Cáritas denuncia lo "gravemente desprotegidos" que están los derechos de las trabajadoras del hogar
Cáritas ha denunciado este miércoles, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, lo "gravemente desprotegidos" que están los derechos laborales de las más de 518.800 personas que trabajan como empleadas de hogar en España, ha informado Europa Press.
La entidad advierte de que, el pasado mes de enero, solo 378.805 trabajadoras estaban afiliadas en el Régimen de la Seguridad Social. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), por lo que, alrededor del 30% no tienen contrato.
A su juicio, estas "bajas cifras" de afiliación, unido a que se trata de un sector muy feminizado (el 95% son mujeres) y que la mayoría de origen extranjero, hace que se encuentren "en una situación de especial vulnerabilidad".
Frente a esta realidad, Cáritas reclama "un aumento de los niveles de protección de estas trabajadoras". En el marco del Plan de Respuesta ante los efectos socio-económicos derivados del conflicto en Ucrania, Cáritas ha pedido al Gobierno que la prestación por desempleo se aplique a las empleadas de hogar en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores.
Además, en línea con la OIT (Organización Internacional del Trabajo), también solicita más oportunidades de empleo, un reconocimiento de la relación laboral a través de contratos dignos, e igualdad en el trato: salarios, horas, vacaciones.
Un año de cambios
"El Gobierno ha planteado un compromiso de dotarlas de la prestación por desempleo, así como equiparar otros derechos y condiciones para el 2022. Esto unido a una campaña de inspección de trabajo contra los salarios por debajo del SMI (Salario Mínimo Interprofesional) a empleadas de hogar, hace pensar que el 2022 pueda ser un año de cambios y mejoras para el sector", ha señalado Beatriz Iraeta, del equipo de Inclusión Social de Cáritas Española.
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Desde la entidad denuncian que la actual vulneración de derechos laborales en el campo del empleo doméstico afecta a todas las facetas de la vida de la mujer y que, muchas veces, la falta de tiempo libre les impide cualquier tipo de conciliación familiar y personal, mientras que las elevadas tasas de temporalidad e irregularidad salarial aumentan la precariedad y restringe el acceso a las prestaciones.
"Esta pérdida de derechos provoca además indefensión en la mujer que, a menudo, no es consciente de sufrir explotación, normalizándola y pensando que es un paso necesario para conseguir un trabajo mejor", señala Cáritas.
Además, advierte de que, en el caso de las mujeres inmigrantes, al estar fuera de su país de origen, asumen que deben "aguantar" todo. Muchas de ellas, incluso, son conscientes de sufrir vulneraciones, pero no lo denuncian por miedo a perder el trabajo, por creer que no sirven para nada o por no sentirse legitimadas de hacerlo.