Bankia ha perdido el contrato por el que, como Caja Madrid, gestionaba los servicios financieros del Ayuntamiento madrileño desde hace décadas. De hecho, fueron siete las entidades financieras que se presentaron al concurso convocado por el consistorio que preside Ana Botella y debían ser un máximo de seis las adjudicatarias, según las condiciones de la convocatoria. La única entidad pública, Bankia, resultó excluida. El resto, BBVA, Santander, Caixabank, Banco Popular, Banco Sabadell e Ibercaja se han llevado el contrato, que fue licitado por un total de 16,4 millones de euros. Hasta ahora era Caja Madrid la entidad que históricamente se había encargado de gestionar todos los pagos e ingresos del Ayuntamiento de la capital. Desde el pago de las nóminas de sus 29.000 empleados hasta el cobro de las multas e impuestos.
“Ha sido una cuestión de precio, nada más”, explica un portavoz municipal, “antes había un contrato único y ahora se ha sindicado en seis entidades”.
A partir de ahora serán esas firmas financieras las que se encargarán no sólo de la ejecución exclusiva de todos los cobros y pagos del Ayuntamiento madrileño, sino también de las operaciones de tesorería a corto plazo de la cuenta corriente principal del consistorio. El precio de licitación de la primera tarea es de 5,4 millones de euros para los próximos cuatro años más otros dos de prórroga.
El del segundo, 11 millones de euros sólo para un año. La Ley Reguladora de las Haciendas Locales no permite exceder ese plazo. Del pago de ingresos municipales mediante tarjeta de crédito o débito se hará cargo únicamente Ibercaja, por un importe de un millón de euros. Este sistema de pago requiere la instalación de una línea de conexión dedicada al Ayuntamiento, de ahí que haya sido seleccionada sólo una entidad para tal cometido.
El coste financiero del crédito asociado a la cuenta corriente principal y el coste por el uso de la tarjeta de crédito equivalían al 65% de la puntuación final del concurso. El número de oficinas disponibles en el municipio y la comunidad pesaba un 15%. Cada entidad debía disponer de al menos 75 sucursales abiertas en la Comunidad de Madrid, de las cuales 50 debían estar situadas en la capital.
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Cinco millones de cobros al año
El contrato perdido por Bankia es cuantioso. Comprende, por ejemplo, el pago de las nóminas de los 29.000 trabajadores del Ayuntamiento, que en 2013 sumaron 611,2 millones de euros. También los pagos a proveedores, que alcanzaron ese mismo los 2,24 millones de euros ese año.
Sólo en multas, el consistorio madrileño cobró en 2013 un total de 58,4 millones de euros. Por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) ingresó ese mismo ejercicio 321,47 millones. Por el de Vehículos de Tracción Mecánica, otros 80,34 millones. En total, gestiona cinco millones de cobros al año, que suponen unos ingresos para las arcas municipales de 1.564,56 millones de euros.
Bankia ha perdido el contrato por el que, como Caja Madrid, gestionaba los servicios financieros del Ayuntamiento madrileño desde hace décadas. De hecho, fueron siete las entidades financieras que se presentaron al concurso convocado por el consistorio que preside Ana Botella y debían ser un máximo de seis las adjudicatarias, según las condiciones de la convocatoria. La única entidad pública, Bankia, resultó excluida. El resto, BBVA, Santander, Caixabank, Banco Popular, Banco Sabadell e Ibercaja se han llevado el contrato, que fue licitado por un total de 16,4 millones de euros. Hasta ahora era Caja Madrid la entidad que históricamente se había encargado de gestionar todos los pagos e ingresos del Ayuntamiento de la capital. Desde el pago de las nóminas de sus 29.000 empleados hasta el cobro de las multas e impuestos.