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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN

Ángeles del infierno, bandas suecas y criminales paquistaníes y moldavos, a las órdenes de Irán

Irán utiliza delincuentes comunes para asesinar a opositores, ciudadanos israelíes y judíos.

Matthieu Suc (Mediapart)

El miércoles 31 de julio, cuando la República Islámica de Irán hizo público el asesinato en Teherán del dirigente de Hamás Ismail Haniyeh, en un atentado atribuido a Israel, un diputado iraní declaró que el atentado era el resultado de la infiltración en el país de agentes a sueldo de Israel: “El régimen sionista puede, pagando dólares estadounidenses a ignorantes o vendidos, reclutarlos para obtener información o llevar a cabo operaciones terroristas”.

Puede que el diputado iraní tenga razón. Pero olvidó mencionar que en los últimos meses su país ha operado igual en Europa, pagando a sicarios por asesinatos. Con una diferencia: los objetivos forman parte de la sociedad civil. Los servicios iraníes han reanudado una práctica de asesinatos selectivos que “no se observaba en Europa desde hacía unos 20 años”, como señala un reciente informe de la Direction Générale de la Sécurité Intérieure (DGSI), el principal servicio de inteligencia galo. Uno de ellos, el ataque en plena calle contra el exvicepresidente del Parlamento Europeo Alejo Vidal-Quadras.

Documentos confidenciales obtenidos por el medio Mediapart y compartidos con la red de medios European Investigative Collaborations (EIC), de la que forma parte infoLibre, en el marco de una investigación internacional que se basa también en entrevistas en diferentes servicios de inteligencia europeos e israelíes, revelan cómo los servicios de inteligencia iraníes han adaptado su modus operandi, recurriendo a delincuentes comunes para asesinar a israelíes, judíos y opositores al régimen de los ayatolás refugiados en Europa.

“Hay un aumento muy notable del uso de elementos criminales dentro del componente terrorista”, comenta Yoram Schweitzer, investigador del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) de Israel y responsable de un programa sobre terrorismo y guerra de baja intensidad. Al frente de esa ofensiva está Al-Quds, unidad de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica encargada de sus operaciones exteriores, y el Ministerio de Inteligencia iraní, antes conocido como Vevak. Ambos organismos utilizan mano de obra reclutada en las redes del narcotráfico.

A principios de año, Estados Unidos y Gran Bretaña impusieron sanciones a un narcotraficante iraní llamado Naji Sharifi-Zindeshti. Según las autoridades estadounidenses, Zindeshti y su clan gozan de la protección del Gobierno de Teherán –aunque allí el tráfico de drogas está castigado con la pena de muerte–. A cambio, el Ministerio de Inteligencia iraní le ha pedido que lleve a cabo asesinatos y secuestros de disidentes en “numerosos países de Oriente Próximo, Europa y Norteamérica”. Según el Tesoro de Estados Unidos, Zindeshti incluso tiene derecho a contar con un oficial de las filas del Vevak especializado.

Un antiguo oficial del Mossad, que accedió a ser entrevistado bajo condición de anonimato, afirma que hay “al menos cuatro o cinco grandes narcotraficantes europeos” afincados en Irán que dirigen desde allí sus actividades delictivas en el Viejo Continente. En el caso revelado ahora por EIC, Ümit Bülbül, un narcotraficante de la región de Lyon, dirigía la célula responsable de los asesinatos contra la comunidad judía desde Irán, donde se había refugiado bajo la protección de Al-Quds.

‘Proxies’, la nueva tendencia en los servicios secretos

La utilización de un proxy –o intermediario– dificulta la detección de las operaciones clandestinas. Esta vieja práctica está muy en boga en los servicios secretos de los Estados totalitarios. A principios de enero, la DGSI publicó una “nota azul” –destinada al Elíseo y a otros ministerios gubernamentales– para señalar que los servicios de inteligencia rusos habían utilizado recientemente “métodos operativos alternativos movilizando redes de proxy”.

En otoño de 2023, unos moldavos colocaron cientos de estrellas de David azules en muros de la zona de París, activadas a distancia por un contratatado vinculado a los servicios rusos. En mayo, se pintaron manos rojas en el Muro de los Justos, en el Memorial de la Shoah de París. Esta vez los artistas eran búlgaros. En junio, pocos días después de que el Kremlin criticara duramente el envío de instructores militares franceses a Ucrania, tres moldavos fueron detenidos como sospechosos de realizar grafitis en los ataúdes de soldados franceses.

Dos servicios de inteligencia europeos han confirmado a EIC la utilización de mano de obra criminal por parte de los iraníes. No se trata de una estrategia nueva, sino que se ha intensificado en los últimos años. Los sucesos de Villepinte tienen la culpa.

Ataque frustrado en París

En junio de 2018, el Vevak planeó un atentado en la ciudad de Seine-Saint-Denis, donde estaba prevista la reunión anual de los Muyahidines del Pueblo, enemigos históricos del régimen de los ayatolás. La operación fue dirigida por Assadollah Assadi, un agente del Vevak que trabajaba bajo cobertura diplomática en Austria. Al parecer, la bomba que se iba a utilizar se fabricó en Irán y se transportó en una valija diplomática. Pero nada salió según lo previsto y Assadi fue detenido con tres cómplices en Bélgica, donde la célula terrorista había establecido su base logística.

Condenado a 20 años de cárcel, el supuesto diplomático fue finalmente puesto en libertad y expulsado a Irán en el marco de un intercambio de prisioneros. Sus tres cómplices siguen cumpliendo condena en Bélgica. Unos meses más tarde, los servicios secretos daneses frustraron otro atentado preparado por un agente iraní con base en Noruega. Como consecuencia de estos fracasos, una rama del Vevak se incluyó a principios de 2019 en la lista europea de organizaciones terroristas.

Irán comenzó a utilizar entonces cada vez más a personas ajenas a sus servicios de inteligencia para llevar a cabo asesinatos. En marzo de 2023, las autoridades griegas anunciaron que habían frustrado un atentado con armas de fuego y una explosión de gas contra un centro de la comunidad judía de Atenas. Dos ciudadanos paquistaníes fueron detenidos, mientras que el cerebro del plan, otro paquistaní, se encontraba en Irán.

Según el Tesoro estadounidense, Zindeshti, enviado para saldar cuentas con narcotraficantes rivales –e incluso con el abogado de uno de ellos–, también ha sido utilizado para eliminar a opositores iraníes que se refugiaban en Turquía. A finales de 2021, un ciudadano ruso de origen azerí fue acusado por la justicia chipriota de terrorismo y conspiración para cometer asesinato. Supuestamente le pagaron 40.000 euros con un contrato para asesinar a empresarios israelíes.

Bandas criminales suecas y motoristas alemanes y canadienses

“Se han desenmascarado varias infraestructuras terroristas, gestionadas por importantes organizaciones criminales que operan en toda Europa, cuyos dirigentes están directamente dirigidos por Irán para llevar a cabo atentados terroristas, en particular contra objetivos y bienes identificados con Israel”, aseguró el Mosad en un comunicado publicado el pasado 30 de mayo, en el que revelaba la existencia de una célula terrorista que operaba bajo el mando de Rawa Majid, apodado el Zorro kurdo y líder de la banda sueca Foxtrot. Buscado por varios cuerpos policiales, Majid, según el Mossad, había huido a Irán, donde fue detenido y luego reclutado por sus servicios secretos para planear atentados contra objetivos judíos o israelíes en Europa. En enero se descubrió una granada que no explotó en el solar de la embajada israelí en Estocolmo. Al parecer fue puesta allí por miembros de Foxtrot.

Además, la policía cree que la banda rival sueca Rumba está detrás de los disparos efectuados contra la misma embajada esta primavera. El servicio de seguridad sueco confirmó la información del Mossad en una rueda de prensa.

En diciembre de 2023, el Tribunal Regional de Düsseldorf condenó a un germano-iraní a dos años y nueve meses de prisión por lanzar un cóctel molotov contra una escuela de la ciudad alemana de Bochum en noviembre de 2022. El objetivo real, sin embargo, era la sinagoga cercana. En la sentencia, los jueces subrayaron que el autor había actuado “en interés de las autoridades estatales de la República Islámica de Irán”. El germano-iraní había sido reclutado por Ramin Yektaparast, antiguo líder de los Ángeles del Infierno de Mönchengladbach. Buscado por un asesinato especialmente brutal en el mundo de los moteros, Yektaparast huyó a Irán donde, según el incendiario que había contratado, llevaba una vida de lujo sin un trabajo fijo. Juzgado en ausencia por el Tribunal Federal alemán por otra serie de atentados antisemitas que él mismo había ordenado, Ramin Yektaparast decía que actuaba en nombre de Al-Quds. Murió en un tiroteo en Teherán a principios de 2024.

En Estados Unidos, la red del narcotraficante Zindeshti reclutó en 2021 a Damion Ryan y Adam Pearson, dos hells angels canadienses, para asesinar a opositores iraníes refugiados en Estados Unidos.

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Dos años después, EEUU anunció que un georgiano y el presunto jefe de una banda azerí habían organizado el intento de asesinato de una periodista de la oposición iraní en su domicilio de Nueva York en julio de 2022. Los dos hombres habían reclutado a un asesino por 30.000 euros. Fue detenido cerca del domicilio de la periodista, portando un fusil de asalto AK-47. El fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, afirmó que el plan se había urdido en Irán.

La utilización de delincuentes comunes tiene la ventaja para Irán de que consigue mantener las apariencias en caso de fracaso. Además, le permite invocar lo que se conoce como “negación plausible”. Sobre todo cuando, como en el caso de la célula de Ümit Bülbül, recurrren a varios matones en diferentes niveles de la célula terrorista.

También es un modus operandi más difícil de detectar aguas arriba. Tanto más cuanto que Irán, que solía seleccionar objetivos conocidos que tocaran la fibra sensible de la opinión pública, considera un éxito cada atentado desde el 7 de octubre, el día del ataque de Hamás en Israel. “Irán quiere que los judíos e israelíes no se sientan seguros en ningún lugar del mundo”, explica a EIC un servicio de inteligencia europeo. 

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