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El 70% de los parados en cuatro comunidades autónomas lleva más de un año sin trabajo

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Al cerrar la legislatura, Mariano Rajoy presumió de haber superado la peor crisis de la historia de España “sin permitir que nadie quedara al borde del camino”. Pero difícilmente los casi tres millones de parados de larga duración, los que llevan más de un año sin trabajar, le concederán ese logro al presidente del Gobierno. Son 300.000 más que hace cuatro años. Y entre ellos, quienes llevan más de dos años en el paro son 2,15 millones, el 73,3%. Es decir, superar los dos años sin trabajar es una apuesta casi segura para convertirse en parado crónico, para ser expulsado irremediablemente del mercado laboral: mientras el número de quienes llevan entre uno y dos años en el paro se ha reducido en 428.500 personas desde el último trimestre de 2011, ha crecido en 687.600 el de los que pasan más de dos años sin empleo.

La media nacional de paro de larga duración es del 60,6%. Pero las diferencias autonómicas son preocupantes. Cuatro comunidades, Canarias, Asturias, Murcia y Castilla-La Mancha, sobrepasan en 10 puntos ese porcentaje y rozan el 70%. En realidad, Canarias lo supera, alcanza el 70,2%. Sin contar con Ceuta y Melilla, donde el 73,5% y el 70,2% de los parados, respectivamente, son de larga duración. En Galicia representan el 67,3% de los desempleados y en la Comunidad Valenciana, el 66,88%. En La Rioja y Cantabria exceden el 65%.

En cualquier caso, las comunidades con los datos más elevados de desempleo crónico no se corresponden exactamente con aquellas con mayor tasa de paro general, que encabeza Andalucía, con un 31,73%, más de 10 puntos por encima de la media nacional, del 21,18%. Seguida de Canarias –28,56%– y Extremadura –28,51%–. Asturias, con una de las tasas de paro más bajas, el 16,97%, cuenta sin embargo con una de las mayores bolsas de parados de larga duración, 52.000 personas, que ha crecido además en lo que va de año en dos puntos y medio.

Por el contrario, Baleares es la comunidad con menos personas atrapadas en el paro crónico, sólo el 49,26%. En Navarra quienes llevan más de un año sin trabajo son el 54,96% de los parados y en Aragón, al 57,8%. Se trata de tres de las comunidades autónomas con menores tasas de desempleo, inferiores al 14% –excepto en Aragón, donde sube al 14,97%–. Según el Observatorio Laboral de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), las comunidades donde más ha caído el paro de larga duración este año son el País Vasco –que pese a tener una de las menores tasas de desempleo posee uno de los porcentajes más elevados de parados crónicos–, Cataluña y Aragón. Lo que no aciertan a explicarse los analistas de Fedea es por qué ha descendido en unas comunidades y subido en otras el número de quienes llevan más de un año sin trabajo: quizá gracias a políticas activas de empleo autonómicas dirigidas específicamente a este tipo de parados, sugieren.

No es país para desempleados mayores de 45 años

Autonómicas tienen que ser, porque la partida que el Ministerio de Empleo dedica a estas medidas –recualificación y formación de los parados– se ha recortado en una tercera parte desde 2012. Y buena parte de ese dinero se destina, no a cursos de formación sino a subvencionar contratos. Para 2016 se han presupuestado 5.242 millones de euros para las políticas activas de empleo, de los que se destinarán 1.635 millones a bonificaciones de las cuotas que pagan las empresas a la Seguridad. Y otros 2.100 millones, a reducciones de esas mismas cuotas. Las primeras las compensa el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), mientras que las segundas son cotizaciones que pierde la Seguridad Social.

Las políticas activas son tanto más necesarias cuanto mayor es la edad del parado. Porque los desempleados, además, cada vez son más viejos. Según Fedea, los parados mayores de 45 años representan el 35,23% de quienes carecen de trabajo, tras crecer 2,3 puntos en el último año. Pero si se pone el foco en los desempleados de larga duración, los mayores de 45 años ascienden al 45%, tres puntos más que hace un año y ocho puntos más que en el tercer trimestre de 2011. El número de desempleados de más de 40 años que llevan más de dos sin trabajar se ha duplicado en la última legislatura, hasta sumar 1,25 millones de personas. De acuerdo con los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), el tramo de edad más afectado por este paro de muy larga duración resultan ser quienes tienen entre 45 y 49 años: 318.000 personas. El doble de los que tienen 20 y 24.

Más de dos millones no cobran ayudas públicas

En definitiva, el parado que cae en la trampa del paro de larga duración es muy probable que carezca de recursos adecuados –formación, reorientación profesional– para volver al trabajo. Pero también de ayudas económicas.Con el tiempo va agotando las prestaciones a las que tiene derecho. Primero las contributivas, las de mayor cuantía, que se pueden cobrar durante un máximo de dos años. Y después, los subsidios asistenciales, de 426 euros mensuales: el de desempleo, la Renta Activa de Inserción, el Plan Prepara y las rentas sociales de las comunidades autonómas.

El Gobierno rechaza una de cada tres solicitudes de la ayuda de 426 euros

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Así que, al prolongarse el paro, la cobertura de las prestaciones públicas ha caído a niveles mínimos históricos. Según los datos del Ministerio de Empleo, el pasado mes de septiembre era sólo del 54,49%, apenas tres centésimas superior al mínimo alcanzado en mayo. En 2011 se rozó una cobertura del 80%. Es decir, de los 4,17 millones de desempleados registrados, 2,07 millones no cobran ningún tipo de ayuda pública. Si para medir la protección de las prestaciones se utiliza la EPA en lugar del paro registrado en las oficinas de los servicios públicos de empleo, los parados que no perciben ayudas llegan a los 3,7 millones.

Para intentar cubrir este vacío, el Gobierno acordó con sindicatos y patronal en diciembre de 2014 la puesta en marcha de un Programa Extraordinario de Activación para el Empleo que debería proporcionar una ayuda económica y reorientación profesional a 450.000 parados de larga duración. Sin embargo, a los 426 euros mensuales destinados a los desempleados que han agotado el resto de las prestaciones sólo han accedido de momento 71.495 personas, el 15,8% de los previstos. Como la ayuda no se puede percibir durante más de seis meses y empezó a pagarse el pasado febrero, en estos momentos sólo 31.344 parados la están cobrando. Y únicamente 8.708 han conseguido un empleo en este tiempo. El programa, además, tiene fecha de caducidad: abril de 2016.

Tras el paro de larga duración acecha la amenaza del paro crónico y, tras éste, el desánimo laboral y el paro estructural. En su día, el Servicio de Estudios del BBVA calculó que, una vez España regrese a la normalidad económica, la tasa de desempleo estructural no será inferior al 17% o 18%, el triple que en países como Alemania o Estados Unidos. En 2005, en pleno apogeo de la economía, ascendía a un nada despreciable 12%.

Al cerrar la legislatura, Mariano Rajoy presumió de haber superado la peor crisis de la historia de España “sin permitir que nadie quedara al borde del camino”. Pero difícilmente los casi tres millones de parados de larga duración, los que llevan más de un año sin trabajar, le concederán ese logro al presidente del Gobierno. Son 300.000 más que hace cuatro años. Y entre ellos, quienes llevan más de dos años en el paro son 2,15 millones, el 73,3%. Es decir, superar los dos años sin trabajar es una apuesta casi segura para convertirse en parado crónico, para ser expulsado irremediablemente del mercado laboral: mientras el número de quienes llevan entre uno y dos años en el paro se ha reducido en 428.500 personas desde el último trimestre de 2011, ha crecido en 687.600 el de los que pasan más de dos años sin empleo.

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