EL LADO OSCURO DEL FÚTBOL
Ceferin (UEFA): “Rubiales me escribía: 'Mis hijas no tienen nada'. Pero no lo ayudé. Sus ideas no tenían sentido”
Grosuplj, una pequeña ciudad moderna y ordenada a 10 kilómetros de Liubliana, la capital de Eslovenia, es la ciudad natal del presidente de la UEFA, Aleksander Čeferin. En ella tiene su casa, muy cerca del bufete de abogados desde que se lanzó al mundo del fútbol, primero dirigiendo la Federación Eslovena, en 2011, y desde 2016 a la cabeza de la organización europea. Enfrentado al Real Madrid y el puñado de clubs que intentan poner en marcha la Superliga, Čeferin también ha sido acusado de querer asegurarse otro mandato al frente de la UEFA con los recientes cambios en sus estatutos: su actual y tercer mandato expira en 2027. A sólo dos meses de la Eurocopa en Alemania, el esloveno tiene aún que lidiar con la estela de los escándalos de Luis Rubiales, que además de presidente de la Federación Española de Fútbol fue vicepresidente de la UEFA hasta septiembre del año pasado.
Čeferin confirma que ofreció ayuda a Rubiales tras su “caída” por el beso no consentido a Jenny Hermoso. Pero precisa que a las peticiones del español contestó siempre con una negativa “porque sus ideas no tenían sentido”. “Se quejaba de que tenía familia y de lo duro que era para él”, asegura el esloveno en una entrevista concedida al semanario croata Nacional, miembro de la red de medios European Investigative Collaborations (EIC), a la que también pertenece infoLibre. El presidente de la UEFA revela además que recibió “amenazas directas e indirectas” de los promotores de la Superliga, “pero también una oferta” para cambiar de bando.
Se presentó a la opinión pública que los cambios en el estatuto de la UEFA se hicieron para que usted pudiera presentarse de nuevo al final de su tercer mandato. ¿Qué sentido tenían estos cambios si en el momento de su adopción usted declaró que no tenía intención de volver a presentarse?
Lo más importante es que, por un error administrativo, no teníamos un límite de mandatos. Lo he explicado cientos de veces, pero prevalece el sensacionalismo: todo el mundo piensa que lo haces por ti. Pero si no hubiéramos cambiado el estatuto, no habría límite de mandatos y yo podría presentarme hasta cuando quisiera. Incluso después de 2031.
¿Cree que sería bueno para la UEFA continuar con usted o, de forma similar a la política, debería aplicarse la regla de que a veces es necesario un poco de ventilación?
Ahora está claro que el límite es un máximo de tres mandatos. Y creo que eso es bueno. Porque si estás más tiempo, ya sientes que la organización es tuya, así que cometes errores, ya no tienes buenas ideas.
¿Ha cometido algún error hasta ahora?
Sí, muchos. Todos cometemos errores. El que dice que no comete errores miente. Hay algunas cosas que habría hecho diferente ahora.
¿Cuál considera que ha sido el mayor?
Hubo muchos. De todos los presidentes de la UEFA, tuve el mandato más difícil. El covid, cuando todo podía haberse derrumbado; la Superliga, dos guerras que aún continúan... Un colega que lleva aquí 20 años me dijo: “Hasta 2015, 2016, sólo hablábamos de fútbol. Ahora sólo hablamos de problemas políticos”.
¿Quiere decir que ni siquiera tuvo un mandato real completo debió ocuparse más de esas circunstancias externas que del fútbol en sí? ¿En qué se centrará en estos tres años que le quedan al frente de la UEFA?
La sostenibilidad financiera es, sin duda, una de las cosas más importantes, ya que las diferencias entre los grandes clubes y las grandes ligas y los pequeños son cada vez mayores. El nuevo sistema de competición de clubes, en el que tenemos más equipos en la Liga de Campeones, la Europa League y la Conference League, ayudará a ello. Otra cosa es la concentración de la propiedad de varios clubes, la llamada propiedad multiclub. Hay un gran dilema: por un lado, si queremos inversiones en el fútbol o no, y por otro, se crea una mala percepción si dos clubes de la competición tienen un mismo propietario. Aún no tenemos respuesta concreta a esas preguntas. Y después de mis experiencias en los tres últimos años, puede que haya problemas más interesantes en los tres próximos.
¿En qué sentido?
Bueno, siempre hay algo. Estas Superligas, estas guerras y la geopolítica y la política interfieren en el fútbol. Espero que [el resto de mi mandato] sea lo más tranquilo posible.
¿Se ha frenado definitivamente la idea de una Superliga o todavía hay intentos?
Está parada de facto. Nadie quiere esa competición. El fútbol es tan fuerte porque la gente lo ama y porque cualquiera puede soñar con jugar en las competiciones más importantes. Mira cómo el baloncesto fue destruido por la Euroliga, que en realidad es una Superliga. Cuando miras el baloncesto croata, y Croacia era uno de los países más fuertes en baloncesto, desde la Jugoplastika hasta la Cibona y el Zadar, ahora todo es lamentable. Las competiciones tienen que ser abiertas. Devolvemos a los clubes el 93,5% de los ingresos. Y la UEFA devuelve al fútbol el 97% de los ingresos. Si comparamos por población, Croacia es quizá la nación futbolística más fuerte del mundo. Pero nunca lo sería sin el sistema que tenemos, nunca lo sería si el Dinamo, el Hajduk o el Rijeka no pudieran jugar la Liga de Campeones. Jamás. Y los grandes clubes, es decir, algunos individuos movidos por su propio ego, no entienden que ni siquiera sus clubes serían grandes sin el desarrollo del fútbol en los países pequeños. Así que fíjense en esos clubes que pretendían estar en la Superliga. No tienen jugadores de sus academias, tienen jugadores de nuestros países. Incluidos jugadores croatas. Para mí, esta idea de una Superliga está absolutamente muerta y carece de sentido.
Debido a su batalla contra la Superliga, ¿recibió amenazas directas o indirectas?
Sí, amenazas directas e indirectas, pero también una oferta. Las amenazas fueron en términos de “somos fuertes e influyentes, te vamos a demandar, vas a tener un proceso penal, no sabes con quién estás tratando”. Y similares. Y la oferta era cambiar al otro lado. Todo esto lo oyó mi mujer, que iba conmigo en el coche cuando me llamaron.
Para mí la idea de una Superliga está absolutamente muerta y carece de sentido
En diciembre de 2019, fue muy crítico con el VAR, del que dijo que nunca fue un gran entusiasta. Advertía de que en algunas situaciones provoca el caos. Con el paso del tiempo, ¿ha corregido su opinión sobre el impacto de esta tecnología en el fútbol?
Sí, nos hemos acostumbrado al VAR, aunque sigo pensando que algunas cosas no funcionan correctamente. En primer lugar, nadie sabe exactamente cuándo es mano y cuándo no lo es. En el momento en que el árbitro va a ver las imágenes del VAR, tengo la impresión de que cada vez que el balón toca la mano [de un jugador], se concede un penalti. Y, según el reglamento, no debería ser exactamente así. En segundo lugar, en lo que respecta al fuera de juego, como abogado creo que toda regla debe tener sentido. ¿Tiene sentido que estés en fuera de juego si tu nariz o tu número de bota son más grandes? Así que creo que habría que corregir un poco las cosas sobre lo que es y lo que no es penalti o fuera de juego. El VAR ayudó mucho, pero esa línea tiene que ser más gruesa.
Al final tiene que ser evaluado de nuevo por el ojo humano.
De acuerdo. Creo que los árbitros en el campo deberían decidir por sí mismos. Y a veces los árbitros interactúan demasiado con la sala del VAR, en lugar de decidir por sí mismos. Si las decisiones de los jueces en los tribunales ordinarios dependieran únicamente de la tecnología, introduciríamos los hechos en un robot que tomaría las decisiones basándose en la inteligencia artificial. El fútbol es algo vivo. Reunimos a los 15 mejores entrenadores en una conferencia. Desde Guardiola, Klopp, Mourinho, Ancelotti, todos los grandes. Les mostramos una jugada con una posible mano y les preguntamos si había mano o no. Siete dijeron sí y ocho dijeron que no. Y estamos hablando de los mayores expertos en fútbol del mundo. ¿Cómo es posible que los aficionados se pongan de acuerdo? Cada uno verá lo que le convenga. Al fin y al cabo, los jugadores también cometen errores, por qué no los árbitros. Algunos sugieren que se castigue a los jueces si cometen un error. Me parece inútil. Se les puede castigar si lo han hecho a propósito o si es corrupción. Y los errores forman parte del fútbol.
La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, del SPD, escribió a la UEFA a finales de 2022 exigiendo que no sólo Rusia, sino también Bielorrusia como su aliado clave, fueran excluidos de todos los partidos y torneos internacionales de fútbol. A partir de entonces, Bielorrusia puede participar en competiciones auspiciadas por la UEFA, pero los partidos en casa deben jugarse fuera del país y sin espectadores. Dentro de unos meses, Bielorrusia jugará la Nations League en el Grupo I con Andorra, Israel, Kosovo, Rumanía y Suiza. Usted dijo entonces que sería populista expulsar también a Bielorrusia. ¿Cómo ve la próxima Eurocopa a la luz de la guerra en Ucrania e Israel? ¿Hay algún reto de seguridad específico en este contexto?
En primer lugar, ningún político nos dirá lo que debemos hacer, ni escucharemos a ningún político. Estoy en contra de los boicots, no me gustan los boicots ni las prohibiciones. Pero, en el caso de Rusia, simplemente no había otra opción y todos debemos intentar ayudar para detener esta guerra, esta locura. Pero respecto a Bielorrusia, un par de políticos nos escribieron para decirnos que cualquiera que ayudara a Rusia debería ser expulsado. Ahora yo hago la pregunta: ¿Los que compran gas ayudan a Rusia? ¿Deberíamos expulsar a todos los países europeos, incluso a los que hacen más ruido, que siguen comprando gas? Los políticos son los que deberían resolver los problemas geoestratégicos. Pedir a las organizaciones deportivas que hagan su trabajo es populismo y nada más.
Los políticos son los que deberían resolver los problemas geoestratégicos. Pedir a las organizaciones deportivas que hagan su trabajo es populismo y nada más
Están desviando sus responsabilidades.
Así es. Cuando comienzo a recibir cartas de algún país, sé que se acercan las elecciones en ese país. Luego se calman.
Usted dijo a una cadena de televisión que, en muy poco tiempo, gracias a su trabajo en el fútbol, había conocido a un número increíble de personajes sospechosos, mucho más que trabajando como abogado. ¿Qué opina de la detención la semana pasada del expresidente de la Federación Española de Fútbol y exvicepresidente de la UEFA Luis Rubiales, por los supuestos delitos de corrupción, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal? Además, el fiscal pide para Rubiales dos años y medio de cárcel por agresión sexual a Jenny Hermoso, por el beso no consentido que dio la vuelta al mundo. ¿Qué opina al respecto?
Me enteré por los periódicos de lo que le acusaban y fue un shock total para mí. Le conocía bastante bien, pero obviamente no sabía nada de estas cosas. Sin embargo, como abogado sé lo que es la presunción de inocencia. Por tanto, que se defienda en los tribunales; ni la UEFA ni yo tenemos nada que ver, porque él no hizo nada [de lo que se le acusa] como vicepresidente de la UEFA.
La FIFA le suspendió provisionalmente en agosto de 2023, pero Rubiales no dimitió como vicepresidente de la UEFA hasta casi un mes después. ¿Por qué no reaccionó antes que esperar a su dimisión?
No, eso es incorrecto. Inmediatamente dio un paso al frente como miembro de la junta ejecutiva y como vicepresidente en el momento de la suspensión.
Según las grabaciones de sus conversaciones con Rubiales que obran en poder de la policía española, usted se ofreció a ayudarle, y él le pidió 400.000 euros anuales que usted debía pagarle a través de su asesor jurídico, Tomás González Cueto, pero se negó. ¿Es cierto que le ofreció ayuda a Rubiales antes y después de su salida de la UEFA?
Muchas veces, después de la suspensión, me pidió algo. Después de aquella caída, se quejaba de que tenía familia y de lo duro que era para él, así que me escribió mensajes del tipo: “Mis tres hijas no tienen nada, no tienen esto, no tienen lo otro, ¿puedes ayudar...?”. En un momento dado le pregunté: “¿Cómo puedo ayudarte?”. Pero todo lo que me pedía lo rechazaba porque sus ideas no tenían sentido. También llamó a otros colegas y les preguntó si podía hacer esto o aquello. Nada relacionado con el fútbol. Yo sabía que no podía ayudarle, pero le cogí el teléfono. Es difícil. Él era vicepresidente, hasta ayer estaba sentado con todos en la mesa y, de repente, ya nadie quiere ni mirarle. Si lo que se le imputa es cierto, es realmente un desastre, pero que decida el tribunal.
Que Rubiales se defienda en los tribunales; ni la UEFA ni yo tenemos nada que ver, porque él no hizo nada [de lo que se le acusa] como vicepresidente de la UEFA
Nacional es miembro del consorcio de medios European Investigative Collaborations (EIC), que desveló el lado más sucio del fútbol gracias a los Football Leaks. ¿Conoce usted, y en qué medida, el trabajo de la EIC?
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Han sacado a la luz muchos asuntos, y cualquier detección de delitos en el fútbol, o en cualquier otro ámbito, sólo puede ser beneficiosa para las organizaciones y para quienes no nos dedicamos a delinquir. Lo celebro, y hay tantos casos concretos que es difícil hablar de ello.
Lo cierto es que antes de su nombramiento, la UEFA tenía peor imagen, por no decir que la percepción era que la gobernaba una camarilla corrupta. ¿Cuánto ha cambiado eso con su gestión?
Estoy seguro de que la UEFA no era una organización corrupta incluso antes de mi llegada, pero la gente mezcla muchas veces UEFA y FIFA. Michel Platini tuvo aquel asunto [fue suspendido durante ocho años pero finalmente absuelto por corrupción], pero como vicepresidente de la FIFA. Cuando llegué, lo comprobé todo. Creo y estoy seguro de que la UEFA es una organización limpia. Publicamos todos nuestros resultados, se sabe en qué gastamos el dinero, el 97% de los ingresos los devolvemos al fútbol. He repetido 1.000 veces que pago impuestos en Suiza, y como mi familia no se trasladó a Suiza, pago impuestos adicionales en Eslovenia. Pero a nadie le importa eso.