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Adolfo Domínguez cuadriplicó los sueldos de sus directivos mientras recortaba un 15% la plantilla

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Los trabajadores de Adolfo Domínguez iban a declararse en huelga el próximo lunes, dos días después de que haya concluido el mes de negociaciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que acaba de presentarles la empresa. Pero la Delegación del Gobierno les ha denegado el permiso por no respetar los plazos legales. Eso sí, no dejan de protestar en las calles de Ourense, la ciudad donde nació la marca en la década de los 70. Tras cuatro años en pérdidas, el modisto gallego quiere despedir a 144 de sus empleados, el 11% de la plantilla, todos ellos de sus naves de producción en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas. Para reducir los despidos, el comité de empresa ha pedido a la dirección, entre otras medidas, que recorte un 25% el salario del equipo directivo. La firma textil se niega.

Según el informe anual de remuneraciones remitido a la CNMV, Adolfo Domínguez ha multiplicado por cuatro desde 2012 la partida que destina a pagar a sus máximos ejecutivos. Ese año abonó a los cuatro cargos considerados como “alta dirección” un total de 350.000 euros. Dos años más tarde había más que duplicado el número de altos ejecutivos –nueve– y cuadriplicado la cantidad destinada a sus sueldos, hasta 1,45 millones de euros. El pasado día 5, el consejo de administración decidió incorporar otros dos nuevos ejecutivos a la cúpula directivo. El número final es, por tanto, de 11.

La distancia es aún mayor si se compara con 2010, cuando sólo había tres altos directivos, que cobraban 200.000 euros. Ese ejercicio fue el primero en que Adolfo Domínguez incurrió en pérdidas, 4,5 millones de euros, que se duplicaron en 2011 –9,26 millones–. Pero fue 2012 el año en que la textil gallega encendió todas las luces rojas al perder 24,1 millones. También fue ése el ejercicio en que se hizo cargo de la gestión Estanislao Carpio Martínez, ex director general de la zapatera mallorquina Camper. Con su llegada, las pérdidas se han reducido casi a la mitad, pero aún siguen por encima de los dos dígitos: 10,26 millones en 2013 y 11,3 millones en 2014.

También fue 2012 el año del primer ERE en Adolfo Domínguez, que afectó a 44 trabajadores. La mayoría de ellos se acogieron de forma voluntaria. En 2014 se ejecutaron otros 40 despidos y el pasado mes de marzo, 30 más. De forma que la plantilla en Ourense se ha quedado en 450 trabajadores. En total, la firma textil ha recortado su plantilla en un 15% desde 2012, cuando llegó a tener 1.784 empleados. Al tiempo, ha cerrado 116 tiendas. En 2012 contaba con una red de 695 locales. En resumen, los gastos de personal se han reducido un 10,6%, de los 48,9 millones de euros de hace dos años a los 43,7 millones de ahora.

Cinco blindajes

Con el aumento del número de directivos también ha crecido el de los contratos blindados. Según recoge el informe del gobierno corporativo, también recién enviado a la CNMV, Adolfo Domínguez mantiene cinco blindajes. En 2010 eran sólo dos, uno más en 2011 y desde 2012 aumentaron a cuatro. De los cinco actuales, dos corresponden a consejeros ejecutivos y el resto a altos directivos. Los consejeros ejecutivos de la empresa son Adolfo Domínguez y su esposa, Elena González. Estanislao Carpio, hasta ahora director general, será nombrado consejero ejecutivo por la junta de accionistas que se celebrará antes de acabar el mes de julio.

Según el informe de remuneraciones, uno de los consejeros tiene un blindaje –indemnización en caso de despido– equivalente a “cinco anualidades brutas de salario”, que se compone de 15 pagas. Un segundo consejero percibirá “una indemnización cuyo importe concreto depende del momento en que se produzca la extinción del contrato”. En concreto, si es despido, “a partir del 7 de septiembre de 2015 […] tendrá derecho a percibir un importe bruto igual a una anualidad de su retribución fija más la mitad del importe máximo de su retribución variable”, que equivaldría al 20% de la retribución fija.

El informe no identifica a uno y otro consejero, pero sí explica que ningún miembro del consejo de administración percibe remuneraciones variables, excepto Estanislao Carpio que cobrará cada año hasta el 40% de su retribución fija en concepto de retribución variable “por el cumplimiento de objetivos”. Es decir, cabe deducir que el segundo blindaje corresponde al nuevo consejero ejecutivo. El documento cifra en 350.000 euros la remuneración percibida por Estanislao Carpio en 2014. infoLibre ha preguntado a la empresa textil gallega por este particular, y si el primer blindaje de cinco anualidades corresponde al fundador, Adolfo Domínguez, pero no ha recibido respuesta.

Del resto de los blindajes el informe remitido a la CNMV sólo aclara que su cuantía es superior a las 60 mensualidades. El tope para el despido improcedente tras la reforma laboral de 2012 se sitúa en 24 mensualidades. En caso de despido objetivo –por causas económicas, organizativas o de producción, como el que promueve Adolfo Domínguez–, el máximo son 12 mensualidades. En la penúltima reunión mantenida este jueves por el comité y la empresa, ésta accedió a aumentar las indemnizaciones hasta 27 días y 16 mensualidades para los despidos y 30 días y 24 mensualidades para las salidas voluntarias.

El informe de remuneraciones también precisa los sueldos de Adolfo Domínguez –212.000 euros– y su esposa –197.000 euros–. Y destaca que los emolumentos de los siete miembros del consejo de administración se han mantenido congelados en los últimos ocho años e incluso se recortaron un 10% en 2013 por las pérdidas que sufría la empresa. De hecho, las remuneraciones conjuntas de los consejeros han pasado de 758.000 euros en 2010 a 596.000 en 2014, un 21,3% menos. Es decir, las retribuciones de los ejecutivos más que duplican las de los consejeros.

Adiós a Ourense

Mientras, el temor en el polígono de San Cibrao va incluso más allá del ERE. Reclaman a la empresa el compromiso de no ejecutar despidos colectivos ni individuales en un plazo de seis años. La firma textil se niega a hablar de más de dos años y no incluye en ese periodo de carencia los despidos individuales. “Nos tememos que después del ERE empezarán a despedir a goteo, sobre todo a los mayores de 50 años que ahora no quieren prejubilar”, explica la presidenta del comité de empresa, Celia Martínez, de CCOO. Así irán “desmantelando” poco a poco las naves de Ourense. Martínez explica que los propios informes de la empresa prevén trasladar a China e India, donde se confeccionan las prendas, buena parte de las tareas que ahora se llevan a cabo en San Cibrao das Viñas, como el planchado, el etiquetado y el control de calidad. Además, el arreglo de prendas –hasta ahora se enviaban a Ourense desde toda España– se hará en los puntos de venta, añade el secretario comarcal del sindicato nacionalista CIG, Etelvino Blanco. Las naves de San Cibrao, advierten, se convertirán en meros almacenes.

Celia Martínez ve múltiples señales de cuál va a ser el futuro. Los directivos, incluido Estanislao Carpio, trabajan en Madrid. Las hijas de Adolfo Domínguez también se han trasladado a la capital. La línea U de la firma, diseñada para jóvenes y de precios más asequibles, también se trasladará a Madrid tras el ERE, así que la empresa ha ofrecido recolocar o despedir a los trabajadores que no quieran mudarse.

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Seis millones en subvenciones

Aunque Adolfo Domínguez sigue residiendo en la ciudad gallega, los días en San Cibrao de la empresa que fundó en los años 70 parecen contados. Pero la Xunta no quiere involucrarse en la defensa de esta histórica empresa gallega, se quejan CCOO y CIG a la par. “El Gobierno gallego no es quién para decirles a las empresas privadas cuáles son las decisiones que deben tomar”, se limitó a responder un alto cargo en el Parlamento autonómico cuando se le preguntó por la crisis de la firma orensana. Pese a que sólo entre 2012 y 2014 el Ejecutivo de Alberto Núñez Feijóo concedió a la empresa textil más de seis millones de euros en subvenciones.

Adolfo Domínguez saltó a los titulares de prensa hace cinco años por unas declaraciones que nada tenían que ver con la moda: “Pido el despido libre, sin trabas administrativas o judiciales, a la manera anglosajona, porque cuando los países endurecen las condiciones laborales, pierde la sociedad y los empresarios emigran”. Celia Martínez recuerda que en las naves de San Cibrao aún hay operarias que empezaron a trabajar “con 15 años” a las órdenes del padre de Adolfo Domínguez, que regentaba una sastrería, El Faro, en Ourense, en la década de los 50. La última oferta de la empresa este jueves era reducir de 144 a 124 el número de trabajadores despedidos.

Los trabajadores de Adolfo Domínguez iban a declararse en huelga el próximo lunes, dos días después de que haya concluido el mes de negociaciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que acaba de presentarles la empresa. Pero la Delegación del Gobierno les ha denegado el permiso por no respetar los plazos legales. Eso sí, no dejan de protestar en las calles de Ourense, la ciudad donde nació la marca en la década de los 70. Tras cuatro años en pérdidas, el modisto gallego quiere despedir a 144 de sus empleados, el 11% de la plantilla, todos ellos de sus naves de producción en el polígono industrial de San Cibrao das Viñas. Para reducir los despidos, el comité de empresa ha pedido a la dirección, entre otras medidas, que recorte un 25% el salario del equipo directivo. La firma textil se niega.

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