Mostra de Venecia
Venecia: El chileno Larraín hace soñar con premios y Terrence Malick se pierde en el espacio
Pablo Larraín y Terrence Malick, dos cineastas de visiones tan distantes que hasta casi podrían parecer a ratos antagónicas, han animado este inicio de la recta final de la Mostra de VeneciaMostra de Venecia, que se cerrará el sábado, elevando el nivel de la competencia. Sobre todo con el chileno habría que contar directa o indirectamente para el palmarés, en el que bien podría estar su estrella protagonista, Natalie Portman, quien es Jackie, la viuda de Kennedy, en su efímero laberinto de la Casa Blanca. Dicen que es el mejor papel de su vida. Esteta donde los haya, el texano Terrence Malick ha llegado a dónde quizás siempre quiso estar, el documental, con un Voyage of Time: Life's Journey que refuerza sus virtudes pero también desvela sus defectos.
Al igual que ha hecho en Neruda, con la que al menos en algunos países podría concidir en cartelera, Pablo Larraín no pretende hacer en Jackie una biopic al uso de la que fuera mujer del presidente J.F.K., sino el dibujo creativo de una personalidad y una época, los revolucionarios años 60, usando el lapiz de la interpretación de los hechos. El primer film en inglés del autor de No y El club es un semi-encargo. El guion por primera vez no es suyo, sino de Noah Oppenheim (El corredor del laberinto / The Maze), pero como coproductor, el chileno ha debido de contar con una amplio margen de maniobra y poder de decisión artística para que pueda hablarse con propiedad de un film de Pablo Larraín, que lleva su impronta.
Un elenco brillante, encabezado por Natalie Portman, un tanto desnortada en el pasado reciente, que en buenas manos aquí emerge como la gran actriz que puede ser. Un crítico de renombre ha dicho sin remilgos que el de Jackie Kennedy es el mejor papel de su vida, y no hay motivos para discrepar. Encontrarnos con ella de nuevo el sábado en el palmarés no sería una sorpresa. Puestos a elucubrar, haría una excelente pareja en las Copas Volpi (los premios de interpretación venecianos) con el argentino Oscar Martínez de El ciudadano ilustre.
Al lado de Portman, en la Casa Blanca nos encontramos con Peter Sarsgaard, Greta Gerwig, John Hurt y Billy Crudup, quienes interpretan a otros personajes reales de este relato sobre las entretelas de la transición entre el reinado onmipotente de los glamourosos Kennedys y el heredero vía Dallas, Lyndon B. Johnson. Pero todo en "Jackie", como el título indica, pivota sobre la figura de la viuda, esa mujer que enamoró a América abriendo la Casa Blanca a los medios, y recibió como pago la infidelidad de su marido, sin por ello ser realmente una víctima. El retrato de Oppenheim y Larraín es sutil, inteligente, efectivo y emocionante. Natalie Portman lo transmite con maestría.
Posiblemente oigamos más de esta película y sus profesionales implicados en los próximos meses, hasta la cita del Dolby Theatre de Los Angeles.
El desafío para el chileno Larraín era trabajar con Hollywood sin abandonar su esencia, y lo ha logrado. Ahora tendrá las puertas abiertas. Ojalá ello no signifique perderlo para el cine iberomericano como ha ocurrido con Cuarón, Iñarritu o Del Toro.
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Por su parte, el esteta Terrence Malick, que para sus detractores siempre ha cuidado mucho más la forma que el fondo de sus películas, se mete de lleno en el origen del universo y la vida en Voyage of Time: Life's Journey, un encargo que ha tardado una década en hacer realidad, hasta que los financieros con los que tenía contrato lo demandaron hace tres años para que se pusiera a ello y lo terminara.
Estamos ante un ambicioso y a ratos realmente bello espectáculo visual, desde las galaxias al surgimiento de la vida, en el que el autor de El arbol de la vida / The Tree of Life combina imágenes reales con efectos visuales tradicionales y otros digitales. Su documental es esencialmente eso, un placer para la vista, aunque su más o menos mitigado sentido filosófico-religioso puede levantar ciertas susceptibilidades, y los insertos de algunas demostraciones del quehacer humano y su peligrosa aportación a la marcha de este mundo lo hagan cojear por momentos.
De hecho, Malick, que si está en Venecia, se mantiene oculto (ya sabemos que desde siempre ha sido refractorio a los focos, la prensa y hasta al público) ha hecho dos versiones. Una (posiblemente la mejor) de 45 minutos, que se estrenará en salas IMAX, narrada por Brad Pitt, y otra, de 90 minutos, la aquí vista, locutada por Cate Blanchett, con un texto divergente. Podríamos volver a la controversia de si documentales y películas de ficción deben enfrentarse por un premio, pero es una cuestión de gustos y aquí el que vale es el de los espectadores / críticos y el jurado. Los primeros están bastante divididos. De los segundos, no sabremos nada hasta el sábado.