Joaquín Sabina cierra esta semana regresando al WiZink Center de Madrid (18 y 20 de diciembre) una gira que, Contra todo pronóstico, ha resultado ser unánimemente aclamada y de las mejores de su extensa trayectoria. Contra todo pronóstico es el nombre jocoso que el cantautor andaluz puso a su regreso a los escenarios tras la aparatosa caída que sufrió en febrero de 2020 y que le llevó directamente al hospital, donde se le diagnosticó un hematoma intracraneal. Giro de guion inesperado con parada en el quirófano y en la UCI, largo vía crucis de recuperación incierta en su momento, pero con el tiempo reconfirmada como un vitoreado renacimiento.
Las circunstancias y el inexorable paso del tiempo (recordemos que Sabina cumple 75 años en febrero) provocaron que esta gira fuera vivida por todos como un regalo con el que nadie contaba. Una gustosa sorpresa que todo el mundo, desde el entorno del artista al gran público, pareció tomar como una despedida. Un detalle en absoluto menor que ha originado un ambiente de lo más especial en todos y cada uno de los recitales, pues aunque el adiós no haya sido nunca así anunciado, de alguna manera se interpretaba como lo inexorable. Sería, seguramente, lo más lógico, si no fuera porque Joaquín, ya lo dice él mismo, gusta de jugar contra los pronósticos.
De hecho, el de Úbeda tiene ya unas cuantas canciones en cartera y, una vez pasado el tiempo de descanso que siempre propicia el final de una gira y el cambio de año, quiere ponerse en enero a preparar un nuevo disco con su ya inseparable Leiva. La intención en este momento, según ha podido saber infoLibre, es rematar este nuevo álbum de estudio para publicarlo cuanto antes y, a partir de ahí, hacer unos pocos conciertos para presentarlo en directo. Es decir, que la despedida asumida tácitamente por todos (y, recordemos, nunca así anunciada), no va a ser tal. Con Joaquín, como procede, siempre hay tiempo para una penúltima ronda que puede que no sea tan larga como esta gira que ahora termina (no lo será), pero servirá para que no abandone los escenarios definitiva ni oficialmente.
Medio millón de entradas vendidas en esta gira
Pero antes de eso todavía hay que rematar la presente gira y, por una vez, cumplir los pronósticos que hablan de dos (pen)últimas noches memorables, de cánticos colectivos y estribillos sempiternos. Así ha sido en todas las fechas anteriores de un tour largo, como los de antes, que arrancó en febrero en Costa Rica y continuó después por Colombia, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, España, Puerto Rico, México y Estados Unidos, con escapadas europeas también a Londres y París. En total, 57 conciertos con el 100% de ocupación, lo cual significa casi medio millón de entradas vendidas.
“Puede parecer grandilocuente, pero es que ha sido un exitazo en todas partes y si repitiera una gira ahora mismo la vendería exactamente igual”, afirma a infoLibre su mánager, José Emilio Navarro 'Berry', quien incide en la idea de la emotividad: “Ya desde el título, Contra todo pronóstico, se ve que nadie tenía muy claro hacerla, y la gente ha captado eso, porque hay momentos del concierto con complicidad, ternura y mucha piel. No sé si las técnicas nuevas de las pantallas ayudan, porque se veía a Joaquín muy expresivo y la gente podía sensibilizarse incluso un poco más”.
"Hay un momento en el que canta 'Tan joven y tan viejo', y al final de esa canción no ha habido lugar donde la gente no haya estado dos o tres minutos aplaudiendo"
Un Joaquín que, además y sin que sirva de precedente (bueno, quizás un poco sí) ha mantenido una actitud prácticamente monacal durante todo este año, del hotel a la prueba de sonido y de ahí al concierto, para cuidar lo máximo posible la voz (casi sin hablar “ni con Jimena”) y estar en condiciones físicas óptimas. Una disciplina casi diríase que inédita, empujada tanto por los rigores de la edad como por el deseo de devolver desde el escenario todo el respeto y el cariño que el público le ha lanzado en cada concierto desde las butacas. “Hay un momento en el que canta Tan joven y tan viejo, y al final de esa canción no ha habido lugar donde la gente no haya estado dos o tres minutos aplaudiendo”, apunta a infoLibre Antonio García de Diego, guitarrista y teclista y desde 1988 uno de los principales escuderos de Sabina.
El propio Joaquín, de hecho, se confiesa “alucinado” con el comportamiento del público, entregado en todas las ciudades, incluyendo también las menos habituales como París, Nueva York, Los Ángeles o Londres. Algo que “casi ni esperaba ya a estas alturas”, igual que tampoco esperaba, según sus propias palabras, aún sorprenderse sobre el escenario. “Yo nunca había sido tan consciente de la fuerza del idioma español”, asegura, tras haber cantado en esos lugares menos recurrentes que acabamos de enumerar. “Esa es una fortaleza que es marca España”, proclama.
Todo parabienes, en definitiva, en una gira que “comenzó con ciertos puntos suspensivos” porque, tal y como admite García de Diego, nadie sabía “después de tres años y una pandemia cómo estaba Joaquín”. “Había ciertas dudas”, reconoce, para acto seguido reiterar la idea que recorre a todos los que han participado en este tour, incluyendo a unos músicos totalmente cohesionados, con un clima estupendo entre ellos: “Había ciertas dudas, pero ha sido la gira más emocionante que hemos vivido nunca. No digo ni la mejor, ni la peor, ni nada, pero sí la más emotiva. Y creo que Joaquín ha recibido una respuesta muy distinta a giras anteriores. La gente a lo mejor iba con la idea de que podía ser la última gira, y por eso mostraba todo el cariño y lo que significaban en sus vidas sus canciones”.
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Ante la inminencia del final de la gira con estos dos últimos recitales en Madrid, reconoce que toda la banda siente “esa cosa nostálgica” de que nadie sabe si habrá más conciertos en el futuro. “Yo espero que sí”, anticipa García de Diego, en cualquier caso, aunque al mismo tiempo siente sensación de “tristeza por saber que algo tan mágico a lo mejor se acaba ya”. “Pero todo eso junto a la emoción de las canciones y la respuesta del público, alguna lagrimilla se nos caerá”, asegura, antes de compartir un pequeño secreto personal: “Hay una parte intimista del concierto en la que yo, que siempre tengo una toallita para el sudor, en esta ocasión la he usado para limpiarme los mocos de la emoción. E igual que yo, todos mis compañeros”.
"Joaquín tiene idea de hacer el año que viene un disco nuevo y, lógicamente, si hay salud, ganas y tiempo, posiblemente en 2025 se hagan algunos conciertos"
Una vez concluya definitivamente esta gira, el miércoles 20 de diciembre, será momento de descansar, disfrutar de las fiestas navideñas y recapitular para, a partir de ahí, planear con mayor o menor ambición. “Yo creo que sí que va a haber alguna cosa”, avanza García de Diego, señalando que “Joaquín tiene que terminar un disco” y él cree que está “en su cabeza hacer alguna presentación”. “Una gira como tal, tan grande como esta, no creo. De hecho, a Joaquín le ofrecieron volver a Argentina ahora en diciembre y dijo que no porque está muy fatigado ya. Él ya ha tenido su recompensa porque ha disfrutado muchísimo en esta gira”, comenta el músico.
“Si hace otra gira o no, se queda en el aire”, indica Berry, su mánager, quien también anticipa que Sabina “tiene idea de hacer el año que viene un disco nuevo y, lógicamente, si hay salud, ganas y tiempo, posiblemente en 2025 se hagan algunos conciertos”. “No sé cuantos, pero sería posible. Existe esa posibilidad y esa idea, pero seguro no se sabe nada. Oficialmente, no hay ninguna retirada”, sentencia, no sin antes volver al presente más inmediato de los dos shows en el WiZink Center, para los que hay una expectación casi sin precedentes. “No hay entradas ni para los amigos, es un lleno de los de verdad”, remata.
Joaquín Sabina cierra esta semana regresando al WiZink Center de Madrid (18 y 20 de diciembre) una gira que, Contra todo pronóstico, ha resultado ser unánimemente aclamada y de las mejores de su extensa trayectoria. Contra todo pronóstico es el nombre jocoso que el cantautor andaluz puso a su regreso a los escenarios tras la aparatosa caída que sufrió en febrero de 2020 y que le llevó directamente al hospital, donde se le diagnosticó un hematoma intracraneal. Giro de guion inesperado con parada en el quirófano y en la UCI, largo vía crucis de recuperación incierta en su momento, pero con el tiempo reconfirmada como un vitoreado renacimiento.