Los nietos de la Guerra Civil, a escena: "Para sanar algo hay que darle mirada, foco, atención y palabra"

Escena de 'Señor B. Algunos desastres de una guerra'.

Una conversación cualquiera en un atardecer del verano abulense. Dos primos charlando apoyados en una piedra a las afueras de Piedrahita. Una confesión inesperada que saca a la luz heridas pasadas que minutos antes, aparentemente, no estaban ahí. Hasta que fueron verbalizadas y entonces resultó que sí, que sangraban. Un abuelo fusilado una noche igual que esa y cuyo recuerdo cambió para siempre lo que hasta ese momento había sido su pueblo.

"Mi prima María me contó hace unos años que a su abuelo lo fusilaron un día como ese, hace más de ochenta años, y compartió conmigo los escritos de su padre en los que cuenta el asesinato de su abuelo", relata a infoLibre el dramaturgo y actor Juanma Díez Diego, que llega este viernes al Teatro del Barrio de Madrid con Señor B. Algunos desastres de una guerra. Una obra de teatro inspirada por esa revelación, una historia de fantasmas y una reflexión acerca de cómo ven los nietos y las nietas la Guerra Civil desde el siglo XXI.

Señor B es una obra comprometida con la memoria histórica en la que Díez parte de un hecho familiar vinculado a ese fusilamiento al comienzo de la Guerra Civil española, exactamente la noche del 15 de agosto de 1936. Siente la necesidad de teatralizarlo, de llevar a escena un monólogo dramático sobre el fusilamiento de ese familiar, al que en la obra le llama precisamente Señor B. Está solo, en un escenario oscuro comienza a evocar el terrible suceso… Pero de repente irrumpen en escena varios personajes, sin permiso autoral, para no dejar al protagonista contar la historia como él quiere.

Es al empezar a relatar la historia del fusilamiento cuando se adentra en el tema de la Guerra Civil y de los abuelos, provocando la irrupción de esos otros personajes y "dudas que no van a dejarle contar la historia como él quería a priori contarla o creía a priori entenderla". En escena está solo él, dramaturgo, actor y familiar al mismo tiempo, "nieto de aquellos días", mirando hacia aquel pasado ahora revelado. "Y desde el presente estoy preguntándome si yo realmente estoy habilitado o puedo hablar de aquello tan terrible que ocurrió en nuestro país. Si puedo asomarme a ese pasado", reflexiona.

Y prosigue: "Es muy importante esa perspectiva que nos permite verlo con distancia y sin ese condicionamiento que tenían nuestros abuelos, e incluso nuestros padres. Eso nos habilita a verlo, quizás, o quiero creer, de una manera más limpia. Poder airear y poder hablar de ese tema sin que haya polémicas, ni polarizaciones, ni banderas, ni nada de esto. Esta obra se puede englobar en la memoria histórica precisamente porque miramos atrás y tratamos de recordar aquello que ocurrió de una manera que nos han contado que fue de esa manera, pero que a lo mejor conviene cuestionar, buscar los matices o profundizar. Es así como el equipo y yo entendemos la forma de hacer memoria".

Así las cosas, Señor B. Algunos desastres de una guerra trae el pasado al presente para sacar a la luz acontecimientos familiares heredados de esos de los que es mejor no hablar, como tantas veces se dice en las familias para zanjar ciertas cuestiones. Pero el elefante va a seguir estando en la habitación por mucho que no se le quiera mirar y por mucho que todos "nos identifiquemos con ese abuelo que te decía 'de eso no se habla, eso fue muy triste, mejor no tocarlo y dejarlo así'".

"En la obra se dice que son heridas abiertas que siguen sangrando, y por eso cuando oyes eso de reabrir heridas te dices '¿pero qué reabrir? Si todavía no se han cerrado'. Para sanar algo hay que darle mirada, foco, atención y palabra", defiende el dramaturgo, quien además relata que él tuvo familiares en ambos bandos, pues Señor B fue fusilado por los sublevados, pero él tiene también por el otro lado un abuelo, que es el que aparece en el montaje, que formó parte de la División Azul

Se contraponen los opuestos y aparecen los "cuestionamientos" y las "incertidumbres". Se iluminan esas zonas que se mantienen impenetrablemente oscuras en muchas familias y casas, mientras esos espectros, muertos y desaparecidos reviven en el espacio teatral. Todo ello con la intención de "generar conversaciones y debates" para sobrepasar a la política actual que nos venden y a la estamos malacostumbrados en estos últimos tiempos, reemplazándola por otra "más constructiva, con más diálogo, aunque haya puntos de vista diferentes".

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Para fomentar ese cambio, desde la propia compañía teatral se van a organizar tras alguna función conversaciones y debates, llamados De olvido y memoria, con la presencia de alguna personalidad relevante o sencillamente quien quiera compartir su propia historia. "Porque esta obra abre a uno a preguntarse, o ya directamente a revelar también sus experiencias y lo que hemos vivido de aquel pasado", plantea Díez, quien añade que si no se mira a aquellos acontecimientos con "menos contaminación" no van a poder jamás sanar las heridas. Y no va a haber manera, tampoco, de que "de que se deje en algún momento de hablar una y otra vez generando controversia".

Todo ello, por cierto, sin perder cierto sentido del humor, siempre con "respeto y delicadeza". "Yo vengo de la comedia y de la improvisación teatral con mi compañía, Jamming, así que he aprendido a estar en los escenarios siempre utilizando el humor. A la hora de escribir esta obra, en una lectura que hicimos me gustó mucho algo que dijo José Sanchís Sinisterra, que comentaba que con estos temas se suele hacer un teatro cejijunto, por lo que era muy bueno poder salir de ahí. El humor en este caso nace sobre todo de la forma de la obra, ya que se pone en escena el proceso creativo y se pone en escena la metateatralidad", explica para terminar.

Señor B. Algunos desastres de una guerra, es una obra escrita e interpretada por Juanma Díez junto con Borja Cortés, Mabel Del Pozo y Lolo Diego bajo la dirección de Jorge Sánchez. Puede verse en el Teatro del Barrio desde este viernes 13 hasta el domingo 22 del presente mes de enero.

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