Bajan los tipos, encogen los márgenes: la banca se lanza a por las nóminas para aumentar su negocio

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El pasado 17 de octubre el Banco Central Europeo (BCE) recortó por tercera vez este año los tipos de interés y dejó el precio del dinero en el 3,25%, una desescalada que no se veía desde 2011. En diciembre se prevé un nueva bajada. La caída de la inflación –en el 1,7%– en la zona euro y la inquietante mala salud de la economía alemana han puesto fin a dos años de tipos altos que comenzaron en julio de 2022, en un intento por frenar el alza desbocada de los precios que había traído la invasión rusa de Ucrania cuatro meses antes.

La relajación, además, se puede prolongar durante bastante tiempo. Las amenazas sobre la economía del euro, con un crecimiento anémico y el impacto de las guerras de Ucrania y Gaza en los precios de la energía, empujan hacia tipos de interés más bajos. Así que los bancos están adaptando sus estrategias. El euríbor ya está en el 2,698% en octubre y registra su mayor caída anual de los últimos 15 años, cuando hace un año superaba el 4%, por lo que no sólo los hipotecados ven aliviadas sus cuotas, sino que también las entidades financieras se ven abocadas a lanzar ofertas más baratas si quieren aumentar la cartera de clientes. Sólo el pasado septiembre, BBVA, Ibercaja, Bankinter, Evo Banco y Caja de Ingenieros han bajado sus préstamos a tipo fijo. En octubre se les unió Unicaja y antes, en julio, lo habían hecho ya Santander y Cajamar, entre otros.

Al caer los tipos, también se reduce la rentabilidad de los depósitos y de las letras del Tesoro. Las cuentas remuneradas rinden menos. De forma que los bancos llevan ya un tiempo enzarzados en una nueva guerra comercial a la caza de clientes. Esta vez, con la rentabilidad a la baja y los regalos en especie ya en desuso, ofrecen dinero en efectivo a quienes domicilien sus nóminas. “Aunque el impacto en sus cuentas no sea enorme, con tipos de interés más bajos y menos márgenes, los bancos necesitan aumentar su negocio”, explica Santiago Carbó, catedrático de Economía en la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas. “Y la nómina es un ancla”, añade, “que les permite contratar más tarjetas de crédito y otros productos”.

Se trata, pues, de compensar la caída de los tipos de interés con un mayor volumen de negocio, después de dos años de rentabilidades galácticas. Según datos del Banco de España, al menos hasta junio de 2023, el aumento de los márgenes unitarios de tipo de interés permitió un crecimiento significativo del margen de intereses –la diferencia entre ingresos y costes financieros, que sirve para medir el negocio puramente bancario– del 27% interanual. La consecuencia fue que el resultado neto de los bancos españoles se disparó un 25% hasta junio de 2023 respecto al mismo periodo del año anterior.

Las gangas se suceden y algunas se presentan con las mismas premuras de una pop-up store –tienda efímera– o los escasos y breves artículos del modelo just-in-time con el que produce Zara. El pasado 15 de octubre, el BBVA anunciaba que regalaría 400 euros a los nuevos clientes que contrataran una cuenta nómina domiciliando una nómina o pensión de al menos 800 euros al mes. Un sueldo modesto, pues, con una obligación de permanencia de sólo 12 meses. Pero la promoción terminó el 28 de octubre. Ni dos semanas se exhibió el producto en el escaparate.

El caso es que BBVA está a punto de cerrar el plan de captación  que abrió en 2021 y que debería haberle conseguido 3,6 millones de nuevos clientes en cuatro años.

Los 'regalos'... y la letra pequeña

Santander ya ha prorrogado varias veces su promoción de 400 euros a cambio de domiciliar la nómina. La última renovación, este mismo mes de octubre, amplía la oferta hasta marzo de 2025. Para conseguir tal cantidad, no obstante, el sueldo o pensión debe superar los 2.500 euros. El salario medio en España alcanza los 1.925 euros brutos al mes en 14 pagas, según la última Encuesta de Estructura Salarial publicada por el INE. Por debajo de esa cifra, la retribución cae hasta los 300 euros. Se paga en dos tramos: 300 euros el primer mes y 100 euros el segundo. Si, además, el cliente es funcionario, profesional sanitario o de Justicia, o empleado de Mapfre, miembro de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) o asociado de la cooperativa de supermercados Covirán, recibirá un extra de 50 euros. Y si contrata un seguro o traspasa un fondo de inversión, se le remunera con otros 100 euros.

Pero, para recibir estos regalos, el cliente debe cumplir dos condiciones: hay que domiciliar dos recibos mensuales o hacer al menos un movimiento de tarjeta de crédito al mes. El compromiso de permanencia también es mayor que en el BBVA: dos años. En la presentación de resultados, el consejero delegado del Santander, Héctor Grisi, aseguró que su objetivo es convertir la entidad “en el banco principal” para sus clientes, donde realicen todas sus operaciones, empezando por el cobro de la nómina.

En otros casos, el plazo para hacerse con una de estas ofertas acaba el 31 de diciembre. Y las nóminas que las hacen posible deben ser más cuantiosas. Cajamar, por ejemplo, promete 500 euros en efectivo sólo si el sueldo supera los 4.000 euros. Si está entre 1.200 y 2.500 euros, el regalo se queda en 200 euros. Entre 2.500 y 4.000 euros, se remunera con 300 euros. La permanencia exigida es mayor igualmente y llega a los tres años. Si el cliente se va antes de ese plazo, paga una penalización de hasta el 91% del importe bruto bonificado.

Kutxabank ofrece hasta 600 euros por nóminas de más de 2.500 euros, pero pide tres años de permanencia. La remuneración en efectivo de Banco Sabadell es de 300 euros a cambio de un sueldo de 1.000 euros… y de contratar Bizum. Caixabank no da más de 250 euros netos por una nómina a partir de 1.500 euros, además de exigir la domiciliación de tres recibos y hacer tres compras con tarjeta al trimestre.

Bankinter no entra en la guerra de la remuneración en efectivo

¿Todos los bancos españoles se han apuntado a la guerra de la nómina y la remuneración en efectivo? No, todos menos uno. Bankinter mantiene desde hace 11 años una cuenta nómina remunerada a un tipo de interés que no ha cambiado en ese tiempo: hasta el 5% TAE (Tasa Anual Equivalente, el rendimiento efectivo anual de un producto financiero, que incluye la tasa de interés nominal y la comisiones) el primer año y hasta el 2% TAE el segundo. Traducido en efectivo, Bankinter asegura que equivale a un máximo de 680 euros. Pero también tiene sus condiciones. La nómina o pensión debe ser de 800 euros o más, hay que domiciliar tres recibos al trimestre y hacer al menos tres pagos con una tarjeta cada trimestre.

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El único cambio en el diseño de esta cuenta se produjo en mayo de 2023, cuando se duplicó el límite de saldo que se remunera, de 5.000 a 10.000 euros. Así se aumentó la bonificación de 340 euros a los 680 euros actuales. Según explica el banco, la oferta de cuentas remuneradas de que dispone –cuenta digital, cuenta pensión, cuenta para autónomos– ya es lo “bastante amplia y consolidada”, por lo que no está sobre la mesa incorporarse a las remuneraciones en efectivo.

Lo que no quiere decir que Bankinter renuncie a las promociones exprés. En septiembre aumentó la retribución de su cuenta digital hasta el 3,25% TAE. Al acabar el mes, volvió al 1% y al 1,5% originales, dependiendo del saldo. Porque, para alcanzar la remuneración máxima, el cliente debe tener más de 50.000 euros en la cuenta.

Bankinter defiende su modelo de remuneración ligada al tipo de interés, pese a la rebaja de los últimos tiempos y la que se avecina, porque es proporcional al saldo de la cuenta. Para el comparador financiero HelpMyCash, en cambio, la bonificación en metálico es un aliciente, porque se convierte en una recompensa “inmediata, a diferencia de la espera de seis o 12 meses asociada a a los depósitos o cuentas remuneradas”, además de mucho más “motivadora que, por ejemplo, un aparato electrónico”. Sin olvidar que vincula al cliente para ofrecerle “otros productos más rentables a la larga”.

El pasado 17 de octubre el Banco Central Europeo (BCE) recortó por tercera vez este año los tipos de interés y dejó el precio del dinero en el 3,25%, una desescalada que no se veía desde 2011. En diciembre se prevé un nueva bajada. La caída de la inflación –en el 1,7%– en la zona euro y la inquietante mala salud de la economía alemana han puesto fin a dos años de tipos altos que comenzaron en julio de 2022, en un intento por frenar el alza desbocada de los precios que había traído la invasión rusa de Ucrania cuatro meses antes.

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