Conocer la historia es para muchos una forma de no repetir los errores del pasado. Fijarnos en lo que hicimos mal en épocas pretéritas para mejorar nuestro presente. Sin embargo, a veces, mirar al pasado también sirve para hacer memoria y, sobre todo, para hacer justicia y contar las historias de aquellas personas cuyas vidas, por unas razones o por otras, se cayeron de las páginas de los libros de historia y se quedaron olvidadas. Esto último es lo que intenta Vestidas de azul, la nueva serie de Atresplayer Premium que se estrenará el próximo 17 de diciembre y que presume de ser la continuación de una de las series más exitosas a nivel social de los últimos años: Veneno.
A lo largo de siete capítulos de 50 minutos de duración, la serie, ubicada temporalmente 2 años después del final de Veneno, se adentrará en la realidad de las personas trans a lo largo de los años 80 gracias a la curiosidad de Valeria (Lola Rodríguez) por investigar la vida de las protagonistas del documental Vestida de azul. Esta película, dirigida por Antonio Giménez-Rico y de cuyo estreno se cumplen 40 años en este 2023, fue uno de los primeros films en los que se hablaba abiertamente de la vida de las personas trans en la España de la época. En ella, sus 6 protagonistas contaban sus experiencias, las opresiones a las que se veían sometidas por ser quienes eran y los maltratos que sufrían.
Vestidas de azul es un constante intento, ya desde su inicio, por recuperar el legado de esas mujeres valientes y de reconocer su lugar en la historia. Sus primeros minutos son una recreación prácticamente exacta de Vestida de azul, con las protagonistas presentándose a la cámara mientras conversan y beben juntas en el Palacio de Cristal de Madrid. “Me aprendí el vídeo del documental a la perfección, hasta los gestos de la mano, creo que estuve viendo el vídeo todos los días durante un mes”, admite Chloe Santiago, que interpreta a Tamara, una de las mujeres del film de Giménez-Rico, durante la presentación de Vestidas de azul este miércoles.
Después de este inicio, el resto de la serie se moverá, como también lo hacía Veneno, entre el pasado y el presente y tratará de como Valeria comienza a buscar a todas y cada una de las protagonistas para escribir un libro sobre ellas y así recuperar su memoria. En Vestidas de azul se combinan personajes conocidos por su participación en Veneno con otros nuevos. Lola Rodríguez volverá a ser Valeria, algo que para ella es un “regalo”, pues es un personaje que le “cambió la vida”. “Siento que ahora disfruto de ser actriz sin miedo porque sé que merezco estar aquí”, reivindica la actriz, que ha dejado a un lado el síndrome del impostor.
Pese al antecedente de éxito que significó el spin off sobre Cristina Ortiz, el equipo no ve con presión esta nueva entrega: “Más que con presión lo aceptamos como un reto. Nos enfrentamos a una serie donde no está Cristina, pero lo veíamos como una oportunidad de hacer algo mucho más rico, con una mayor importancia de los personajes secundarios de Veneno. Además, la combinación de personajes del pasado y del presente nos da una visión del colectivo muy enriquecedora", afirman desde la producción.
Además de Rodríguez, en Vestidas de azul repiten Paca La Piraña, Goya Toledo (Lola), Juani Ruiz, Alex Saint (Sacha), Ángeles Ortega (Manola) y Desirée Vogue (Bienvenida), algunas con un papel con mucho más peso que el interpretado en Veneno. A ellas se unen Rossa Ceballos (Loren adulta), Bimba Farelo (Loren joven), Chloe Santiago (Tamara), Geena Román (Eva) y Alma Gormedino (Josette), Penélope Guerrero (Nacha) y Keyla Òdena (Renee), las cuales darán vida a las 6 mujeres protagonistas de Vestida de azul.
Todas ellas han estado de acuerdo en señalar el cuidado y el mimo de las actrices a la hora de interpretar a estos personajes reales: “Teníamos esa responsabilidad muy presente, queríamos estar a la altura del reto y sacar todo lo que esas personas tenían dentro”, han admitido. Algunas como Gormedino han tenido la fortuna de contar con el asesoramiento de las propias actrices: “Hablé con ella como 14 veces para que me contara una y otra vez su historia”. Sin embargo, otras, como es el caso de Òdena, no han tenido tanta suerte pues las protagonistas a las que encarnan habían fallecido: “De mi personaje solo sabíamos que había muerto, así que solo pude basarme en el documental para construir su personalidad”, reconoce la actriz.
Visibilidad de las personas trans
De Veneno también repiten, pero en este caso en el rol de productores, Javier Calvo y Javier Ambrossi, “Los Javis”. Su influencia se nota en todas las facetas de la serie, también durante el rodaje, donde se han seguido las mismas dinámicas de inclusión que los directores establecieron en la serie sobre Cristina Ortiz. “Hablé con Ambrossi y me hizo ver lo relevante que era que no solo hubiera actrices trans sino que también contáramos con ellas detrás de las cámaras”, afirma Andrea H. Catalán, productora ejecutiva de Vestidas de azul.
Además, Suma Content, empresa productora de la serie, firmó un acuerdo con Yes we trans, un programa de la Federación Estatal LGTBI+ para favorecer la inclusión de personas trans en el entorno laboral, con el objetivo de que realizara labores de asesoramiento durante el rodaje. “Queríamos que toda la grabación fuera un espacio seguro para la comunidad”, reivindican desde la producción.
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Pese al compromiso de Vestidas de azul, donde un 80% de su elenco actoral está compuesto por personas trans, aún queda mucho trabajo por hacer con respecto a la inclusión del colectivo en el cine. Uno de los principales debes de la industria es que las actrices trans encarnen a personajes cis. “Es algo que va a pasar, pero todavía no está sucediendo, a todas nos llaman para personajes trans”, admitía Rodríguez. Una opinión que secundaba Alex Saint, la cual pedía papeles más diversos para las actrices trans: “Queremos que no solo nos llamen para prostitutas o amantes, también para ser madres o abuelas, y que no haga falta decir que persona es trans sino solamente que es una actriz maravillosa”, ha pedido.
Vestidas de azul promete ser otro paso adelante en la representación del colectivo después del hito que significó Veneno. “Siempre hemos querido que sea realista, que nuestras hermanas vean la serie y se identifiquen. Somos conscientes de donde estamos y de la responsabilidad que tenemos para que nuestras historias se cuenten correctamente”, reconoce Rodríguez. Su compañera, Alma Gormedino, que encarna a una de las protagonistas del documental, se muestra en la misma línea: “Pertenezco a una generación que abrió los ojos con Veneno y que le permitió informarse para ver que las personas trans tienen vida más allá de la prostitución. Ante el retroceso de los derechos LGTBI, aquí estamos para hacer comunidad”.
Desde el próximo viernes 1 de diciembre y para preparar el estreno de Vestidas de azul, Atresmedia Player pondrá a disposición del espectador, por tiempo limitado y de forma gratuita toda la serie Veneno. Además, el documental original Vestida de azul también se podrá ver en la plataforma.
Conocer la historia es para muchos una forma de no repetir los errores del pasado. Fijarnos en lo que hicimos mal en épocas pretéritas para mejorar nuestro presente. Sin embargo, a veces, mirar al pasado también sirve para hacer memoria y, sobre todo, para hacer justicia y contar las historias de aquellas personas cuyas vidas, por unas razones o por otras, se cayeron de las páginas de los libros de historia y se quedaron olvidadas. Esto último es lo que intenta Vestidas de azul, la nueva serie de Atresplayer Premium que se estrenará el próximo 17 de diciembre y que presume de ser la continuación de una de las series más exitosas a nivel social de los últimos años: Veneno.