La revuelta de las faeneras, las mujeres que lucharon contra la inflación y el alto precio del pan

Movilizaciones de las faeneras de Málaga

La historia es tozuda, tiende a repetirse y no escatima en señales. Estamos a punto de finiquitar un 2022 de lo más inestable, con la inflación desaconsejablemente alta, las comunidades de vecinos peleándose por lo que cuesta la calefacción, el Gobierno prometiendo medidas para contener el precio de los alimentos... Y, entre tanto, las grandes cadenas de alimentación y las grandes empresas de lo que sea hacen el agosto en temporada navideña de consumo desconcertantemente desbocado mientras a su vez arrecian las quejas por la pérdida generalizada de poder adquisitivo.

Retrocedamos desde nuestro presente desmemoriado hasta enero de 1918. Se empieza a vislumbrar el final de la Primera Guerra Mundial en un contexto que resulta de lo más familiar: con la inflación disparada, se produce una inasumible subida del precio de materias primas y de los productos básicos y de primera necesidad. Los empresarios favorecen las exportaciones a la Europa en guerra en busca de más beneficios, escasean los alimentos, los pobres son cada vez más pobres por el estancamiento de los salarios... Y termina siendo el precio del pan el que desata la revuelta, con la ciudad de Málaga como epicentro del descontento.

Al grito de "¡queremos que baje el precio del pan!", unas ochocientas faeneras —trabajadoras de todos los ámbitos— recorrieron el 9 de enero de 1918 las calles de Málaga en dirección al Gobierno Civil para protestar contra la subida de todo en general y del pan en particular, que alcanzaba ya las 55 pesetas el kilo. Se inicia así una revuelta de proyección social y territorial, con las mujeres al frente, que vuelve ahora a cobrar vida de la mano de la radio comunitaria malagueña Onda Color, que rescata y explica la lucha de estas obreras mediante una ficción sonora (ahora en preproducción) que permita comprender mejor aquella movilización y su tiempo, poniendo en valor la investigación histórica sobre estos hechos y sus consecuencias en el conjunto del país. 

"Es importante que las mujeres de Málaga sepan que ellas fueron inspiración, aun sin tener quizás conciencia de lo que estaban haciendo. Tenemos que explicar que las conquistas que hoy tenemos o las que queremos conseguir se basan en luchas de siglos porque, de lo contrario, la gente puede caer en la tentación de pensar que las cosas siempre han sido así y, por tanto, siempre van a seguir así. Eso es una mentira enorme. La historia cambia y no cambia sola, sino que es la gente la que hace que la historia cambie", destaca a infoLibre el vocal de contenidos de Onda Color —ubicada en el barrio desfavorecido de Palma Palmilla— y director de esta ficción, como ya lo fue de otra sobre La Desbandá, distinguida con una mención especial en los Premios Ondas 2022.

Una encomiable labor por la memoria de una radio comunitaria, con todo lo que eso significa de escasez de recursos y falta de apoyos, suplidos con toneladas de amor por el medio y empeño en la lucha contra el olvido. Para que las nuevas generaciones sepan que aquellas mujeres consiguieron ser recibidas por el estupefacto gobernador, Rodríguez de Rivas, y que movidas por el descontento tras ese encuentro, decidieron seguir hasta el ayuntamiento, donde también las recibió el alcalde liberal Salvador González Anaya, quien al día siguiente inició una ronda de contactos con los representantes empresariales, llegando incluso a amenazarles con imponer tablas reguladoras de precios. La inesperada baja en esa contienda fue el propio alcalde, fulminantemente cesado y sustituido por el conservador Mauricio Barranco.

Salvando el siglo de distancia, sí que hay "muchos paralelismos", tal y como concede Blanco, quien más allá del contexto inflacionista motivado por una gran guerra en Europa, califica de "muy interesante" que este es uno de los "primeros momentos documentados de la Historia contemporánea de Málaga en el que la mujer se moviliza y se convierte y es reconocida como un sujeto político". Y añade: "La mujer consigue que los hombres de Málaga se movilicen y que las mujeres de otras ciudades se movilicen. Porque esa senda de movilizaciones que se inician en Málaga desembocan un año después, en el caso de Barcelona, en la reducción de la jornada laboral a diez horas, que fue un gran avance".

Pero no adelantemos acontecimientos, pues en Málaga se seguían sucediendo a velocidad de vértigo. Así, el 14 de enero tuvo lugar un gran mitin con varios millares de asistentes y palabras de Concepción Mesa, Dolores Balaguer y María Valdés Pérez en la sede de la Juventud República de Calle Beatas. Allí se convocó para el día siguiente una manifestación, en la que los hombres marcharon detrás de las mujeres, y que logró otra reunión con el gobernador. Sin embargo, tras la orden de las autoridades de disolver la manifestación, empezó el enfrentamiento entre la Guardia Civil y los manifestantes. Cargas y disparos por un lado, pedradas por el otro, en lugares tan señalados como la Calle Larios o la Plaza de la Constitución, con un trágico balance final de cuatro manifestantes fallecidos y 19 heridos (dos de ellos guardias).

Lejos de amilanarse, más bien al contrario, se puso en marcha una huelga general de varios días a la que cada vez se fueron sumando más sectores, mujeres y hombres, junto a una marcha de más de 10.000 personas hasta el Hospital Militar donde estaban los cadáveres de los manifestantes. En un claro ejemplo de lo que pueden llegar a conseguir los trabajadores cuando se mantienen unidos, las autoridades hicieron su parte y, finalmente, una vez efectivamente se bajaron los precios, se dio por terminada la huelga el 21 de enero.

Los chavales no conocen esta historia. Si sales a la calle y preguntas quiénes fueron las faeneras, la mayor parte de la gente no lo sabe. Nos hemos empeñado en usar el radioteatro para acercar la Historia al conjunto de la ciudadanía

Alejandro Blanco — Onda Color

"Los chavales no conocen esta historia. Si sales a la calle y preguntas quiénes fueron las faeneras, la mayor parte de la gente no lo sabe", lamenta Blanco, quien explica que precisamente por eso es importante desarrollar iniciativas audiovisuales o sonoras para que la historia siga llegando "no solo con los datos, sino también con la emoción y el pellizco que todavía podemos sentir cuando ponemos voz a los personajes". Para eso, Onda Color mantiene un grupo de radioteatro que se reúne todas las semanas y que, de vez en cuando, se embarca en proyectos más grandes como este: "Nos hemos empeñado en usar el radioteatro para acercar la Historia, en este caso de Málaga, al conjunto de la ciudadanía".

Siempre, además, con el "rigor histórico" por bandera, para el cual han contado en esta ocasión con la colaboración de la historiadora Raquel Zugasti y de la Plataforma por la Memoria de las Faeneras de Málaga 1918. "Gracias a su ayuda vamos a contar también algunos episodios singulares, como cuando las propias mujeres asaltan las materias primas y la mercancía y las venden a un precio justo, entregando posteriormente la recaudación al ayuntamiento y a las empresas. Pero por el precio que ellas consideraban justo, no por el precio alterado del mercado", adelanta Blanco.

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Consiguieron revertir la situación por pura desesperación, en definitiva. Por sorpresa y contra todo pronóstico, pues incluso en la prensa nacional de la época se las trataba con "mucha condescendencia y paternalismo", poco menos que una adorable anomalía jugando a la revolución. Pero lo hicieron y cabe preguntarse si algo así podría volver a suceder en este siglo XXI de tanto individualismo. Y Blanco se lo pregunta y trata de dar una respuesta: "Podría volver a pasar, pero quizás con claves de nuestro tiempo que habría que precisar. Me parece un poco complicado, pero a veces las peores exclusiones son las autoexclusiones y los límites que cada uno se impone. La vida es siempre la sorpresa que te ocurre mientras tenías otros planes. Así que esperemos que las sorpresas que nos ocurran sean provechosas para lo común y que podamos construir un futuro mejor".

La producción de esta nueva ficción sonora de Onda Color cuenta con guion de Juana Torrijos. Para la banda sonora, vuelven a confiar en el compositor Miguel Ángel Vera, El Argonauta, que ya hizo la de La desbandá. El montaje correrá a cargo de Dolores Rubiales; en el diseño gráfico estará Rocío Santos Gil y como ayudante de dirección, Rafi Virella. Entre todos darán voz a un proyecto que acaba de terminar su casting de voz online, al que se ha inscrito un centenar de personas, y que sigue avanzando en favor de nuestra memoria compartida.

Un esfuerzo colectivo que adquiere impulso renovado tras la mención especial en los Premios Ondas, a la que se suma otra de este 9 de diciembre en los Premios de Periodismo Ciudad de Málaga por una iniciativa educativa transmedia llamada Aprender con Onda. Todo ello motivo de orgullo para Blanco: "Estamos en un momento del partido en el que lo que se premia no es solo un producto radiofónico o sonoro, sino que se está premiando una forma de hacer las cosas y una forma de contribuir desde la comunicación a la sociedad, que es la forma de los medios de comunicación comunitarios. Eso es lo emocionante, como también lo es evidenciar que también se hacen cosas chulas en un barrio como Palma Palmilla, del que solo se habla para mal o por sus problemas, Demostrar eso es emocionante para todos los implicados y los vecinos del barrio".

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