FINANZAS

Todos contra el BBVA, el banco que aspira a ser un gigante europeo a costa de trabajadores y clientes

Vista de la antigua sede del BBVA en la Plaza de Cataluña de Barcelona, este jueves.

De la fusión amistosa han pasado al choque. El consejo de administración de BBVA ha decidido formular una oferta pública de adquisición (OPA) hostil sobre el 100% de las acciones de Banco Sabadell, tras un primer rechazo de esta entidad hace unos días, y otro intento frustrado de unión hace cuatro años. Aunque no se han rearmado para formular otra propuesta: la entidad vasca ofrece a los accionistas de la catalana el mismo canje de un título nuevo por cada 4,83 de Sabadell, que puso encima de la mesa la semana pasada. Se crearía además un núcleo operativo con sede doble: una en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) y la otra en Madrid. Pero hay un cambio: no incluye la incorporación de tres consejeros no ejecutivos de Sabadell al consejo de BBVA, uno de los cuales sería vicepresidente. Aún así, el presidente de BBVA, Carlos Torres, ha hecho público que inversores del Sabadell, "algunos relevantes", les han trasladado ya su interés por la apuesta.

BBVA calcula que cerrar el proceso le llevaría entre seis y ocho meses y a partir de ahí, el banco lanzaría la OPA en sí, que se extendería un máximo de 70 días. La maniobra estaría condicionada a lograr más de un 50,01% del capital del banco, a la ampliación de éste necesaria por parte de la junta de accionistas de BBVA y al visto bueno de entes como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Debe ser notificada igualmente al Banco de España, a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y lograr que no se oponga el Banco Central Europeo (BCE) -su vicepresidente Luis de Guindos ha adelantado que tendría que autorizarse basándose en el principio de solvencia, aunque no sabe si cristalizará-. Incluso, según fuentes del ámbito financiero, tendría que ser comunicada a la Comisión Europea y habría que recabar otras autorizaciones internacionales secundarias.

Contar con el "sí" del Gobierno sería otro requisito, si finalmente la OPA se lleva a cabo y BBVA adquiere una participación mayoritaria de Sabadell. El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha advertido de que este “tiene la última palabra a la hora de autorizar la operación”. Y, de momento, la rechaza “tanto en la forma como en el fondo” por “los efectos lesivos potenciales que pudiera tener” en el sistema financiero español. Desde el ministerio los resumen en tres: supondría “un incremento en el nivel de concentración que podría tener impacto negativo en el empleo y en la prestación de servicios financieros”: un excesivo grado de ésta “introduciría un riesgo potencial adicional a la estabilidad financiera”; y afectaría “a la cohesión territorial”. 

Por lo que respecta a la concentración, de producirse la absorción, tres entidades cubrirían alrededor del 70% de cuota de mercado, lo que tendría “consecuencias negativas para los clientes”, según el Ejecutivo. “Si se continúa por ese camino, la falta de competencia en el sistema podría influir en cuestiones como la transmisión de los incrementos de tipos de interés del Banco Central Europeo a la remuneración de los depósitos, que ya es baja, en comparación con otros países de la UE”, avisan fuentes de la esfera bancaria. Según datos del BCE, la rentabilidad media de los depósitos en la zona euro llega al 3,16%, frente al 2,49% de España.

Ligado a la cohesión o vertebración territorial, Cuerpo ha señalado que tendrán “muy en cuenta los costes” de la operación “en términos de empleo y de actividad”, en un contexto en el que el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha registrado en las Cortes Generales el informe Retos de la inclusión financiera: servicios bancarios y personas vulnerables, en el que propone que cuestiones como la retirada de efectivo o la existencia de cajeros y oficinas en núcleos poco poblados sean declarados servicios económicos de interés general. De acuerdo a lo expresado por el ministro, el Gobierno pretende “conservar un sector financiero fuerte y solvente”, pero que tenga "en mente a sus clientes”.

Oposición desde distintos frentes

No sólo Cuerpo ha expresado sus reticencias a la operación. El propio Banco Sabadell ha reiterado su negativa y la vicepresidenta segunda del Ejecutivo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha defendido que la OPA es "contraria a los intereses de España", que “destruiría mucho empleo, provocaría exclusión financiera y más oligopolio". Y desde el ámbito sindical, UGT ha anticipado que no permitirá “que las plantillas sean el coste” de la suma ni “medidas forzosas”, ya que ambas entidades han presentado ganancias "récords”. En concreto, el BBVA obtuvo un beneficio neto atribuido de 2.200 millones en el primer trimestre de 2024, lo que significó un alza del 19,1% en relación a 2023 y el Sabadell de 308 millones, un 50,4% más que en el mismo periodo del año anterior. La adición de ambas habría provocado unas ganancias de más de 2.500 millones en tres meses.

Del lado de CCOO, su secretario general, Unai Sordo, no ha dudado en pedir al Gobierno que regule los términos de la competencia financiera para "no ir hacia a un oligopolio" en España. Y en la órbita empresarial, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha declarado que las empresas "son libres de actuar, de participar y de hacer ofertas o no", para matizar que quizá no sea él “la persona adecuada" para dar su opinión sobre una OPA que la patronal catalana, Pimec, sí repele "frontalmente". Lo hace, como el ministro, "tanto en la forma como en el fondo" y recuerda que este tipo de operaciones van contra los intereses de las pymes, pero también del conjunto del sistema financiero.

¿Qué hay detrás del órdago?

La jugada del BBVA no parece contar con muchos apoyos. ¿Por qué la hace? Fuentes de la entidad insisten en que el ente resultante de la absorción sería “el tercer banco de Europa –tras BNP Paribas y el Santander–, aspirante a convertirse en el mayor por capitalización bursátil de la zona euro” y “el segundo de España”. Aluden, asimismo, a las “sinergias”: Sabadell aportaría su “buen hacer demostrado con las pymes”, mientras el BBVA tiene más negocio en el área de particulares y empresas de mayor tamaño, con lo que “se complementarían”. Otras fuentes del sector aportan que "el titán financiero nacido de la OPA" contaría con “más de 986.900 millones de euros en activos y una capitalización que rondaría los 70.000” y deslizan otro posible motivo por el que el BBVA haya optado por dar este salto: "Detrás de la estructura accionarial de los bancos españoles hay en la actualidad fondos financieros como BlackRock, que es posible que hayan animado a que se dé", dejan caer.

Santiago Carbó, catedrático de Economía en la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas, cree que el BBVA, "se ha visto obligado de alguna manera, tras el esfuerzo hecho y comentado a inversores, accionistas... a seguir adelante, al pensar que es una buena oferta". "Es una operación audaz, pero lo ha hecho en otras ocasiones en la historia. A finales de los 80 intentó comprar a Banesto, aunque no llegó a salir ni a la bolsa. Es un banco global, muy bien posicionado, solvente después de dos años con muchas ganancias y tiene las condiciones para intentarlo. Quieren ver lo que pasa", condensa.

"Es una operación con mucho atractivo –enlaza-– e internacionalmente es muy positiva, porque diversifican bien. El Sabadell está en el Reino Unido –a través de su filial TSB–, y el BBVA no. Y el balance es más saneado, porque creo que están interesados en adquirir bancos que aporten euros o dólares, no divisas, que son más vulnerables. Están muy presente en Latinoamérica y en Turquía, y ganan mucho dinero allí, pero está ese problema. Quieren ganar balance en euros. Y a escala nacional, Sabadell trabaja muy bien con las pymes, y eso es buena diversificación", remarca.

¿Hay motivos para el temor?

"¿Qué preocupa?", se pregunta Carbó: "Tenemos bastante concentración en el sector, será la CNMC la que tenga que decidir, y el tema del empleo. Pero, a priori, es la misma operación, pero de manera beligerante". En ese sentido, afirma comprender "lo dicho por el Gobierno", pero, puntualiza que "es una semana muy particular, con las elecciones catalanas –Cuerpo ha desvinculado su postura de esos comicios–, y alguna valoración política había que hacer". Se aventura: "Habrá que ver si los próximos días se matizan los comentarios, porque es una gran empresa española, que no está haciendo nada ilegal. Otra cosa es que se demuestren perjuicios, en ese caso sí habría que parar la operación, pero, de por sí, que no sea del agrado del Gobierno, no es suficiente para hacerlo. "Si bien es cierto –remata– que a nadie le gusta tener semanas de tensión en el mercado español por el tema de que sea hostil. Está en nuestra legislación y nos pone nerviosos, pero es así".

De hecho, Torres, augura que el Gobierno terminará por apreciar el valor de la OPA, una vez se vean "claros" todos los términos de la transacción y con el precedente de Bankia. "Es bueno para el país tener un banco tan fuerte que pueda operar en el mercado europeo y global", ha proclamado. Ha explicado durante la jornada que han contado con asesores legales a la hora de planificar la oferta y que se ha realizado un análisis por códigos postales sobre la concentración tras la fusión, que apunta a que la competencia no se verá afectada. Ha subrayado que el gigante financiero sería el segundo jugador "en casi todas las regiones, segmentos y negocios" y ha reconocido que habría “reducción de empleo”, pero que no se aplicarían medidas “traumáticas” y se materializaría de forma dialogada. El cierre de oficinas se da por hecho del mismo modo, al tiempo que asociaciones de usuarios y consumidores como la OCU exigen al Ejecutivo que vele por ellos.

Casi unanimidad entre los candidatos del 12M

El envite del BBVA ha irrumpido en la campaña de las elecciones catalanas de este domingo 12 de mayo (12M), para poner sorpresivamente a los candidatos de acuerdo en su “no”. El presidente de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, ha criticado la OPA al estimar que “sólo haría” que empeorara la competencia. El aspirante a la Presidencia de Junts, Carles Puigdemont, ha pedido "contestarla con toda la fuerza, con todo el derecho y con toda la razón".

Para el cabeza de cartel del PSC, Salvador Illa, “el mismo nombre, hostil, ya indica" que no se va "por buen camino" y piensa que no sería "buena para los clientes" del sistema financiero. La candidata de los Comuns a presidir la Generalitat, Jéssica Albiach, ha instado al Ejecutivo estatal a "pararle los pies" al BBVA. De su lado, el líder autonómico del PP, Alejandro Fernández, en liza en estos comicios, ha alertado de que puede afectar "negativamente" a las pymes catalanas y a la libre competencia Y el número uno de la lista de Cs, Carlos Carrizosa, quien no resta "legitimidad" a la operación, aboga por que las instituciones vigilen que no repercuta en los derechos de los consumidores. Vox ha optado por no pronunciarse, dado que, según su máximo dirigente, Santiago Abascal, no tienen “detalles".

Desde la Generalitat han ido más allá y la consellera de Economía, Natàlia Mas, ha solicitado este mismo jueves por carta a la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia, Margrethe Vestager, que las autoridades de la UE no avalen la entidad que resultaría de la anexión.

No hay alternativa a la fusión

Al margen de opiniones, el BBVA está preso de sus acciones. Torres ha reconocido que no hay plan b, si los accionistas del Sabadell no aceptan la OPA, pero ha engarzado que estará "muy orgulloso" de haber intentado la integración, en cualquier caso, convencido de que manejan "una oferta muy atractiva" que el tiempo hará más y que "tiene componentes de mucha liquidez", por lo que tanto él como su equipo están dispuestos a asumir el posible riesgo reputacional, si el final no es el esperado. "Juntos tendremos un mayor impacto positivo en los territorios en los que operamos, con una capacidad adicional de concesión de crédito de 5.000 millones al año en España", ha garantizado el presidente. Falta que se concrete y que se pronuncien los reguladores.

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