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El aspecto físico sí influye para encontrar trabajo y penaliza doble a las mujeres, por la belleza y el sobrepeso

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¿Influyen el peso y el atractivo a la hora de encontrar un trabajo? Para responder a esa pregunta los profesores Francisco Lagos, Juan A. Lacomba, Catarina Goulão y Dan-Olof Rooth han llevado a cabo un estudio de carácter científico tras el que han concluido que la respuesta a esa pregunta es sí. Sus hallazgos evidencian que la apariencia física juega un papel notable en el proceso de contratación en España. Para llegar hasta ahí comenzaron por diseñar un experimento de prueba de correspondencia en el que se enviaron 3.155 solicitudes ficticias a ofertas de trabajo reales en doce ocupaciones diferentes del mercado laboral estatal. Las fotografías del currículum de un primer grupo de candidatos con peso normal se manipularon digitalmente para mostrar sobrepeso y generar así dos candidatos idénticos, pero con distinto volumen. Si bien, tuvieron en cuenta que esa alteración de la imagen acarreaba un inconveniente inevitable: la variación del peso del demandante de trabajo reducía su atractivo. Y dado que la belleza de los candidatos es otro factor relevante para su contratación, de acuerdo a lo que se desprende de la literatura científica existente, consideraron necesario aislar y controlar su efecto. Por ello introdujeron una tercera categoría con candidatos de peso normal, pero con un nivel de atractivo similar a aquellos manipulados para aparentar sobrepeso.

Los buscadores de empleo demandaron puestos en todo el mapa nacional, pero el grueso de ellos, el 68%, lo hicieron en la Comunidad de Madrid y en Barcelona, Valencia y Sevilla. Y por lo que respecta a las áreas laborales elegidas, siete de las ocupaciones estaban dominadas por hombres: programador, ingeniero mecánico, contador, gerente de ventas, supervisor de mantenimiento, operador industrial y cocinero; mientras en las cinco restantes predominaban las mujeres: enfermera, recepcionista, dependienta de tienda, tele vendedora y limpiadora.

Tras las selecciones y los envíos de solicitudes, compararon la tasa de devolución de llamadas y emails para los currículums que contenían las distintas fotografías, con la mirada puesta en desentrañar si los empleadores actúan en función del atractivo o del peso al contratar. Pretendían “poner blanco sobre negro con un trabajo científico cómo de importante es la belleza cuando alguien va a una entrevista de trabajo" y "realmente lo es", pero "no en la dirección que uno espera”, apunta uno de los autores del estudio, el catedrático de Economía de la Universidad de Granada Francisco Lagos. Y se explica: “La belleza para los hombres claramente es un premio, sobre todo, en ocupaciones dominadas por mujeres. Sin embargo, las mujeres se enfrentan a una doble penalización, por atractivo y por sobrepeso. El hombre menos atractivo sí tiene una penalización, pero el guapo disfruta de una prima que la mujer no”, condensa, desactivando la intensidad caníbal de ideas preconcebidas.

Otro resultado del análisis que destaca Lagos es que las diferencias en el ámbito laboral abordadas no están vinculadas sólo a la obesidad, también al sobrepeso, pese a que el 45% de los hombres en España y el 30% de las mujeres lo tienen, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Estas personas “también sufren discriminación en el mercado de trabajo cuando quieren optar a entrevistas, no en todos los contextos, pero en algunos sí pasa y significativamente”, constata el catedrático. 

Con detalle, las peticiones de trabajo de hombres con sobrepeso recibieron un 26% menos de llamadas para darles una oportunidad, en comparación con los de peso normal. Un trato diferencial que resultó “especialmente pronunciado” en “ocupaciones dominadas por mujeres, para las cuales el hombre manipulado por el peso recibe un 46% menos” de contactos telefónicos o vía correo electrónico. Este efecto, para los autores del informe, “actúa a través del atractivo más que del peso en sí” y es similar al apuntado en otros análisis ligados a la obesidad llevados a cabo en Suecia, por ejemplo. En el caso de las mujeres, la resolución de la prueba les condujo en la dirección contraria: “Las aplicaciones femeninas con manipulación de peso recibieron un poco más de devoluciones de llamadas, el 4%”. “Este efecto se debe a las solicitudes en ocupaciones predominantemente femeninas en las que reciben un 50% más" de respuestas. A juicio de los artífices del informe, el hecho de que se castigue en cierta forma a las mujeres más atractivas “oculta una penalización de peso subyacente para las mujeres con sobrepeso en ocupaciones dominadas por hombres”. Por lo tanto, las personas de sexo femenino “se ven penalizadas tanto por su peso como por su atractivo en el proceso de contratación”.

Una nueva investigación en marcha

El trabajo de campo vinculado a esta investigación se realizó antes de la pandemia, aunque el conjunto de la misma se ha difundido recientemente en una revista científica internacional y sus impulsores estiman que las conclusiones son “válidas” en la actualidad. Lagos relata que, a priori, querían “ampliar la muestra a otro tipo de problemáticas cómo qué pasa cuando en tu currículum avisas a la empresa a la que lo vas a remitir de que tienes síndrome de Asperger, vas en silla de rueda o padeces obesidad, cuántas oportunidades de trabajo tienes y cuántas se te niegan”, plantea. Pero el covid que zarandeó al mundo “lo retrasó todo” y “pasó tanto tiempo que no tenía sentido cruzar las muestras”, por lo que decidieron centrarse en la que desembocó en el análisis desgranado, para ocuparse de la otra por separado, que es lo que están haciendo en la actualidad. 

El aumento en el peso de la población específicamente ha dado lugar a publicaciones previas sobre la asociación entre la obesidad y los movimientos del mercado laboral utilizando datos de encuestas, como hacen constar los responsables del estudio desmenuzado. Esta bibliografía encuentra una considerable penalización de los ingresos y salarios de las mujeres por obesidad tanto en los Estados Unidos como en Europa. Habrá que esperar para conocer los datos del nuevo aporte científico que preparan Lagos, Lacomba, Goulão y Rooth.

¿Influyen el peso y el atractivo a la hora de encontrar un trabajo? Para responder a esa pregunta los profesores Francisco Lagos, Juan A. Lacomba, Catarina Goulão y Dan-Olof Rooth han llevado a cabo un estudio de carácter científico tras el que han concluido que la respuesta a esa pregunta es sí. Sus hallazgos evidencian que la apariencia física juega un papel notable en el proceso de contratación en España. Para llegar hasta ahí comenzaron por diseñar un experimento de prueba de correspondencia en el que se enviaron 3.155 solicitudes ficticias a ofertas de trabajo reales en doce ocupaciones diferentes del mercado laboral estatal. Las fotografías del currículum de un primer grupo de candidatos con peso normal se manipularon digitalmente para mostrar sobrepeso y generar así dos candidatos idénticos, pero con distinto volumen. Si bien, tuvieron en cuenta que esa alteración de la imagen acarreaba un inconveniente inevitable: la variación del peso del demandante de trabajo reducía su atractivo. Y dado que la belleza de los candidatos es otro factor relevante para su contratación, de acuerdo a lo que se desprende de la literatura científica existente, consideraron necesario aislar y controlar su efecto. Por ello introdujeron una tercera categoría con candidatos de peso normal, pero con un nivel de atractivo similar a aquellos manipulados para aparentar sobrepeso.

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