El cine argentino lleva lustros ganándose el respeto de los críticos y el favor del público. A una generación de actores que huían de la dictadura de su país (o fueron expulsados por ella), como Héctor Alterio o Federico Luppi, siguieron los éxitos del más edulcorado y sentimental Juan José Campanella como Luna de Avellaneda o El hijo de la novia. El último fulgor creativo que alcanzó nuestro país fue el thriller El secreto de sus ojos (2009), protagonizada por Ricardo Darín, y que amplió los horizontes estilísticos y narrativos en el que muchos habían encasillado el cine del país austral.
El próximo viernes llega a la taquilla de los cines españoles Tesis sobre un homicidio, protagonizada también por Darín y Alberto Ammann, que se encuentran en Madrid para presentar la cinta. Se trata de una película plagada de sospechas, y que reflexiona sobre el concepto de justicia a partir de un asesinato cometido ante la Facultad de Derecho de Buenos Aires, cuentan los protagonistas en declaraciones a Europa Press. "La historia de la humanidad es de una injusticia insoportable", ha resaltado Darín.
"Si lo analizamos con detenimiento, la historia de la humanidad es de una injusticia insoportable. Imaginenmos cuando no existían abogados, ni juzgados, ni podías poner una denuncia ni abrir la boca. Imaginemos lo que sería hace 500 o 600 años", ha añadido.
Por ello Darín, tras poner en su contexto los constantes saltos adelante y atrás del progreso, aún considera que "estamos evolucionando, a pesar de que creamos que estamos involucionando". A su juicio, "puede que estemos involucionando para pasar a un nuevo estadio donde las voces de los ciudadanos se escuchen más, quién sabe".
En esta misma línea se ha expresado Ammann, quien opina que "la justicia funciona en casos aislados". "La justicia no ha funcionado nunca al cien por cien, creo que es muy difícil. La estructura de la justicia está mal hecha, y hay que dar muchos pasos para que la justicia sea lo más justa posible", ha señalado sobre uno de los aspectos clave en la trama de Tesis sobre un homicidio.
"La justicia va a estar al servicio de intereses del poder hasta que la sociedad no pueda elegir a sus jueces, por ejemplo. Qué pasaría si a los jueces de la Corte Suprema los eligiera la sociedad, junto a los comisarios de policía por ejemplo, en elecciones abiertas, donde tengan que hacer cierta campaña de sus ideas y currículos. a lo mejor se haría hacer por barrios, porque si los pone el político de turno responderá a los intereses políticos de turno", reflexiona Ammann.
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La trama como pretexto
No obstante, Darín asegura que "lo del homicidio es una excusa", el Mcguffin del que hablaba Hitchcock. En este caso para contar la historia de un "duelo, un desafío planteado por un joven a un veterano al que admira y con el que tiene cuentas pendientes, por lo que quiere vencerle y destruirle".
Ammann, por su parte, agrega que "es un thriller psicológico con algunos ramalazos de género detectivesco, que cuenta la historia de una obsesión, la de Darín, un abogado con una mancha en el pasado que ha terminado dando clases y escribiendo libros muy prestigiosos".
El cine argentino lleva lustros ganándose el respeto de los críticos y el favor del público. A una generación de actores que huían de la dictadura de su país (o fueron expulsados por ella), como Héctor Alterio o Federico Luppi, siguieron los éxitos del más edulcorado y sentimental Juan José Campanella como Luna de Avellaneda o El hijo de la novia. El último fulgor creativo que alcanzó nuestro país fue el thriller El secreto de sus ojos (2009), protagonizada por Ricardo Darín, y que amplió los horizontes estilísticos y narrativos en el que muchos habían encasillado el cine del país austral.