en la última época del Nasti Club, la Sala Maravillas, tuvimos un momento de impasse cuando cerró, y se nos ocurrió tirar por esta línea y empezar a poner música más soulful, funk, y en general digamos con más color. Hemos seguido evolucionando, pasando por diferentes salas de Madrid y en el Café Berlín tenemos una fecha cada mes. Estamos también en otras haciendo fiestas diferentes como Villanos, Siroco o El Sol, colaborando con otros colectivos de la ciudad, que también nos gusta mucho. Somos dos personas a las que le gusta mucho la música y lo canalizamos de esta manera, en definitiva.
¿Qué se encuentra alguien que vaya a vuestra fiesta mensual en el Café Berlín?
Ahora nos consideramos DJ podría decirse, de house como género integrador de muchas cosas. Quien vaya al Café Berlín puede esperar mucho color, que es como yo lo llamo, pero no porque sea música negra. No solemos pinchar techno, aunque nos guste, pero esta es una cosa más colorida con mucho house, mucho disco, algunos toques new wave porque muchos de mis referentes son los que puede tener mucha gente de mi edad, como New Order y cosas así, y siempre cae alguna pildorita más nostálgica. Tenemos una paleta variada, pero siempre básicamente centrada en el house. Con muchas cosas retro, pero a diferencia de lo que mucha gente cree, no solo pinchamos retro, pinchamos muchas cosas de sellos españoles e internacionales más recientes y que quizás no se encuadraría en el marco de música disco.
Pincháis cosas diferentes según la fiesta, porque además tenéis varias con distintos nombres en lugares diferentes.
Exacto. Aunque nos gusta mezclar cosas, también es verdad que cada tipo de música tiene su público y, de hecho, nos gusta mucho apelar a distintas audiencias, es algo que nos da bastante subidón. Nos gusta ver que alguna fiesta viene a algunas fiestas, otra va a otras, y a cada cual le llama una de nuestras faceta distintas.
¿Qué podemos esperar entonces por vuestra parte en la Noche de los muertos del Círculo de Bellas Artes?
Esta es la primera vez que pinchamos en la Noche de muertos, una fiesta que empezaron a hacer después de la pandemia, y se toman la licencia de traer el día de muertos de México a la noche de Halloween. Es algo completamente latino, así que nosotros vamos a hacer una sesión totalmente especial que llamamos Cuerpo de merengue, porque nos gusta mucho también la música latina, así que vamos a darnos el gustazo. Además, compartimos cartel con Ali Gua Gua de Kumbia Queers, Linapary, Alberto Nanclares (Alnank), Poto con Rocoto y Santiago Navas. Siempre me gusta decir que El cuerpo del disco surfea la ola que hay entre el mainstream para todos los públicos y la música electrónica underground, y creo que esto se podría aplicar a todos los que están en esta fiesta. Además, por lo que nos han dicho, la decoración es bastante impresionante. Siempre tiene un leitmotiv mexicano como el Día de muertos, pero en este caso Noche de muertos. Y creo que lo que pretende el Círculo de Bellas Artes es reflejar un poco el papel que a algunos nos gustaría que tuviera Madrid como representación de unión de todas las sensibilidades latinoamericanas.
¿Pasar al Círculo de Bellas Artes supone sacar la música de baile de las salas y llegar así a un público más diverso?
Diverso es la palabra, estoy de acuerdo. En carnaval estuvimos ya en el Círculo de Bellas Artes. Hemos pinchado también en San Isidro en un par de ocasiones, que da todavía más miedo (risas), porque es un público completamente diverso. Pero son retos que nos gustan mucho. Evidentemente, nosotros estamos más cómodos en el Café Berlín pinchando lo que nos da la gana porque la gente viene a vernos a nosotros, que es lo que todo el mundo quiero, pero claro, es un reto muy grande poder apelar a audiencias más grandes sin renunciar a lo que a ti te gusta. También hemos pinchado en la Razzmatazz de Barcelona, que es una sala enorme donde el público a lo mejor nos conoce, pero lo más probable es que no. Nos gusta, es un reto bonito pensar en cómo limar un poco tus asperezas para poder apelar a una audiencia más grande. Nos gusta ponernos retos en este sentido.
Es muy sano que te gusten muchas cosas, se puede sacar petróleo de muchos pozos musicales
¿Es Madrid una ciudad dura que necesita bailar especialmente como vía de escape cuando se marcha el sol?
Madrid como ciudad grande puede resultar dura, pero creo que está en un buen momento en cuanto a clubbing. Están abriendo muchas cosas, aunque sinceramente está abriendo mucho club exclusivo y quizás falte base underground, porque parece que todo lo que abre es como de alto standing. Pero están pasando cosas, que eso es bueno para los DJ y para el público, que tiene donde escoger. Antes era difícil ver en Madrid a cierto tipo de DJ más exclusivos que podías encontrar en Barcelona, o no digamos ya Londres, por ejemplo. Ahora en Madrid pueden competir fiestas distintas, una en un sitio muy pijo y otra a lo mejor en un club en Vallecas, pero con públicos que no son los mismos aunque sí que se tocan. Eso es algo que siempre ha tenido Madrid, que socialmente la noche nunca ha sido, al menos hasta ahora, una noche aburguesada. Siempre se ha mezclado todo el público y ha sido una ciudad abierta.
Al final va a ser verdad eso...
Es un tópico, pero es verdad, nosotros somos gallegos y llevamos como veinte años en Madrid. Es algo que la gente sigue diciendo porque, bueno, es verdad, en Madrid sales por la noche y puedes acabar hablando con cualquiera, algo que nos parece muy normal, pero hay otras ciudades en las que no ocurre esto en absoluto. En ese sentido, es bonito salir en Madrid por eso, y está bien que ahora haya más opciones que a lo mejor hace diez años, cuando hubo un momento un poco raro en el que los clubs estaban un poco perdidos, no tenían programación clara y decidieron dejarlo todo en manos de promotores. Eso fue cuando nosotros empezamos, en algunos casos sigue siendo así, pero ahora las discotecas han vuelto a tomar un poco el control de su programación. Es claramente una tendencia. Creo que quizás es más difícil para un colectivo nuevo encontrar una sala donde hacerlo, pero por otro lado al final para el asistente a los clubs es un momento mejor y bueno para escoger.
La pista de baile puede ser una vía de escape, también una vía de perdición, o simplemente el apoyo a los mejores momentos de tu vida
El clubbing es un movimiento muy subterráneo con mucha vida, que no termina de llegar a los grandes medios. ¿Es casi mejor que siga así la escena manteniendo su esencia?
Lo que nosotros hacemos por naturaleza no es masivo. Y todo de lo que bebemos, incluso cuando más famoso fue, no lo era. El house de Chicago no lo era. Luego tienes Ibiza, que al final es un foco donde va mucha gente a la que le gustan ciertas cosas, y por eso parece muy grande, pero en realidad para el 98% de la población el interés a lo mejor es bajo. El clubbing y la experiencia de discoteca no es que sea un escape, ni nada, es que es bastante privada en el sentido de que es una parte importante de tu vida cuando te gusta, pero creo que es una experiencia que no se entiende si te la explican.
En una ocasión Guille Milkyway, de La Casa Azul, me dijo que "en la pista de baile se comparten más penurias que euforias". ¿Se ve así desde la cabina de El cuerpo del disco?
Absolutamente todos hemos tenido alguna fase en la que a lo mejor no estamos muy contentos con nuestra vida y la discoteca nos ha servido como vía de escape. Pero yo he visto mucha felicidad. No creo que Guille quisiera decir que la discoteca está llena de gente deprimida (risas). Es verdad que a veces la pista de baile puede ser una vía de escape, también una vía de perdición, o simplemente el apoyo a los mejores momentos de tu vida, que es como a mí me gusta verlo.
¿Qué tiene que tener para vosotros una buena sesión?
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La mejor sesión es cuando tienes al público a muerte después de una hora sin poner ni una canción que conozcan. Rellenar una sesión con canciones que todo el mundo conoce no tiene mucho valor como DJ. Es algo que se puede hacer cuando no hay más remedio, como puede ser en una boda, a favor de eso, pero siempre tiene que ser con cierto estilo. La mejor sesión es una en la que no pinchas para ti, sino para el público, sin que sea una sesión repleta de obviedades. Creo que no es lo que la gente va a buscar a una discoteca, al menos a las discotecas que a nosotros nos gusta ir.
¿Un DJ tiene que ser ecléctico por naturaleza?
El término indie ha perdido completamente su acepción, pero yo era un indie poppy de libro. En los noventa todo era más cerrado, aunque tenía muchísimas cosas buenas, pero cuando llegaron los dos mil fue muy refrescante para la gente que siempre hemos picado de todos los sitios. Creo que es muy sano que te gusten muchas cosas, eso no te quita pureza y no le quita valor a lo que haces en ningún caso. Creo que se puede sacar petróleo de muchos pozos musicales.
Clásicos en las cabinas de la noche madrileña, los hermanos Yayo y Eloi Vázquez (Touro, A Coruña, 1979 y 1985) llevan ya una larga década encadenando fiesta tras fiesta con la energía que siempre da saber pinchar la canción perfecta. Bajo el nombre artístico de El cuerpo del disco eso es exactamente lo que esta pareja de DJs hace para alargar las madrugadas del Café Berlín –su flagship, su residencia principal– o de las muchas otras salas, principalmente aunque no solo capitalinas, donde se sitúan detrás de la mesa con el único deseo de ver a su gente danzar como los zíngaros del desierto. Y eso es exactamente lo que harán en la próxima Noche de muertos que el Círculo de Bellas Artes de Madrid celebra el 31 de octubre, coincidiendo con Halloween, para festejar el día de los difuntos al más puro estilo mexicano con catrinas, calaveras, flores, mariachis y lloronas cadavéricas. También con mucha música y muchos temazos en los que ya anda pensando Eloi, quien explica a infoLibre: "La mejor sesión es cuando tienes al público a muerte después de una hora sin poner ni una canción que conozcan. Rellenar una sesión con canciones que todo el mundo conoce no tiene mucho valor como DJ". Con él charlamos.