Por qué puedes volver a ver ‘Soul’ en cines: así intenta Disney corregir sus errores desde la pandemia
Desde 2015 The Walt Disney Company había logrado cada año ser el estudio de Hollywood con la mayor recaudación total, sumando la taquilla de sus estrenos. Todo formaba parte del plan de Bob Iger como CEO, cuya gestión desde 2005 había priorizado la absorción de otras empresas para aumentar el catálogo de propiedades intelectuales y afianzar el dominio industrial. Pixar, Marvel, Lucasfilm con Star Wars, y finalmente 20th Century Fox. El año en que compró esta última major, 2019, fue especialmente glorioso porque los ingresos de Disney ascendieron a 10.000 millones de dólares entre Vengadores: Endgame, Star Wars: El ascenso de Skywalker, El rey león o Toy Story 4.
Con tantas marcas conocidas en su haber era inevitable que la Casa del Ratón amasara esa fortuna, pero hete aquí que la racha se acabó en 2023. El año pasado fue Universal el estudio de Hollywood con mayor taquilla, gracias principalmente a la combinación de Super Mario Bros. y Oppenheimer. Disney quedó en segunda posición, y no de forma honorable: la compañía había tenido una sucesión de fracasos muy dolorosos, evidenciando un modelo productivo que no daba más de sí. Los fiascos de Indiana Jones y el dial del destino, Mansión encantada o The Marvels no solo indicaban que el público se estaba cansando de las franquicias: también que era una insensatez seguir dedicándoles presupuestos de 300 millones de dólares a estas películas, tan difíciles de rentabilizar.
¿Lo peor de todo? Que estos fracasos coincidieron con el 100 aniversario de Disney. La Casa del Ratón quería celebrar su siglo de existencia en torno a una posición hegemónica en la industria que se tambaleaba a todas luces, hasta el punto de que un film animado dedicado expresamente a homenajear este legado también pasara desapercibido. La recepción de Wish fue el último golpe para una imagen hundida que Iger quiso reflotar desesperadamente durante su reunión con los accionistas el pasado 7 de febrero. En ella hizo importantes anuncios para el futuro de Disney, poco antes de que ese fin de semana apareciese en las carteleras estadounidenses una película que llevaba dos años disponible en streaming.
Hablamos de Red, posiblemente la mejor película producida por Pixar en los últimos tiempos. Aunque hasta ahora no hubiera pasado por cines, coronando una serie de errores que Disney estaría ahora mismo intentando subsanar.
El streaming mató a la estrella de los dibujitos
En aquella reunión Iger intentó mostrar optimismo a través de varios anuncios para streaming y cines: las suscripciones de Disney+ se enderezarían gracias al lanzamiento de Taylor Swift: The Eras Tour en marzo, la floja recaudación en salas recuperaría el esplendor con el sorpresivo estreno de Vaiana 2 este noviembre. Vaiana 2, por cierto, había sido concebida originalmente como una serie de televisión, pero la directiva le ha visto otras posibilidades y será el gran estreno animado de Disney en 2024 junto a una nueva película de Pixar. Del revés 2, a la que en cierto modo precedería el reestreno de Red en múltiples cines del mundo.
La Casa del Ratón ha querido empezar el año llevando a salas Soul, Luca y la susodicha Red. Esto también ocurrirá en España: el 16 de febrero llegó a carteleras Soul, el 22 de marzo le toca a Luca, y finalmente el 1 de mayo a Red. Los tres films de Pixar se proyectarán en la gran pantalla junto a un corto, como en los viejos tiempos. A Soul y Red le precederán dos bonitas piezas de animación 2D, Madriguera y Kitbull, mientras que Luca será introducida por un corto clásico: Pajaritos, que acompañara en el año 2000 el estreno de Monstruos S.A. Añadiendo a estos factores que las tres películas han sido muy aclamadas, está claro que Disney ha pretendido construir un aura de evento en torno a todas ellas.
Pero claro. No es solo que Soul, Luca y Red estén disponibles en Disney+, es que además han sido un éxito absoluto en el catálogo: en marzo de 2022 Red fue el mejor estreno en streaming que jamás había experimentado la Casa del Ratón hasta entonces. A falta de saber cómo le va a Soul en España, la acogida en EE.UU. ha sido previsiblemente discreta: tras su llegada a 1350 salas el pasado 12 de enero, la película dirigida por Pete Docter y Kemp Powers apenas ha alcanzado los 946.000 dólares. Red lleva por su parte 637.000 dólares tras una semana en carteleras. Son cifras bajísimas, pero lógicas por otra parte. ¿Para qué pagar por ver una película que ya has visto en casa, y quizá múltiples veces con tus hijos? El paso a cines de estos títulos de Pixar debe tener otras motivaciones más allá de la taquilla.
Está claro que solo se trata de un experimento, de amplios precedentes en Disney además. Históricamente la Casa del Ratón ha acostumbrado a reestrenar cada cierto tiempo sus películas animadas, aumentando la taquilla ingentemente y teniendo fidelizada a la audiencia. Dicha dinámica, sin embargo, se vio afectada de forma irreversible por la crisis del coronavirus, cuya gestión por parte de Disney justifica en varios sentidos la repentina presencia en salas de Soul, Luca y Red. El COVID-19 forzó en un principio la clausura de cines en todo el mundo, y más tarde un aforo limitado en los mismos que disminuiría severamente la recaudación. Los estrenos animados de Disney han sufrido esto, porque desde luego no todas las películas corrieron el destino de Pixar durante los meses pandémicos.
Hubo otras que sí tuvieron ventana tradicional, bajo el amparo de Walt Disney Animation. Durante la pandemia se estrenaron Raya y el último dragón y Encanto. La primera lo hizo bajo un modelo híbrido que simultaneó cines y streaming, y la segunda tuvo un recorrido poco lucido en taquilla hasta dar el pelotazo según se incorporó a Disney+ con el fenómeno No se habla de Bruno. En ambos casos, vaya, se notó el daño del COVID-19. Y más tarde vinieron las debacles de Mundo extraño —uno de los grandes fracasos de la historia de Disney, 73 millones de dólares sobre un presupuesto de 180— y el ya citado caso de Wish. Películas animadas que volvían a los cines, en esas festividades de Acción de Gracias donde Disney solía reinar, y que se la pegaban. Algo había cambiado.
Pagar las deudas
El público familiar había perdido el interés por ver películas de animación en pantalla grande. Pete Docter achacó esto directamente a las decisiones de sus jefes de Disney: darle prioridad al streaming durante los años pandémicos acostumbró a los espectadores a esperarse a ver las películas en casa. El líder de Pixar así lo aseveraba llegado junio de 2023, en una coyuntura especialmente delicada pues acababa de estrenarse Elemental —el último film del estudio del flexo— y las previsiones de taquilla eran terribles. Si las películas de Disney Animation habían sufrido con la pandemia y el streaming, lo de Pixar había sido mucho peor.
Soul se estrenó de forma exclusiva en Disney+ en las Navidades de 2020. No hubo modelo híbrido ni ventana limitada: la única forma de verla era con una suscripción al servicio de streaming. Soul tuvo grandes críticas y ganó el Oscar a Mejor película de animación, pero la directiva prefirió fijarse en el enorme índice de reproducciones de Disney+ para darle el mismo trato a los siguientes lanzamientos de Pixar. Luca fue otro estreno exclusivo para Disney+ en junio de 2021, y lo mismo ocurrió con Red en marzo del año siguiente —cuando la crisis pandémica estaba en retroceso, pero la variante ómicron pugnaba por no cambiar el modelo—, ganando a posteriori otro Oscar. Los animadores de Pixar fueron muy vocales con su malestar ante esta estrategia, pues insistían en que habían concebido su trabajo para la gran pantalla, y además Encanto y Raya y el último dragón sí habían podido contar con ella.
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Disney había convertido a Pixar en un recurso para vender suscripciones. Y su estrategia funcionó… durante la emergencia sanitaria. Una vez esta concluyó y había que volver a las salas llegaron las consecuencias. Lightyear, en junio de 2022, fue el primer Pixar en dos años que podía verse en cines. Las críticas fueron mucho peores que en los casos de Soul, Luca y Red, y la taquilla resultó ser más escueta de lo que podría haberse esperado de un spin-off de la saga Toy Story. A Pixar le había ocurrido lo mismo que a los lanzamientos de Walt Disney Animation, porque al fin y al cabo el público no hace distinción entre un estudio de Disney u otro: todas son películas para ver desde la comodidad del salón. Aunque con la mencionada Elemental, el Pixar posterior a Lightyear, ocurrió algo sorprendente.
Elemental, tras un fin de semana de apertura catastrófico, se mantuvo con cifras sólidas en taquilla durante varios meses. Dio beneficios, aun partiendo del mismo presupuesto desmedido (200 millones) que en 2023 condenara a The Marvels o Indiana Jones. La directiva de Disney descubría de pronto que seguía habiendo público en cines para Pixar: ese estudio al que había degradado durante el COVID-19 junto a la experiencia en salas. Una sorpresa que se ha alineado con la conclusión a la que han llegado buena parte de las majors de Hollywood en los últimos meses: mientras que la exhibición tradicional puede seguir siendo rentable, el streaming es un campo abonado a la especulación y a los ingresos abstractos. Por eso Disney ha querido cambiar de rumbo. 2023 le ha dejado traumatizado.
Y por eso, también, ha probado a estrenar Soul, Luca y Red en cines: el destino que siempre debería haberles pertenecido. Es una muestra de respeto a Pixar, totalmente simbólica —los nuevos ingresos van a ser anecdóticos—, pero muy significativa con respecto a cuál es la directriz ahora mismo. Se acabó el reinado del streaming. Vuelve el reinado de las salas, y eso está bien. Ojalá las películas que van a llegar ahora a cines no fueran Del revés 2, Vaiana 2, Zootrópolis 2, Toy Story 5 y Frozen 3, pero quizá eso ya sea pedir demasiado.