Los seis mayores bancos españoles ganaron 10.467,4 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 20,8% menos que en el mismo periodo de 2018. De hecho, sólo los más pequeños entre los grandes, Banco Sabadell y Bankinter, aumentaron sus beneficios respecto al ejercicio anterior. Los cuatro gigantes, Santander, BBVA, Caixabank y Bankia, rebajaron sus resultados en los tres primeros trimestres del año.
Banco Santander es la entidad que más dinero gana, 3.732 millones de euros, pero también la que más ha reducido sus beneficios, un 35%. De la caída, el banco de Ana Patricia Botín culpa a las dotaciones que ha debido realizar en Reino Unido: un ajuste de su fondo de comercio de 1.491 millones de euros, una provisión adicional por los seguros de protección de pagos por importe de 103 millones y 40 millones de euros por otros cargos. También ha tenido que pagar 814 millones en costes de reestructuración tanto en Reino Unido como en España.
Si se excluyeran estas partidas, el beneficio del Santander habría alcanzado los 6.180 millones de euros, un 2% más que el año pasado.
BBVA casi ha igualado los beneficios del Santander en lo que va de año, con un resultado positivo de 3.667 millones de euros. Aun así, son un 15,2% menos que en los primeros nueve meses de 2018. La causa del descenso lo atribuye la propia entidad al aumento de los beneficios que supuso el año pasado la venta de su negocio en Chile.
Descontada esa plusvalía, la cuenta para el BBVA respecto al ejercicio precedente supone en realidad una mejora del 1,2%.
Caixabank redujo sus ganancias un 28,4% en los tres primeros trimestres de este año respecto de 2018, con un resultado de 1.266 millones de euros. El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha supuesto el despido de 2.023 trabajadores y le ha costado a la entidad 978 millones de euros está detrás de este descenso de beneficios. Sin ese gasto, el resultado de Caixabank habría alcanzado los 1.951 millones, un 10,4% por encima del registrado en los nueve primeros meses de 2018.
Los resultados de Bankia son más modestos: 575 millones de euros. Pero también encogen respecto al ejercicio anterior, un 22,6%. La mayor dotación de provisiones por reducción de dudosos y por la venta de carteras de renta fija ha lastrado sus cuentas. Prescindiendo de esos cargos, el negocio bancario de la entidad semipública se tradujo en unos beneficios de 946 millones de euros, un 0,7% más que en los nueve primeros meses de 2018.
Banco Sabadell, en cambio, ha aumentado sus beneficios un 216% respecto al ejercicio precedente, 783 millones de euros. Pero la abultada ventaja se deriva del elevado coste que tuvo para la entidad el año pasado la problemática migración tecnológica llevada a cabo en su filial británica, TSB: 320 millones de euros.
Finalmente, Bankinter ha ganado 444,4 millones de euros, un 10,1% por encima de los beneficios de 2018, gracias a que ha incorporado este año a sus cuentas las cifras de negocio de EVO Banco y de su filial de consumo en Irlanda, Avantcard.
Caída de la rentabilidad
Hasta septiembre, la gran banca también ha empeorado sus ratios de rentabilidad. Para medirla se utilizan dos magnitudes, el ROE (cociente entre el beneficio neto y el capital) y el ROTE (entre el beneficio y el capital tangible). Atendiendo a cualquiera de los dos parámetros, todas las grandes entidades financieras españolas han empeorado su rentabilidad en los tres primeros trimestres del año respecto al mismo periodo de 2018. Excepto Caixabank si se atiende sólo al ROTE –que excluye de la fórmula intangibles como el fondo de comercio, las emisiones convertibles y las preferentes– ordinario, que alcanza el 10,1%, por encima del 9,5% de hace un año. Sin embargo, su ROE cae del 7,9% al 5,6%. La rentabilidad óptima exigida a las entidades financieras se calcula en un 10%, que se supone es el coste de capital del sector. Por encima de ese porcentaje sólo se sitúan ahora Bankinter, con un 12,64%, y BBVA, con un 10,1%. El resto queda muy lejos de la cifra idónea: un 7,02% el Santander –en el último mes, septiembre, fue incluso menor, un 5,9%–, un 6,92% el Sabadell, un 6% Bankia y, como queda dicho, un 5,6% Caixabank.
Otro tanto ocurre con el ROTE. La rentabilidad del BBVA ha caído dos puntos tanto si mide con esta magnitud como con el ROE. Casi la misma pérdida que ha sufrido Bankia en ambas ratios. Bankinter, el más rentable de todos, no publica sin embargo el rendimiento de su capital tangible, aunque también ha reducido el ROE en casi medio punto este año.
Las entidades atribuyen esta baja rentabilidad a los bajos tipos de interés, en mínimos históricos, pese a los desmentidos continuos del Banco Central Europeo (BCE). El consejero delegado de Bankia, José Sevilla, cifró el pasado lunes en 500 millones de euros el impacto de los bajos tipos en sus cuentas. Por el contrario, tanto el ya expresidente del BCE Mario Draghi como su vicepresidente, Luis de Guindos, han insistido en que la culpa deben buscarla los bancos mucho más cerca: en su escasa eficiencia, su modelo de negocio, el lastre de sus activos tóxicos o el exceso de estructurasu modelo de negocio. De ahí que el exministro de Economía del PP no haya dudado en recomendarles que aceleren la venta de activos improductivos, sigan cerrando oficinas y negocien fusiones, nacionales o incluso internacionales.
Cierre de oficinas y fusiones
En algunas de esas recomendaciones ya le están haciendo caso. Tras presentar los resultados este jueves, el consejero delegado del BBVA, Onur Genç, anunció que el banco seguirá cerrando oficinas en 2020, aunque ha descartado despidos colectivos. La entidad ha prescindido de 1.355 sucursales desde que Carlos Torres aseguró en junio de 2016 que a la entidad le sobraban 2.800.
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Otro banco que ha cerrado masivamente oficinas este año ha sido el Santander, tras ejecutar un ERE para 3.223 trabajadores. En total, desaparecerán 1.150 sucursales cuando concluya el proceso.
También avanzó Onur Genç que la prioridad del BBVA es “crecer de forma orgánica”, aun sin rechazar operaciones “siempre y cuando tengan sentido estratégico y orgánico”. Los rumores sobre posibles fusiones bancarias son una constante en los últimos tiempos. Una de ellas, la de BBVA y Bankia. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri está pendiente de su privatización –el 61,7% del capital pertenece al FROB– pero, como ya ha advertido José Sevilla, habrá que esperar “un momento mejor en el futuro” para vender esas acciones. De hecho Bankia es la entidad financiera que más ha perdido en Bolsa este año, un 48,6%, seguida de Caixabank, un 33,6%. El BBVA, un 12,9%. Tras presentar sus resultados, los títulos del Santander cayeron un 3,1%, que se sumó al 6,48% del miércoles. De forma que Ana Botín compró el jueves un millón de acciones de la entidad, por los que pagó unos 3,6 millones de euros, para intentar parar el desplome de la acción. Los seis grandes se han dejado casi 33.000 millones de euros en el parqué hasta septiembre.
Mientras, la flecha de las posibles fusiones se dirige de nuevo a Unicaja y Liberbank, dos entidades con muy baja rentabilidad cuyas negociaciones ya se frustraron el pasado mes de mayo. Y hacia Abanca, que puede hacerse con cualquiera de las dos anteriores y acaba de cerrar la compra de la filial española del portugués Banco Caixa Geral de Depósitos. Una última combinación es la que incluye a Bankia y Sabadell, dos de los bancos medianos. Bankinter ya se hizo con parte de Evo Banco en 2018, pero excluyó de la operación a Evo Finance, que se quedó en manos de Apollo. Este mismo miércoles, el fondo estadounidense anunciaba el cierre definitivo de Evo Finance para el 30 de junio de 2020, así como un ERE para el 73,7% de la plantilla, 84 personas. Otro despido colectivo más que sumar a un sector financiero en constante sangría de trabajadores desde 2012.
Los seis mayores bancos españoles ganaron 10.467,4 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 20,8% menos que en el mismo periodo de 2018. De hecho, sólo los más pequeños entre los grandes, Banco Sabadell y Bankinter, aumentaron sus beneficios respecto al ejercicio anterior. Los cuatro gigantes, Santander, BBVA, Caixabank y Bankia, rebajaron sus resultados en los tres primeros trimestres del año.