El nuevo libro de Luis de la Calle e Ignacio Sánchez-Cuenca, La naturaleza del terrorismo. Violencia política y clandestinidad (Catarata), ofrece un análisis exhaustivo y original del fenómeno del terrorismo. La conceptualización que aquí se presenta da sentido a algunos rasgos peculiares del terrorismo, desde los atentados internacionales hasta los del actor solitario.
infoLibre publica el prólogo del libro, titulado 'La naturaleza del terrorismo', que llega este lunes 30 de septiembre a las librerías:
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Cuando este libro entró en el proceso de producción editorial en su versión original en inglés (Underground Violence. On the Nature of Terrorism, Oxford University Press) no había tenido aún lugar el traumático ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que produjo más de 1.100 víctimas israelíes, la mayoría civiles (685). Hubo unanimidad en los medios en describir ese ataque como un hecho terrorista. Quienes se expresaron de esta forma querían dejar clara su condena absoluta e in condicional de la atrocidad cometida por Hamás. El supuesto del que partían muchos de quienes utilizaron así el término es que, si no se calificaba el ataque de Hamás como un ataque terrorista, se estaba adoptando una postura equidistante, o peor aún, favorable a la organización islamista. Según esta manera de ver las cosas, cuando se subraya que Hamás es una organización terrorista y que los hechos del 7 de octubre fueron un caso de terrorismo, se está no solo describiendo una realidad, sino que además se la valora moralmente en los términos más negativos posibles.
En este libro hemos intentado alejarnos de este uso del término terrorismo. Por descontado, consideramos execrable desde todo punto de vista la matanza de civiles, sea quien sea el autor de la violencia, pero nos parece que la palabra terrorismo no debería utilizarse simplemente como un agravante moral del discurso. A pesar de toda la carga valorativa que arrastra la palabra, creemos que el terrorismo puede caracterizarse en términos puramente analíticos, dejando a un lado posiciones morales que, por lo demás, son plenamente legítimas siempre y cuando esté clara la intención con la que se hable o escriba.
Esta obra trata de descubrir el principio generativo del terrorismo, que, a nuestro juicio, es la condición clandestina o secreta de la violencia, derivada de la ausencia de control territorial. Que un acto violento o un grupo armado sean terroristas depende, ante todo, de si la violencia se lleva a cabo clandestinamente o no. Desde esta perspectiva, el ataque del 7 de octubre no se parece demasiado a los ataques terroristas típicos, que se caracterizan por un número reducido de perpetradores y por ser actos efímeros, breves. Pensemos en el caso de ETA. Los terroristas de ETA tenían que esconderse cuando estaban en España, operaban siempre en secreto y sus atentados (un tiro en la nuca, un coche bomba) eran ataques que no se desarrollaban en el tiempo (tenían una duración muy corta) y que involucraban a un número muy limitado de perpetradores. Según nuestro argumento, la razón por la que decimos que ETA era un grupo terrorista y, por ejemplo, las FARC colombianas un grupo guerrillero, no es porque la violencia de las FARC sea legítima y la de ETA no, o porque un grupo matara a civiles y otro a fuerzas de seguridad, sino porque las FARC tenían control territorial y por eso sus miembros, que se contaban por miles, podían enfrentarse abiertamente al Ejército colombiano en operaciones militares en las que participaban decenas o centenares de guerrilleros.
Ver másEstar, pero no existir
Pues bien, según nuestro esquema analítico, el ataque de Hamás del 7 de octubre se parece más, por su ejecución, a un ataque guerrillero —como los que las FARC protagonizaron en su día— que a un atentado terrorista de ETA. El ataque supuso una invasión del territorio de Israel en torno a la Franja de Gaza, tomaron parte en el mismo alrededor de 3.000 miembros de Hamás y de otras organizaciones palestinas, se ocuparon al gunas localidades israelíes y la operación duró más de 24 horas. No fue un ataque secreto o clandestino, aunque sí por sorpresa. En este sentido, el 7 de octubre se asemeja mucho a las masacres ejecutadas por el Grupo Islámico Armado (GIA) durante la guerra civil en Argelia. Este grupo realizó varias incursiones nocturnas en poblados en los alrededores de Argel, en las que asesinaron a decenas de personas acusadas de colaborar con el ejército. Sus procedimientos fueron especialmente crueles, como los de Hamás, con un alto número de víctimas civiles. Pero la lógica de esta violencia estaba basada en la ocupación del espacio y la imposición de orden en contextos de autoridad disputada, algo poco común en organizaciones terroristas como ETA.
A quien esté interesado principalmente en la dimensión moral del ataque, las distinciones que estamos realizando le resultarán irrelevantes o, incluso, insidiosas. Fuese como fuese el ataque, el caso es que hubo una masacre inaceptable e ilegítima de ciudadanos israelíes. Nosotros no rechazamos ese acerca miento a la cuestión, pero no es el que seguimos en este libro. Nos interesa entender en qué sentido la violencia terrorista es similar o distinta de la violencia que tiene lugar en guerras ci viles, genocidios o guerras entre Estados. Y aspiramos a con vencer a los lectores que nos sigan a través de este trabajo de que hay buenas razones para proceder a un análisis sistemático sobre la naturaleza del terrorismo. Una vez que se adopta un es quema analítico, se pueden extraer consecuencias acerca de las condiciones en que será más probable observar el terrorismo y someter esas ideas a prueba empírica. Dicho de otro modo, una vez que entendemos adecuadamente la naturaleza del terrorismo, podemos proceder a explicar su incidencia en diversos lugares y periodos.
El libro no está escrito pensando en el especialista, sino en un lector interesado en el tema. No obstante, el capítulo 3 hace uso de técnicas estadísticas para comprobar algunas hipótesis generales. Es este el único capítulo que requiere cierto conocimiento técnico y que está en mayor medida orientado a nuestros colegas académicos. Esperamos, en cualquier caso, que la propuesta de este texto contribuya a una mayor claridad sobre lo que es el terrorismo, asunto que sigue teniendo gran relevancia en el debate público.
El nuevo libro de Luis de la Calle e Ignacio Sánchez-Cuenca, La naturaleza del terrorismo. Violencia política y clandestinidad (Catarata), ofrece un análisis exhaustivo y original del fenómeno del terrorismo. La conceptualización que aquí se presenta da sentido a algunos rasgos peculiares del terrorismo, desde los atentados internacionales hasta los del actor solitario.